COMERCIO: Azúcar enfrenta a Brasil con Unión Europea

Empresarios advirtieron al gobierno de Brasil que su lucha contra el proteccionismo agrícola perderá credibilidad si no cuestiona ante la OMC a la Unión Europea (UE) por subsidiar sus exportaciones de azúcar.

Las principales presiones sobre el gobierno de Fernando Henrique Cardoso para que concrete el reclamo de una buena vez parten de la Unión de la Agroindustria Cañera del Estado de Sao Paulo (UNICA), que representa más de dos tercios de la producción brasileña de azúcar y alcohol.

La UE no cumple con el compromiso de reducir los subsidios a sus exportaciones agrícolas, asumido en la Ronda Uruguay que dio origen a la OMC (Organización Mundial de Comercio) en 1995 y a las reglas comerciales vigentes, explicó a IPS el presidente da UNICA, Eduardo Pereira de Carvalho.

El bloque europeo exporta entre tres y cuatro millones de toneladas anuales de azúcar, que equivalen a 10 por ciento del comercio mundial, con subvenciones evidentes, ya que su costo de producción no es competitivo y supera cuatro veces el de Sao Paulo, observó.

La producción mundial de azúcar alcanza a 130 millones de toneladas, pero sólo 35 millones van al comercio internacional.

El gobierno de Cardoso se ha negado a explicar las razones de la demora en presentar la queja contra la UE, pero expertos lo atribuyen al temor a posibles represalias de la OMC contra los subsidios que el propio Brasil concedió a la producción cañera, al apoyar el programa de alcohol para combustible de automotores.

También incidirían en esta actitud de Brasilia el posible daño al comercio con la UE y las negociaciones en marcha en la OMC.

Brasil, sin esa participación indebida de la UE, ampliaría en gran medida sus exportaciones, pues es ”el más eficiente productor de azúcar del mundo, con una capacidad infinita en ese sentido”, sostuvo el presidente de UNICA.

La caña de azúcar ocupa cerca de cinco millones de hectáreas en Brasil, suficientes para hacer de este país el mayor productor y exportador mundial, pero hay otras 70 millones de hectáreas disponibles para ese cultivo, señaló.

Por eso le corresponde a Brasil asumir el liderazgo de la acción en la OMC, sostuvo Pereira de Carvalho, en referencia al interés en sumarse a la protesta manifestado por Australia, otro gran exportador azucarero.

”Podemos tener por lo menos seis aliados” afectados por los subsidios europeos, agregó.

Pereira de Carvalho considera ésta una acción clave para ”la guerra del comercio agrícola”, debido a que el azúcar es emblemático como el producto más protegido en el mundo, sea en cantidad de países o de barreras.

Por su parte, el secretario de Producción y Comercialización del Ministerio de Agricultura, Pedro Camargo Neto, indicó que, pese a que ”hay bases técnicas”, el pedido de arbitraje en la OMC depende de una decisión política del gobierno de Cardoso.

”Esa cuestión se arrastra desde hace casi un año”, comentó en tono de lamento Camargo Neto por las hesitaciones de la diplomacia brasileña.

Las amenazas de presentación de las quejas de Brasil ya se convirtieron en motivo de burla en la sede de la OMC, en Ginebra, porque nunca se concretan, según corresponsales de los diarios brasileños Gazeta Mercantil y O Estado de Sao Paulo.

Esa pasividad le habría costado a Brasil la exclusión del grupo de cinco grandes exportadores e importadores agrícolas, el llamado ”G-5 agrícola”, compuesto por Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón y la UE, y que se reunió el 26 y el 27 de este mes en la central ciudad japonesa de Nara.

El gobierno brasileño anuncia desde el año pasado que iniciará acciones internacionales contra los subsidios estadounidenses a la soja y al algodón, además de las exportaciones azucareras de la UE.

”Son todas acciones fundamentales, a impulsar por una cuestión de principio aunque se corra riesgo de perder”, opinó Antonio Donizeti Beraldo, responsable de Comercio Internacional de la Confederación Nacional de Agricultura, que reúne a los grandes productores del país.

El caso del azúcar es más imperativo, por tratarse del tercer producto más subsidiado en el mundo, después de los lácteos y de la carne, y por la evidente falta de competitividad europea, acotó.

El proceso en preparación contra la UE tiene características singulares, por cuestionar el incumplimiento de compromisos asumidos, y no reclamar acceso al mercado de la parte acusada, explicó a IPS Elizabete Serodio, gerente de Azúcar y Alcohol del Programa Especial de Exportación del gobierno brasileño.

La UE redujo las exportaciones subsidiadas de azúcar producida en su territorio, según lo acordado para el periodo 1995 y 2001, bajando a un volumen de casi 1,3 millones de toneladas, por lo cual eso no está en cuestión, admitió.

Serodio precisó que la UE viola los acuerdos firmados al reexportar las 1,3 millones de toneladas que importa de países de Africa, Caribe y Pacífico (ACP), con preferencias arancelarias concedidas a las ex colonias de esas regiones.

Los subsidios en esa reexportación son obvios, ya que el azúcar importado de ACP se paga según los precios del mercado europeo.

Además la UE exporta su producción excedente, sin garantías de precio, es decir sujetándose a los precios del mercado.

En la práctica también subsidia esa exportación, argumentan los productores y el gobierno brasileño, ya que la venta por debajo del costo de producción se hace gracias a las abultadas subvenciones al azúcar de consumo interno.

El proceso es complejo y exigirá gastos con abogados especializados, admitieron Pereira de Carvalho y Beraldo.

Un triunfo beneficiaría principalmente a Brasil por la conquista de nuevos mercados, pero mejoraría también los precios para todos los países exportadores, reduciendo distorsiones en el comercio agrícola, concluyeron los funcionarios de Brasil. (FIN/IPS/mo/dm/if/02

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