CIENCIA-INDIA: Pros y contras de la medicina tradicional digital

Científicos de India discuten si la flamante Biblioteca Digital del Conocimiento Tradicional, creada por el gobierno, desalentará a los biopiratas o se convertirá en una herramienta para que éstos continúen patentando plantas medicinales autóctonas.

La Biblioteca fue concebida como un registro de vegetales y de tratamientos medicinales tradicionales, con la meta de evitar que otros países otorguen patentes sobre ellos.

Pero observadores advierten que, lejos de desalentarlos, la Biblioteca podría ser utilizada por los biopiratas, y que el conocimiento milenario sólo puede preservarse si India aprueba una ley de patentes y propiedad intelectual propia.

El proyecto fue promovido por el Consejo de Investigación Científica e Industrial de India, un conglomerado de 40 laboratorios gubernamentales que emplea a 25.000 personas.

Su director general, Ragunath Mashelkar, científico experto en polímeros de renombre internacional, ha hecho grandes esfuerzos para alertar sobre la necesidad de revisar la legislación sobre patentes.

Mashelkar alentó una campaña contra la patente de la cúrcuma, otorgada a dos indios vinculados con la estadounidense Universidad de Mississipi por la Oficina de Patentes de Marcas Comerciales de Estados Unidos hasta su revocación en 1997, sobre la base de que no constituía una invención.

Para presentar pruebas, Mashelkar y sus colegas examinaron antiguos textos en sánscrito del milenario sistema medicinal indio ayurveda. Así, demostraron que la cúrcuma, raíz de intenso color amarillo similar al jengibre, fue durante largo tiempo utilizada en India para tratar heridas y desórdenes estomacales.

Mashelkar demostró al mundo que es posible lograr la revocación de patentes concedidas por la Oficina de Patentes de Estados Unidos, pero que el proceso consume mucho tiempo y dinero.

El científico decidió entonces documentar los tratamientos tradicionales conocidos y evitar que fueran patentados por terceros en otros países.

Expertos en ayurveda colaboraron y, finalmente, la Biblioteca Digital fue inaugurada en junio. Su sitio en la red mundial informática Internet la clasificación de 4.500 plantas medicinales y 35.000 slokas, las fórmulas rimadas que en la tradición ayurvédica sirven para determinar los tratamientos.

Pero la Biblioteca servirá para facilitar la tarea de los biopiratas, que disfrazarán las fórmulas tradicionales originales con cambios secundarios en el proceso o con ingredientes no esenciales, afirmó el experto Devinder Sharma, del Foro para la Biotecnología y la Seguridad Alimentaria.

Un ejemplo es la patente otorgada en Estados Unidos al uso del aloe vera para el tratamiento de la sequedad ocular. En la solicitud de la patente, la única novedad agregada a la fórmula original ayurvédica fue el uso de agua clorada, en lugar de el agua ”limpia” recomendada en el texto tradicional.

En los años 60 y 70, ”los países en desarrollo compartieron su riqueza genética, hoy bajo custodia de bancos privados de genes en Estados Unidos y al servicio de los intereses de las coroporaciones internacionales de semillas”, dijo Sharma.

Ahora, agregó el experto, es el turno del conocimiento médico tradicional, hasta ahora protegido por barreras idiomáticas y culturales.

”¿Qué mejor para los biopiratas que los países en desarrollo hagan ellos mismos la investigación y la documentación y la digitalicen? Todo lo que se necesita es hacer algún cambio cosmético para que la Oficina de Patentes de Estados Unidos lo acepte como un producto innovador antes desconocido”, afirmó.

El equipo de la Biblioteca Digital comprobó que 80 por ciento de las 4.896 referencias a plantas medicinales de la base de datos de la Oficina de Patentes de Estados Unidos se refieren a sólo siete vegetales de origen indio.

Es decir que más de 4.000 solicitudes de patente o patentes ya concedidas en Estados Unidos se refieren a plantas tradicionales de propiedades conocidas.

India posee una rica biodiversidad y antiguos registros de medicina tradicional. Eso, sumado a las lagunas de las leyes nacionales y a la burocracia, crea condiciones irresistibles para la biopiratería, afirman activistas.

”Causa temor imaginar la forma en que el mundo industrializado se está apoderando de nuestro conocimiento”, dijo el conservacionista Panduranga Hegde, quien luchó durante décadas contra la deforestación en el meridional estado de Karnataka.

Sharma cree que los biopiratas se respaldarán en el altísimo costo de iniciar demandas ante la Oficina de Patentes de Estados Unidos.

India y Pakistán debieron afrontar esos costos en el caso del arroz basmati, variedad aromática que sólo crece en estos dos países pero cuya patente fue otorgada a una empresa estadounidense.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual respaldó la iniciativa de India y, según un integrante del grupo de Mashelkar, se estudia la posibilidad de vincular la base de datos de la Biblioteca Digital al sistema de Clasificación Internacional de Patentes.

Pero Sharma calificó los esfuerzos de ”disparate”, y recomendó que India siga el ejemplo de China, que entre 1992 y 2000 revisó dos veces sus leyes de propiedad intelectual y creó 12.000 patentes para asegurar que mantendrá el control de su también único y milenario sistema de medicina tradicional. (FIN/IPS/tra- en/rdr/js/lp/mj/sc if/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe