PALESTINA: El deseo de venganza anida entre los escombros

Los escombros acumulados sobre la colina que domina esta dividida ciudad de Cisjordania son para muchos palestinos una nueva evidencia de la humillación a que los somete Israel.

El antiguo fuerte policial británico conocido como la Muqata, transformado luego en la sede local de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), era para los residentes de Hebrón un símbolo de su aspiración a un estado propio, pero las fuerzas israelíes lo destruyeron el último fin de semana.

Aunque Israel afirmó que en el edificio se ocultaban 15 militantes de su lista de hombres buscados, no se encontró ningún cuerpo entre los escombros.

Los palestinos creen que la alegada presencia de los militantes no fue más que una excusa para demoler otro símbolo de la lucha por un estado independiente.

”La Muqata era para nosotros lo que el Pentágono para Washington y las torres gemelas del World Trade Centre para Nueva York”, manifestó Abbas Zaki, líder en Hebrón del movimiento Fatah, del presidente Yasser Arafat, y miembro del parlamento palestino.

Zaki cree que la demolición del edificio formó parte de un plan del primer ministro israelí Ariel Sharon para desmantelar la ANP y derrocar a Arafat, y advirtió que la presencia israelí en Hebrón radicalizará a sus habitantes.

”Hebrón no es muy militante porque los israelíes siempre han controlado el centro de la ciudad, pero ahora que nos impusieron una ocupación tan estricta, la gente querrá venganza”, previno.

Hebrón, al igual que la mayoría de las ciudades de Cisjordania, fue reocupada por el ejército de Israel hace más de una semana y puesta bajo toque de queda, en represalia por una serie de atentados suicidas en territorio israelí.

Tras la destrucción de la Muqata, las fuerzas israelíes levantan el toque de queda de a ratos. Grupos de niños salen a las calles cuando una patrulla acaba de pasar, y advierten a los pocos automóviles que circulan cuando un tanque o jeep israelí se acerca.

El alcalde de Hebrón, Mustafá Natsheh, advirtió que habrá una grave crisis humanitaria si la ocupación continúa. ”Es muy difícil coordinar asuntos humanitarios con el ejército”, dijo.

La basura no ha sido recogida en una semana, y esto puede causar graves problemas sanitarios en medio del verano.

Mientras, el municipio distribuye pan y leche. ”Los tambos entregan la leche gratis, porque de lo contrario tendrían que tirarla de todas formas. No pueden distribuirla, la gente no puede salir a comprarla y si puede, no tiene dinero porque no puede ir a trabajar”, explicó Natsheh.

El alcalde también opinó que la ocupación forma parte de un plan de Sharon para desmantelar la ANP. ”Ese hombre sólo puede destruir. La Muqata, los acuerdos de paz de Oslo, todo”, dijo.

La reocupación total de Hebrón es apenas algo peor que el sitio a que los residentes están sometidos desde hace meses.

”Durante tres meses aislaron la ciudad. Nadie podía ir a trabajar a Israel ni a ninguna otra parte de Cisjordania. Ahora, tampoco se puede salir a trabajar dentro de la ciudad”, lamentó Natsheh, y advirtió que ”cualquiera se vuelve un militante bajo estas circunstancias”.

Zaki estuvo de acuerdo. La reocupación israelí de ciudades cisjordanas y el condicionamiento de Estados Unidos a un cambio en el liderazgo palestino para respaldar la formación de un estado independiente serán contraproducentes, advirtió.

Aunque es crítico hacia el presidente palestino, Zaki cree que el pueblo lo respaldará ahora que Estados Unidos e Israel quieren desplazarlo del poder.

”Arafat estaba casi acabado luego de la última ofensiva israelí, pero ahora que (el presidente estadounidense George W.) Bush lo puso bajo el foco, la gente lo apoya más”, señaló.

Muchos palestinos criticaron el manejo por Arafat del sitio israelí de la Basílica de la Natividad, en Belén, en abril y mayo últimos.

Israel levantó el sitio a cambio de la expulsión de 13 militantes a Europa, un resultado que le costó popularidad al presidente palestino.

Debido a ese antecedente, las autoridades locales evitaron involucrar a la ANP y a Arafat cuando se precisó un mediador la semana pasada para tratar con los militantes presuntamente ocultos en la Muqata, explicó Zaki.

El analista político Alí Jarbawi consideró que la exhortación de Bush a los palestinos para que cambien su gobierno amenaza con ahogar los reclamos internos de reforma.

”Nadie importante querrá siquiera enfrentarse a Arafat en elecciones”, predijo.

Mohammed Dahlan, ex jefe de la Seguridad Preventiva Palestina en Gaza, estuvo de acuerdo.

”Mientras Israel esté contra Arafat, yo estaré con él, a pesar de mis reservas sobre algunas de sus decisiones”, escribió en el diario londinense The Guardian.

Dahlan es considerado desde hace mucho tiempo como un posible sucesor de Arafat, pero nunca trató de disputarle la presidencia de la ANP.

Además, es aceptable tanto para Estados Unidos como para Israel, algo que mancha automáticamente a cualquier aspirante a presidente, observó Jarbawi.

Cualquier nuevo líder palestino será probablemente más radical y seguramente menos dispuesto a negociar con Israel que Arafat, advirtió el analista político. (FIN/IPS/tra-en/fb/ss/mlm/ip/02

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