ECONOMIA-COLOMBIA: La prima de Miami

La ”prima de Miami”, como son conocidas las remesas de dinero que envían los emigrantes a sus familiares en Colombia, en especial desde Estados Unidos, es cada vez más decisiva para paliar la severa crisis económica.

El ingreso de esas transferencias en el flujo financiero colombiano tiene hoy una incidencia mucho mayor que las divisas aportadas por las exportaciones de café, luego de que Vietnam superara a Colombia como segundo productor mundial de ese grano.

En el primer trimestre del año las ventas externas de café sumaron 174 millones de dólares, mientras que las remesas de los emigrantes llegada al país alcanzaron a 440 millones de dólares, 120 millones más que en el mismo periodo de 2001, según el último informe del Banco de la República (central).

Los ingresos netos por transferencias de dinero desde el exterior fueron de 1.500 millones de dólares el año pasado, casi 10 por ciento de lo recaudado por las exportaciones de bienes, aseguró a IPS el vicepresidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), José Leibovich.

El monto ”revela un ascenso del fenómeno (de las remesas de emigrantes), aunque todavía no tenga las dimensiones que registra en El Salvador o Nicaragua”, comentó.

Más de la mitad de los 42 millones de colombianos viven en la pobreza, el desempleo afecta a 20 por ciento de la población económicamente activa y cinco millones de trabajadores se desempeñan en la economía informal con ingresos menores al salario mínimo legal, que equivale en pesos a 125 dólares al mes.

Así, el éxodo crece de la mano de la crisis económica. Un estudio publicado en abril por Anif señala que unos 466.000 colombianos emigraron, con Estados Unidos como primer polo de atracción, entre 1998 y 2001, periodo en el que el producto interno bruto descendió de 100.000 a 80.000 millones de dólares,

Las estadísticas indican que entre 1980 y 1989 se radicaron fuera del país unos 244.000 colombianos, mientras que de 1990 a 1997 lo hicieron otros 383.000.

Sólo una de las agencias de giros y cambios recibió 18.000 remesas en el primer semestre de este año. Se trata de Titán Intercontinental, con 65 oficinas en Colombia y corresponsales en todo el territorio estadounidense.

”Tenemos clientes que mandan fijo cada mes uno o dos 'giritos' de entre 100 y 500 dólares”, comentó a IPS un directivo de Titán a cargo de una de las 12 oficinas de Bogotá, que pidió omitir su nombre.

El ejecutivo detalló que 90 por ciento de los destinatarios de los giros son ”mujeres cabeza de hogar” y que el monto promedio de las remesas varía según la zona donde está localizada la oficina.

A modo de ejemplo, comentó que en las oficinas del centro y del sur de la capital colombiana, ”que cubren estratos de población más pobre, las remesas son por menor cuantía, pero el volumen es mayor”.

En esa línea se incluyen casos como el de Clara Ramírez, de 47 años, una empleada doméstica cuyo hijo emigró hace cinco años y le envía ”religiosamente 250 'dolaritos', que es mucho más de lo que gano en un mes limpiando pisos”.

Con ese dinero ”pago la cuota de un apartamento y le ayudo a mi otra hija que tiene dos niños y (que) el marido la dejó”, dijo Ramírez a IPS.

En tanto, en las oficinas de Titán del norte de Bogotá el giro más bajo que reciben habitualmente es de 500 dólares y el promedio es de 1.000 dólares, agregó.

A esas oficinas llegan las remesas de profesionales y personas de clase media que conforman el grueso de la última ola emigratoria del país.

Es el caso del hijo de Mercedes de Estupiñán, un joven médico que trabaja ”por ahora” como dependiente de una tienda en una población del sudoriental estado estadounidense de Florida y que gira dinero a Colombia para amortizar la cuota de una residencia campestre y el pago de la universidad a un hermano.

”El no pierde la esperanza de regresar. Por eso está pagando su finca de recreo, pero a mí me parece que con el tiempo se va a quedar. De pronto consigue homologar el título de médico”, relató la madre.

Para Leibovich, ”lo ideal es que la gente se quede en el país porque se pierde capital humano”.

En cuanto a los que se fueron, ”si retornan será una ganancia, porque han adquirido experiencia, nuevas habilidades y capacidades”, comentó el vicepresidente de Anif.

Con Leibovich coincide Lucila, la hermana de un estudiante de segundo semestre de ingeniería en Cali, la capital del occidental departamento del Valle, que decidió emigrar a Houston, en el meridional estado estadounidense de Texas.

Ese joven colombiano viajó en el marco de un programa de trabajo de verano para estudiantes ”y se fue quedando, primero como ilegal y después, pagando una suma gorda a una oficina de abogados que le consiguió permiso, alegando persecución política”, explicó su hermana.

”Algún día volverá con título y experiencia”, apuntó.

El secretario de la Academia de Ciencias Económicas, Raúl Alameda, dijo a IPS que los emigrantes ”encuentran así una salida a la crisis de empleo y seguridad por la que atraviesa el país”.

Alameda no cree que la actual ola emigratoria merme a corto plazo ni que haya un retorno masivo de residentes colombianos en el exterior, porque ”la situación fiscal es crítica y no parece que el próximo gobierno de Alvaro Uribe, que se instalará el 7 de agosto, este dispuesto a un plan de choque para crear empleo”.

En cuanto a las remesas de dinero de emigrantes, el experto las considera ”una compensación” por los recursos que esos remitentes dejan de producir y aportar al país.

Sin embargo, manifestó algunas dudas al respecto por la posible utilización, ”a la sombra de las remesas para las familias, para enviar otros dineros de dudoso origen”.

La posibilidad de que por esas remesas pequeñas, difícil de rastrear, se esté ”lavando” dinero producto de la venta de cocaína, de la que Colombia es el mayor productor mundial y Estados Unidos el primer consumidor, es considerada por las autoridades y expertos.

Los colombianos residentes en Estados Unidos abarcan un amplio espectro social, que Alfredo Molano, sociólogo y escritor describe en la más reciente edición de la revista Semana.

La emigración colombiana esta compuesta ”por empresarios prósperos, que manejan negocios en los dos países y logran sacar una visa de inversionista, y por una clase media de profesionales y mano de obra calificada”, que logran un permiso de trabajo, y por ”los sin papeles (indocumentados), rebuscadores de siempre”.

”La mayoría de compatriotas viven en la costa este, en Miami o en Nueva York, y en conjunto podemos sumar unos dos millones”, indicó Molano, quien debió emigrar debido a las amenazas de grupos paramilitares de derecha. (FIN/IPS/mig/dm/if pr/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe