MARRUECOS-ESPAÑA: Vuelve tensión por disputas territoriales

Las disputas territoriales volvieron a tensar las relaciones entre España y Marruecos este martes, al reclamar el rey marroquí Mohamed VI la soberanía de Ceuta y Melilla, dos ciudades españolas enclavadas en la costa norte de Africa.

Un portavoz de la cancillería española, momentos después de hablar Mohamed VI en la septentrional ciudad marroquí de Tánger, dijo a IPS que ”es bien sabido y conocido que Ceuta y Melilla son ciudades españolas, tan españolas como cualquier otra, sin que quepa duda alguna a este respecto”.

La disputa por Ceuta, Melilla e islas adyacentes forma parte desde hace varios siglos de la lucha por controlar el estrecho de Gibraltar, que comunica el mar Mediterráneo con el océano Atlántico. España, Gran Bretaña y Francia llegaron con sus disputas a enfrentamientos militares en siglos pasados.

Posteriormente se sumó al conflicto Estados Unidos, que también pretende el control del estrecho.

En tanto, la consolidación de estados árabes como naciones independientes agregó reivindicaciones de soberanía en la zona, unas con incidencias directas sobre Gibraltar y otras que hacen a la concepción nacional de esos países.

Por un lado España y Gran Bretaña negocian el futuro del peñón de Gibraltar y adyacencias, conquistado por los británicos en 1714 y desde entonces bajo su soberanía, que Madrid reclama.

El carácter estratégico de la disputa quedó claro la semana pasada, cuando Gran Bretaña planteó a España su disposición a compartir entre ambos la soberanía de Gibraltar, salvo la base militar existente en ese territorio que pasaría a depender de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

La incorporación de esa base a la OTAN permitiría a las Fuerzas Armadas españolas tener acceso a ella, pese a que mantendría la soberanía británica, ya que España es miembro del organismo multilateral.

Mientras, en los últimos días revivió otra disputa de soberanía y es la que refiere al Sáhara Occidental, un territorio que formó parte del protectorado que España ejerció sobre Marruecos hasta 1975, cuando fue obligada a abandonarlo por la presión marroquí.

El Sáhara Occidental, un territorio de grandes riquezas minerales y considerado descolonizable por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fue invadido por Mauritania y Marruecos tras el retiro de España.

El Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación del Sagiat Al-Hamra y Río de Oro), el grupo armado apoyado por Argelia que lucha desde 1973 por la independencia de la porción más occidental del desierto del Sahara, logró derrotar en 1979 a Mauritania.

Sin embargo, la guerra del Frente Polisario contra los marroquíes se prolongó hasta 1991, cuando la ONU logró un cese del fuego para celebrar una consulta a la población saharaui, acerca de la independencia o la incorporación a Marruecos, cuya realización está en suspenso por la falta de acuerdo entre las partes sobre quienes tienen derecho a votar.

También existe una propuesta de Estados Unidos de integrar el Sahara Occidental a Marruecos como una región con amplia autonomía, pero tampoco se logró acuerdo a ese respecto.

Este martes, el rey Mohamed VI reclamó durante el discurso a la nación, con motivo del tercer aniversario de su llegada al trono, el derecho de Marruecos a reclamar ”el fin de la ocupación española” de Ceuta y Melilla.

El rey añadió que está dispuesto a dialogar sobre todas las cuestiones en litigio ”si éstas son tratadas en el marco de una visión prospectiva y de un diálogo franco por los dos países”.

No obstante, ese diálogo sería para afirmar sus reivindicaciones pues, afirmó, Marruecos no está dispuesto a ”renunciar a un sólo ápice” de su territorio, ya que tiene una ”voluntad inquebrantable de proteger nuestra integridad territorial”.

En el mismo sentido se pronunció sobre el Sáhara Occidental, al rechazar ”cualquier tesis secesionista” a su respecto. Añadió que, si aceptara alguna de esas tesis, se abriría una ”amenaza y un riesgo de balcanización de la región del Magreb árabe (norte de Africa) y del conjunto del continente africano”.

La canciller española, Ana Palacio, también fijó posiciones, al aclarar que su conversación telefónica del lunes con su par marroquí, Mohamed Benaissa, fue para coordinar maniobras militares en las costas marroquíes y no para dar explicaciones.

Indicó que sólo se cruzaron ”informaciones”, pues se trataba de un barco de la Armada española que estaba ”haciendo un ejercicio de avituallamiento absolutamente habitual” y, subrayó, ”en aguas españolas”. Marruecos considera que esas aguas, frente a Ceuta, son marroquíes.

En relación con las reivindicaciones expresadas por Mohamed VI este martes, la cancillería española considera que sus palabras ”no aportan elementos nuevos” y está en línea con los argumentos de otros discursos pronunciados por el monarca.

Por otro lado, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, de la centrista Unión del Pueblo Mellinense, afirmó que la reivindicación de Ceuta y Melillapor Marruecos es ”un tema recurrente y manido” y ”una salida de tono”.

Esas reivindicaciones, añadió, ”no tienen ningún fundamento histórico, político, jurídico ni administrativo” y son una ”cortina de humo para tapar sus problemas internos”. (FIN/IPS/td/dm/ip/02

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