DESARROLLO-AMERICA LATINA: Progresos y desafíos democráticos

América Latina registró en la última década avances hacia la democratización, aunque limitados por la persistencia de desigualdades sociales y de instituciones heredadas de pasadas dictaduras, según el Informe sobre Desarrollo Humano 2002, presentado este miércoles por el PNUD.

En la actualidad, 94,9 por ciento de la población de América Latina y el Caribe vive en países con sistemas electorales multipartidistas, de acuerdo con el reporte del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), que este año lleva como título ”Profundizar la democracia en un mundo fragmentado”.

Solo en los países industrializados que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el registro es de 100 por ciento de la población bajo sistemas multipartidistas.

El PNUD elaboró el cálculo sobre América Latina y el Caribe con base en la situación de 26 países, de los cuales solo Cuba posee un sistema político con el gobernante Partido Comunista como única expresión partidaria permitida.

El Informe de Desarrollo Humano 2002, lanzado en varias capitales, fue presentado en Santiago de Chile en una ceremonia especial por el representante residente del PNUD, Thierry Lemaresquier.

El índice de 94,9 por ciento de población bajo sistemas multipartidistas de América Latina y el Caribe se compara positivamente con el promedio mundial de 65,8 por ciento.

En Africa subsahariana, la proporción es de 77,2 por ciento, en el mundo árabe, de 48,5, en Asia oriental y el Pacífico, de 22 por ciento, y de 85,5 en Asia meridional.

Mientras, 88 por ciento de la población de Europa central y oriental y de la Comunidad de Estados Independientes (antigua Unión Soviética) está encuadrada en sistemas multipartidistas.

Los sistemas de organización política en los estados son uno de los parámetros con los cuales el PNUD observó las tendencias hacia la democratización, que muestran una ostensible baja de los regímenes autoritarios, de 67 en 1985 a 26 en 2000.

Según Mark Malloch Brown, administrador del PNUD, ”la política es tan importante para el éxito del desarrollo como la economía” y la superación de la pobreza requiere un crecimiento equitativo, pero también que los pobres tengan poder político.

La exhortación del PNUD a ”erigir formas firmes y profundas de gobernabilidad democrática en todos los niveles de la sociedad” encuentra en América Latina obstáculos determinados por desigualdades de ingreso e inequidades de género y sociales.

También hay escollos para el acceso a la educación o la salud y falta de participación en las decisiones de los sectores más pobres.

No obstante, el panorama que la muestra le región es positivo en comparación con el paisaje político de los años 80, cuando abundaban las dictaduras militares.

El informe del PNUD apunta, entre los desafíos para la consolidación de la gobernabilidad democrática, la necesidad de superar instituciones y leyes heredadas de los regímenes autoritarios, como ocurre en Chile con los senadores vitalicios y designados, que están al margen del voto popular.

Los conflictos sociales y políticos que dejaron las masivas violaciones de derechos humanos han sido enfrentados de manera positiva en varios países latinoamericanos mediante la creación de comisiones de la verdad, cuyo ejemplo se hizo extensivo a Africa, apunta el informe.

El clamor público ante los escándalos políticos, que puso fin en Perú en 2000 al régimen ”cada vez más autoritario” de Alberto Fujimori, es mostrado por el PNUD como un ejemplo de la complejidad de las transiciones políticas.

La independencia del organismo electoral en México, así como las experiencias de participación popular en poderes locales, como en Porto Alegre, Brasil, son otros antecedentes de las variadas manifestaciones institucionales y de base que influyen en la democratización de los estados y las sociedades latinoamericanas.

El PNUD rechaza en su informe los planteamientos de dirigentes autoritarios que postulan sacrificar la democracia en aras del crecimiento económico y del progeso social, porque ”no hay pruebas de que esa fórmula sea válida”.

La mayor demostración de ello, apunta el informe es que ”Costa Rica, la democracia más estable de América latina, alcanzó un 1,1 por ciento de crecimiento anual per cápita entre 1975 y 2000, más rápido que la media regional que fue de 0,7 por ciento”.

Costa Rica, agrega el PNUD, ”puede enorgullecerse de tener la distribución más equitativa (en América Latina) en materia de ingresos, enseñanza y salud”. (FIN/IPS/gg/ff/dv ip/02

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