CAFE-AMERICA CENTRAL: El caso crítico es El Salvador

La severa crisis de la industria cafetalera de América Central tiene su pico en El Salvador, donde la producción cayó 65 por ciento en la cosecha 2000-2001 respecto de la anterior.

Los productores salvadoreños no están siquiera en condiciones de cumplir con las tareas mínimas de limpieza del terreno y poda de las plantaciones, debido a que los bancos se niegan a facilitar los llamados créditos de ”avío” para ese fin, por considerar que corren un alto riesgo de cobro.

”Sencillamente la actividad está prácticamente paralizada”, reconoció a IPS el director ejecutivo del Consejo Salvadoreño del Café, Ricardo Espitia.

La producción cafetalera de este país bajó de 3,6 millones de fanegas (quintal de 46 kilogramos) en la cosecha 1999-2000 a 2,4 millones en el periodo 2000-2001, y todo indica que esa drástica tendencia a la baja continuará este año, comentó Espitia.

La merma de producción registrada entre las dos últimas cosechas significó una severa retracción del ingreso de divisas por exportaciones de café, que pasó de 311 millones de dólares en 2000 a sólo 130 millones el año pasado.

Las proyecciones del Consejo Salvadoreño del Café para este año indican que los ingresos por ventas al exterior apenas llegarán a los 100 millones de dólares.

El Salvador contaba hasta 1997, cuando comenzó el desplome de los precios en el mercado internacional del café, con unos 20.000 productores, que daban trabajo de manera directa a 150.000 personas y de modo indirecto a otras 750.000, explicó Espitia.

Pero el año pasado la cantidad de trabajadores que se desempeñaron de manera directa en la actividad cafetalera sólo fue de 96.000 y para este año se calcula que se reducirá a unos 80.000, agregó.

”Aquí existe una desesperación total de los productores, pues el año pasado fueron reestructuradas todas las deudas del sector con los bancos y deben empezar a pagar en septiembre. Ellos comienzan a temer que no tendrán con qué hacerlo”, advirtió Espitia.

Las deudas de pequeños y grandes productores con el sistema financiero suman unos 330 millones de dólares, créditos que en su mayoría han sido refinanciados a plazos que van hasta los 20 años.

Un estudio realizado en marzo por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó que ”el sector cafetalero de Centroamérica afronta una crisis sin precedentes”, debido a la debacle de los precios internacionales provocada por el exceso de producción mundial respecto del consumo.

La Cepal detalló que la sobreoferta de café causada por el exceso de producción de los últimos cuatro años se acerca a los 10 millones de sacos de 60 kilogramos, mientras las exportaciones han alcanzado el volumen récord de 88,7 millones de sacos.

Así, los inventarios de los países importadores alcanzaron ya a 25,5 millones de sacos en conjunto, ”casi tres veces más que el nivel deseable para obtener un precio remunerado”, apuntó esa agencia especializada para la región de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esa diferencia a favor de la oferta respecto de la demanda llevó a que el precio se haya mantenido por debajo de los 50 dólares el quintal, de 46 kilogramos, el más bajo en medio siglo, mientras que los costos de producción de América Central rondan los 90 dólares por cada quintal.

Expertos señalan que la tradicional producción cafetalera no ha desaparecido de la región sólo por el apego a ese tipo de tareas de los campesinos, que además se ven impedidos de dedicarse a otros cultivos por falta de conocimientos y de contactos suficientes para su comercialización.

Frente a esta crisis terminal, los pequeños productores dejan que las plantaciones de café subsistan por fuerza de la naturaleza — abandonados a la mano de Dios, como dicen en la zona— y cosechan lo mínimo. Por lo general se emplean en grandes establecimientos agrícolas de otro tipo o apelan a cultivos de sobrevivencia.

Las existencias de café de los países importadores no permitirán una recuperación significativa de los precios al menos en los próximos tres años, según la Cepal.

La agencia de la ONU agrega que sólo el año pasado Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua dejaron de percibir en conjunto 713 millones de dólares por exportaciones de café, tomando como relación los ingresos promedio obtenidos en el segundo quinquenio de la década del 80.

”Las exportaciones de café de esos cinco países aportaron 16,4 por ciento promedio anual de las divisas por ventas externas generales de bienes en el quinquenio citado, mientras que en 2001 sólo representaron 7,2 por ciento”, apuntó el estudio.

La Cepal precisó que la caficultura representa 1,3 por ciento del producto interno bruto para Costa Rica, 2,5 por ciento para El Salvador, 4,2 por ciento para Guatemala, 7,2 por ciento para Nicaragua y 8,2 por ciento para Honduras.

Esta profunda crisis cafetalera mundial obliga a identificar otras opciones agrícolas en América Central para 200.000 microproductores, casi 50.000 pequeñas parcelas, 33.000 medianas y unos 7.000 grandes establecimientos, concluyó el trabajo de Cepal. (FIN/IPS/mso/dm/if/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe