AMERICA CENTRAL: Unión aduanera cobra renovado brío

La unión aduanera de América Central toma fuerza, más de cuatro décadas después de haber sido formulada como una paso insoslayable, empujada por las exigencias de grandes mercados como Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

La libre movilización de mercancías entre los países del istmo comenzó a negociarse en 1960, cuando Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua firmaron el Tratado General de Integración Económica Centroamericana, al cual se unió Costa Rica dos años.

Otro capítulo destacado en ese lento proceso de unión aduanera regional fue la creación el 13 de diciembre de 1991 en Tegucigalpa del Sistema de la Integración Centroamericana, que también fue suscripto por Panamá.

Sin embargo, no fue sino hasta este año que los gobiernos del istmo parecieron darse cuenta que el proceso debe acelerarse para aspirar a un pronto acceso a mercados realmente competitivos.

La UE realizó la más clara advertencia, al poner la consolidación de la unión aduanera centroamericana como condición para iniciar en 2004 las negociaciones en busca de crear una zona de libre comercio entre ambos bloques.

Esa posición del bloque europeo fue expresada en la llamada Declaración de Madrid, emitida a mediados de mayo en esa capital española al término de la cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea, ocasión elegida por América Central para plantear un tratado de libre comercio con los europeos.

Posteriormente, el encargado de negocios de la UE para Costa Rica y Panamá, Andrew Standley, señaló en San José que América Central debe llegar a la libre circulación de bienes, al igual que ocurre en el bloque europeo, antes de iniciar las conversaciones entre ambas partes.

La UE fue el destino el año pasado de 17 por ciento de las exportaciones de los países centroamericanas.

”Ni Europa ni Estados Unidos quieren negociar con un país pequeño sino con una región y por eso dan esas señales claras”, dijo a IPS el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Centroamérica, el costarricense Emilio Bruce.

Los países centroamericanos están a las puertas de una negociación comercial con Estados Unidos que, para iniciarla, también ha puesto como condición la adopción del arancel común.

Los países centroamericanos conforman un mercado con alrededor de 36 millones de habitantes.

La condición de la UE convenció a Costa Rica, que se mantenía el margen de los esfuerzos por la unión aduanera, de integrarse ”de lleno al proceso”, según lo anunció el presidente de este país, Abel Pacheco, en la XXI Cumbre Centroamérica realizada el 20 de junio en la sudoccidental ciudad nicaragüense de Granada.

Guatemala y El Salvador fueron hasta ahora los principales impulsores de la unión aduanera, que implica el libre paso de las mercancías de un país a otro sin impuestos ni trámites burocráticos, así como la fijación de aranceles comunes para los bienes procedentes de mercados ajenos a la región.

Esos países suscribieron en 1996 un acuerdo bilateral de eliminación de trabas al comercio, proceso al cual se agregaron en septiembre de 2000 Nicaragua y Honduras.

El propósito trazado inicialmente es fijar aranceles comunes en enero de 2003 y concretar la eliminación de las aduanas en diciembre del mismo año.

La Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) informó esta semana que desde el 17 de junio estaba ”armonizado 80 por ciento de los rubros contenidos en el universo arancelario de El Salvador y Guatemala y 23 por ciento entre El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua”.

La SIECA agregó que se ha avanzado en la negociación de 38 artículos que tenían una diferencia arancelaria de cinco por ciento y se espera armonizar otros 76 con desnivel similar en lo que resta del año.

También da cuenta del trabajo que se realiza para la eliminación progresiva de las aduanas y cita como ejemplos los casos de los puestos fronterizos de El Amatillo y El Poy, entre El Salvador y Honduras, que son administrados por las dos naciones.

Cálculos de la SIECA indican que, una vez que la unión aduanera sea una realidad, el comercio intrarregional aumentará entre 15 y 20 por ciento, de los 3.000 millones de dólares registrados el año pasado.

Datos divulgados por organismos regionales ponen en evidencia las trabas aduaneras al comercio. El transporte de mercadería en Estados Unidos se mueve a un promedio de 60 kilómetros por hora, mientras que en América Central sólo llega a 11 kilómetros por hora.

”Resulta inconcebible que un furgón tarde lo mismo entre San José de Costa Rica y la capital de Guatemala que un vehículo similar entre París y Moscú, debido a trabas aduaneras y burocráticas”, comentó Emilio Bruce. (FIN/IPS/lv/dm/if/02

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