NICARAGUA: Guerra en partido de gobierno

El presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, cada vez más debilitado por la fuerte oposición de su antecesor y dirigente del partido de gobierno, Arnoldo Alemán, encara cruciales negociaciones con acreedores externos para sacar el país de la bancarrota.

La disputa interna en el gobernante Partido Liberal Constitucionalista (PLC) cobró especial virulencia en las últimas semanas, cuando la justicia se acercó a Alemán en las investigaciones por actos de corrupción durante su mandato y Bolaños presentó su propuesta de reforma tributaria.

La principal oposición al paquete de leyes que busca mejorar los mecanismos de recaudación fiscal es ejercida por los diputados oficialistas liderados por Alemán, quien preside el Congreso legislativo desde el cambio de gobierno el 10 de enero.

Esa reforma es uno de los requisitos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya tiene una misión técnica en Nicaragua, para aprobar un acuerdo crediticio de 100 millones de dólares que, a su vez, destrabaría otras negociaciones con acreedores externos.

Pero Bolaños debe recorrer un camino difícil en el Congreso unicameral de 92 miembros, donde cuenta con el apoyo seguro de sólo cinco de los 46 legisladores del PLC. El resto adhiere a Alemán, quien integra el parlamento en su calidad de ex presidente, al igual que Daniel Ortega (1979-1990).

Todavía no existe una posición clara respecto del proyecto de reforma fiscal del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional, liderado por Ortega, que tiene 38 representantes, ni tampoco de los ocho legisladores restantes de fracciones partidarias minoritarias.

El fuerte enfrentamiento interno en el PLC tuvo su muestra más evidente en el discurso de Alemán del 7 de este mes, cuando demandó al gobierno dejar de gobernar ”viendo por el espejo retrovisor”.

Ese fue un claro mensaje a Bolaños de que dejara de impulsar las investigaciones sobre supuestos actos de corrupción durante el gobierno de Alemán, si pretendía alcanzar un acuerdo nacional, señaló a IPS el analista político Virgilio Godoy.

Bolaños respondió que no aceptará suspender la lucha contra la corrupción, en la cual Alemán aparece como el principal responsable pese a que el Congreso le negó hace dos meses a la justicia el retiro de sus fueros para llevarlo ante un tribunal, que ya llevó tras las rejas a varios de sus ex colaboradores.

El sector liderado por Alemán demandó día 11 un diálogo nacional con o sin el gobierno, que conduzca a la solución de los problemas socioeconómicos del país, en un aparente intento por debilitar el poder de Bolaños.

La secretaria de organización del PLC, Jamileth Bonilla, aseguró ese día 11, en la convención partidaria, que la facción de Alemán se pondrá a la cabeza de las soluciones de la crisis social y económica para que la población sienta que existe una institución que vela por ellos ante el abandono del gobierno.

Ese grupo mayoritario del PLC propuso en la convención una estrategia de 13 puntos, en los que se incluyen reformas constitucionales, y exhortó a terminar con las disputas ”innecesarias” que agitan al sistema político. Bolaños fue vicepresidente del gobierno de Alemán entre 1997 y 2001.

”El PLC afirma su respaldo a la lucha contra la corrupción. Al mismo tiempo recuerda que para ser efectiva ésta debe conducirse de una manera imparcial y con respeto a los derechos humanos. También debe ser basada en el principio de que todo el mundo es inocente hasta que su culpabilidad haya sido comprobada”, destacó la proclama partidaria.

Los problemas del país son muchos y de su agravamiento se acusa a Alemán, preció Godoy.

El gobierno de Alemán incumplió todos los acuerdos y todos los límites que le pusieron los organismos multilaterales de crédito, como la falta de reducción del gasto público, que incluso se incrementó de modo muy pronunciado, indicó.

En ese periodo se ensanchó la brecha comercial del país, que hoy presenta exportaciones por 600 millones de dólares al año e importaciones por 2.000 millones de dólares, y se paralizaron las negociaciones para reducir la deuda externa de 6.500 millones de dólares, más del triple del producto interno bruto.

Nicaragua aspira al perdón de la deuda prevista para los países pobres altamente endeudados, una posibilidad que se vio frustrada hasta ahora por la falta de transparencia de la administración de Alemán.

Godoy apuntó que un avance en esas negociaciones con los acreedores externos es fundamental para el gobierno de Bolaños, en especial al encarada con el FMI.

”Un acuerdo con el FMI le daría a Bolaños la fortaleza que necesita frente a la inestabilidad generada por su propio partido”, explicó el experto, tras asegurar que los organismos internacionales están interesados en ”meterle el hombro” al gobierno para neutralizar a Alemán.

”En realidad, es una cuestión de pesos y centavos. Es mejor respaldar ahora a Bolaños que dejar que el país se hunda en una crisis en la cual siempre van a tener que intervenir”, pues las proyecciones para este año indican que habrá crecimiento nulo de la economía, añadió.

El acuerdo con el FMI le permitiría a Managua reanudar las gestiones de condonación de la deuda externa y le daría acceso a donaciones de países amigos, que habían sido congeladas durante el gobierno de Alemán.

Una señal en ese sentido fue la inusual declaración de fines de junio de la Unión Europea, que pidió al Congreso de Nicaragua respaldar el proyecto de reforma fiscal y los esfuerzos de Bolaños por ”moralizar la vida pública”, modernizar el país y racionalizar la economía.

Alemán no ha señalado claramente la razón por la cual se opone a la reforma fiscal y sólo ha acusado al gobierno de persecución política, pese a que las denuncias de corrupción se habían iniciado en el periodo anterior.

Una de las acusaciones más precisas fue la presentada por el entonces contralor general, Edmundo Jarquín, quien en 1999 acusó a Alemán de haber multiplicado su fortuna en 900 por ciento tras asumir la presidencia en 1997.

Pero tras la llegada al gobierno de Bolaños se incrementaron las denuncias contra el anterior gobierno, entre las que se destaca el desvío de fondos por más de un millón de dólares destinados al canal de televisión estatal.

La justicia también investiga el posible desvío de casi 20 millones de dólares del Estado hacia cuentas de la Fundación Democrática Nicaragüense, que, según Alemán, pertenece al PLC.

Sin embargo, otros miembros de ese partido de gobierno desconocían su existencia, y quienes tienen acceso a esas cuentas, algunas ubicadas en bancos de Panamá, son parientes o colaboradores cercanos de Alemán. Bolaños ordenó la intervención de esas cuentas inmediatamente después de conocer su existencia. (FIN/IPS/mso/dm/ip/02

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