La ONU negó estar bajo presión de Washington para no publicar un informe según el cual Estados Unidos intentó ocultar evidencias de un bombardeo de civiles que festejaban una boda en Afganistán.
No conozco ninguna comunicación del gobierno de Estados Unidos o de Afganistán que haya tratado de influir en la conducción de nuestra misión investigadora o en el manejo de los resultados, declaró el martes Fred Eckhard, principal portavoz del foro mundial.
Sin embargo, en lugar de publicar el informe como se esperaba, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) lo entregó a los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán para que realicen primero su propia investigación conjunta de los hechos.
El informe preliminar, basado en investigaciones realizadas por un equipo de la ONU en la central provincia afgana de Uruzgan, situó en 80 los muertos y hasta en 200 los civiles heridos como resultado de un ataque aéreo estadounidense en la madrugada del 1 de julio.
En contraste, el gobierno de Afganistán sostiene ahora que el bombardeo dejó 48 muertos y 117 heridos, mientras el Pentágono (Departamento de Defensa de Estados Unidos) afirma que sus investigadores sólo encontraron cinco tumbas en el sitio.
Además, los investigadores de la ONU no hallaron ninguna prueba de que uno de los aviones que perpetró el ataque haya sido atacado antes desde tierra, como afirmó Estados Unidos, cuyas fuerzas creyeron que las aldeas atacadas albergaban a líderes del grupo extremista islámico Talibán.
El borrador de informe, publicado el fin de semana en el diario The Times de Londres, señalaba también que las fuerzas estadounidenses realizaron una minuciosa limpieza en el sitio del ataque poco después de producido, eliminando rastros de sangre y metralla.
El incidente constituyó un duro revés para Estados Unidos en su esfuerzo por obtener amplio apoyo de los afganos en la guerra contra el terrorismo que el gobierno de George W. Bush lanzó luego de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
El teniente coronel David Lapan, portavoz del Pentágono, negó que las fuerzas estadounidenses hayan intentado ocultar la tragedia que provocaron, y aclaró que la limpieza del sitio se realizó para facilitar la investigación que realiza Estados Unidos en colaboración con autoridades afganas.
Mientras, Eckhard dijo a la prensa que el borrador de informe filtrado al diario británico, al que llamó documento interno de la ONU, no debió publicarse porque está incompleto y contiene estimaciones que no están plenamente documentadas y afirmaciones que no están suficientemente sustanciadas.
De nuestra parte no hay ninguna sospecha de encubrimiento, declaró, y señaló que el equipo enviado a Afganistán sólo debía determinar la cantidad de heridos y la ayuda humanitaria necesaria, y no investigar los ataques aéreos.
El lunes, Eckhard anunció que estaba en preparación un informe más completo sobre el bombardeo que se publicaría al día siguiente en Kabul, pero el martes informó a la prensa que el borrador había sido entregado a los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán.
El cambio de planes se debió a que miembros del equipo de la ONU recogieron información e hicieron afirmaciones sobre ella sin estar calificados profesionalmente para ello, pero que de todos modos puede ser útil para investigadores profesionales, explicó el portavoz.
Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, aclaró que el equipo investigador reportó los hechos tal como les fueron informados por residentes locales y no estaba en el lugar cuando ocurrieron.
Nuestra organización se atendrá al informe final, que hemos compartido con otros, declaró Annan. (FIN/IPS/tra-en/td/mlm/ip/02