DESARROLLO: PNUD llama a profundizar la democracia

El Informe sobre Desarrollo Humano 2002 del PNUD estima que la prioridad para el siglo XXI será la profundización de la democracia en el mundo porque, afirma, las instituciones y las normas que lo gobiernan son injustas.

El decaimiento general de las instituciones democráticas se extiende tanto a los países en desarrollo como a los industrializados, señaló Sakiko Fukuda-Parr, autora del documento del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo).

Las lagunas democráticas existen en todos los países, ya sean ricos o pobres, insistió Fukuda-Parr.

La diferencia radica en que en las naciones industrializadas el fenómeno proviene con probabilidad de la presión ejercida por las empresas, un hecho que representa una verdadera preocupación para la profundización de la democracia.

Por ejemplo, las grandes compañías otorgaron contribuciones por 1.200 millones de dólares a los partidos políticos en las elecciones realizadas en 2000 en Estados Unidos, mencionó el informe.

Ese monto superó 14 veces los aportes a la campaña efectuados por los sindicatos estadounidenses y 16 veces las entregas de otros grupos de intereses del país.

Pero aún en los lugares donde las instituciones democráticas están firmemente enraizadas, los ciudadanos se sienten a menudo impotentes para influir en la política del país.

El documento anual del PNUD 2002 se apoyó en una encuesta internacional realizada en 1999, la cual indicó que sólo uno entre 10 consultados se manifestó satisfecho con la respuesta de su gobierno a las necesidades del pueblo.

El PNUD se ocupó este año de los procesos e instituciones políticas y del papel que desempeñan, tan importante en el curso del desarrollo como las políticas económicas.

La democratización adquiere un peso primordial en la agenda económica, política y social, así como en los planes de desarrollo humano, explicó la autora del documento lanzado oficialmente este miércoles en Manila.

Esa importancia deriva de los rasgos del mundo en que vivimos, con una brecha creciente entre ricos y pobres que ha alcanzado ”proporciones verdaderamente grotescas”, resumió el estudio del PNUD.

A modo de ejemplo, Fukuda-Parr aseguró que 10 por ciento de los estadounidenses disponen de ingresos equivalentes a los que obtiene casi la mitad de la población del mundo.

A su vez, cinco por ciento más rico del mundo recibe ingresos 140 veces superiores al cinco por ciento más pobre, agregó.

Pero en la presentación del informe a los periodistas en Ginebra, la experta relativizó la importancia de la brecha entre ricos y pobres, pues, dijo, es más agobiante la división entre personas poderosas y desprotegidas y también entre países potentes y débiles.

Por ese motivo, la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostuvo que en los programas futuros deben figurar en lugar preponderante los principios de inclusión y de pluralismo dentro de las instituciones mundiales.

Los movimientos antimundialización han demostrado que las consecuencias políticas de aquellas divisiones constituyen el movimiento político más significativo de la actualidad, evaluó el PNUD.

Empero, en esa brecha no resultan tan determinantes las diferencias de riquezas materiales como el hecho de que las instituciones y las normas que gobiernan al mundo son desiguales e injustas, subrayó Fukuda-Parr.

En ese contexto, la profundización de la democracia es presentada como una prioridad en los planes de la comunidad internacional para el siglo XXI.

El estudio del PNUD describió el periodo de 1980 a comienzos de 1990 como la época de gran esperanza y entusiasmo en la propagación de la democracia.

En ese lapso 81 países efectuaron progresos significativos hacia la democracia, mientras que en 140 se realizaron elecciones multipartidarias.

Sin embargo, en la actualidad predomina una óptima más reflexiva y sombría acerca de la expansión de la democracia y en especial de su calidad, admitió la autora del informe.

Algunos países que se encaminaban hacia la democracia después de la década del 80 han retornado al autoritarismo, con regímenes militares, como el caso de Pakistán desde 1999, o viven en un sistema pseudodemocrático, como Zimbabwe, interpretó el PNUD.

Fukuda-Parr citó también los casos de Argentina, con la renuncia en diciembre del presidente Fernando de la Rúa, elegido en proceso democrático, y de Venezuela, donde el mandatario Hugo Chávez fuera alejado del poder por dos días en abril mediante un golpe de Estado.

En el mundo existe una sensación preocupante de que la democracia no ha cumplido, observó la especialista de la oficina de la ONU.

La gente combatió y conquistó la democracia con la esperanza de que iba a mejorar realmente sus vidas. Pero los episodios de la última década muestran que junto a la democracia se registraron retrocesos en las áreas social y económica.

Algunas de las estadísticas consignadas en el informe del PNUD son sumamente tristes, aceptó Fukuda-Parr. La inmunización de niños, que había crecido en la década del 80, comenzó a declinar en 1990 en Africa y en el sur de Asia.

El desarrollo humano en Africa subsahariana ha retrocedido en los últimos años y la vida de los más pobres se ha vuelto más difícil, indicó.

La proporción de personas que viven con un dólar por día se elevaba a 47 por ciento al comenzar la década del 90 y se mantuvo sin disminución alguna al concluir esa década.

Fukuda-Parr precisó que la cantidad de personas que viven en la pobreza extrema aumentó no sólo en Africa sino en todas las regiones, con excepción del sur y el este de Asia.

Pero el informe del PNUD sostuvo, en cambio, que no se registran hambrunas en los países que tienen elecciones democráticas y prensa libre, debido a que existen incentivos políticos para que los gobernantes se ocupen de la miseria. (FIN/IPS/pc/dm/dv/02

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