COMERCIO-EEUU: Bush se acerca a la vía rápida

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, está a punto de lograr la autoridad de la ”vía rápida” (fast track) para negociar acuerdos comerciales internacionales, en especial con el resto de América, una meta que fue esquiva a su predecesor Bill Clinton (1993-2001).

Varios senadores anunciaron este lunes que impulsarán la vía rápida, aprobada por la Cámara de Representantes el sábado por 215 a 212 votos. La mayoría de los diputados que aprobaron la iniciativa eran del Partido Republicano, al que pertenece Bush.

La Cámara de Representantes se apresuró a votar el proyecto en el último día de sesiones antes de su receso veraniego, y se prevé que el Senado lo trate cuando se reanude en septiembre la actividad legislativa. La aprobación parece asegurada, a pesar de la oposición encarnizada de algunos legisladores.

Aunque el Senado cuenta con mayoría del Partido Demócrata, cuyos diputados votaron mayoritariamente contra la vía rápida, la cámara alta es considerada más proclive a aprobar normas que alienten el comercio internacional.

Esta ley en particular cuenta con el apoyo del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, y del presidente de la Comisión de Finanzas de la cámara, Max Baucus.

La potestad de vía rápida, rebautizada ”autoridad de promoción comercial” por el gobierno de Bush, da a la presidencia la facultad de negociar tratados internacionales sin temor de que sean enmendados por el Congreso legislativo, que sólo podrá aprobarlos o rechazarlos en bloque una vez que hayan sido acordados.

La vía rápida servirá para ”abrir mercados, ampliar oportunidades y crear trabajos para trabajadores y agricultores estadounidenses”, dijo Bush luego de la votación de este sábado.

El mayor objetivo del gobierno de Bush es el Area de Libre Comercio de las Américas (2005), negociado por 34 países —todos los del continente excepto Cuba— y que deberá estar acordado por completo en 2005.

Por otra parte, la ley incluye la ampliación hasta 2006 de la Ley de Preferencias Comerciales Andinas, que reduce los aranceles para las exportaciones de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú en compensación por la lucha antidrogas, y del Sistema General de Preferencias, que alienta las ventas de países pobres.

Además, se prevé que Chile y Singapur firmen pronto acuerdos bilaterales con Estados Unidos, mientras Marruecos y países centroamericanos aguardan en fila.

Los principales convenios acordados mediante la ”vía rápida” en el pasado fueron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), integrado también por Canadá y México y aprobado por una pequeña mayoría en 1993, y la Ronda Uruguay de negociaciones de comercio multilaterales, en 1994, que estableció la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Tanto el TLCAN como la creación de la OMC contaron con la oposición de sectores clave para el Partido Demócrata, como los sindicatos y organizaciones ambientalistas.

Como consecuencia, los demócratas de la Cámara de Representantes insisten desde 1995 en que la potestad de la ”vía rápida” debería incluir, en lo sucesivo, estrictas normas en materia laboral y ambiental y sanciones para los países que las violen.

Por su parte, los republicanos se han opuesto, en general, a introducir cláusulas ambientales o sindicales en acuerdos comerciales internacionales, con la excepción de los legisladores pertenecientes a distritos con grandes fábricas textiles o siderúrgicas amenazadas por la reducción de aranceles.

Clinton intentó lograr un fuerte respaldo de los dos grandes partidos para la ”vía rápida”, pero fracasó en el intento. El representante de Comercio de Bush, Robert Zoellick, quien intentó lo mismo por algunos meses el año pasado, decidió apelar sólo a los legisladores republicanos.

El Senado de mayoría demócrata incluyó en el primer debate de la iniciativa del gobierno un paquete de 1.200 millones de dólares anuales para ayudar a trabajadores que fueran eventualmente despedidos como consecuencia de la apertura comercial.

La cámara alta también previó la posibilidad de modificar acuerdos que no tomen en cuenta las leyes antidumping (contra la competencia desleal de precios) estadounidenses.

Socios comerciales de Estados Unidos observaron entonces que Zoellick se había comprometido ante la conferencia ministerial de la OMC, celebrada en noviembre en Doha, a acabar con las estrictas leyes antidumping.

Luego de una serie de obstáculos en la negociación, y en medio de la creciente preocupación por los problemas del mercado bursátil estadounidense, los legisladores alcanzaron a un inesperado acuerdo en la medianoche del jueves.

El propio Bush visitó la sede del Congreso el viernes para convencer a legisladores republicanos de votar la iniciativa de 300 páginas. La discusión en el plenario de la Cámara de Representantes comenzó a las dos de la madrugada del sábado, en medio de las quejas demócratas.

”La mejor hora para votar una ley histórica es a la una de la madrugada, para debatirla hasta las tres”, sostuvo el diputado demócrata Charles Rangel, quien suele respaldar leyes de apertura comercial pero que se opuso a las tácticas seguidas por el gobierno en este caso.

Sólo 25 de los 208 representantes demócratas votaron a favor del proyecto, que conservó el fondo para desempleados introducido por el Senado.

La iniciativa también incluye ahora como objetivo de las negociaciones la adhesión a principios laborales y ambientales internacionales, sin mención a sanciones en caso de incumplimiento. (FIN/IPS/tra-eng/jl/mj/if/02

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