UNION EUROPEA: El Norte debe globalizar su ayuda al Sur

La cumbre de la Unión Europea (UE) terminó este sábado con un pedido al resto del Norte industrializado para que se una a su programa de ayuda al Sur en desarrollo, para que la globalización pueda beneficiar a todos.

El Consejo Europeo, integrado por jefes de Estado o de gobierno de los 15 países de la UE y el presidente de la ejecutiva Comisión Europea, sesionó dos días en la sudoccidental ciudad española de Sevilla y se pronunció sobre la inmigración, el conflicto palestino-israelí y la ampliación del bloque.

También se refirió a las políticas que deben aplicar los aspirantes a ingresar en la UE para ser admitidos en ella.

La presidencia de la UE, ejercida este semestre por el jefe del gobierno español, José María Aznar, propuso con éxito pedir a otros países del Norte que se unan al programa del bloque europeo ”sobre la globalización, el comercio y las finanzas, para ayudar a los países en desarrollo a beneficiarse del acceso a los mercados de los países desarrollados”.

Con ese plan, añade la propuesta, la globalización podrá beneficiar a todos y para ello ”la Unión Europea se compromete a reforzar concretamente su acción en todos estos ámbitos”.

Al presentar las conclusiones, Aznar subrayó que ”más libre comercio y más ayuda al desarrollo permitirán lograr un desarrollo sostenible”.

España y Gran Bretaña no lograron por completo su objetivo de restringir la ayuda al desarrollo a los países que no cooperen para dificultar la inmigración irregular a la UE.

Francia y Suecia encabezaron la oposición a esa iniciativa, que fue apoyada en forma indirecta por los presidentes de la Comisión Europea, Romano Prodi y del Parlamento Europeo, Pat Cox, y la resolución en la materia fue más moderada.

Según el comunicado final, los países de la UE realizarán ”una evaluación sistemática de las relaciones con los terceros países que no colaboren en la lucha contra la inmigración ilegal”, y si se agotan los mecanismos disponibles para lograr esa cooperación, el Consejo podrá hacerlo constar ”por unanimidad”.

Sólo esa unanimidad habilitará la adopción de medidas, de conformidad con lo dispuesto en los tratados que rigen a la UE ”y sin menoscabo de los objetivos de la cooperación para el desarrollo”.

Un aspecto de difícil solución, según fuentes diplomáticas, es el reclamo de que terceros países deban readmitir no sólo a sus nacionales que hayan ingresado de manera irregular en la UE, sino también a los de terceros países ”de cuyo tránsito por el país de que se trate haya constancia”.

El problema es que no es fácil verificar ese tránsito, por tratarse, precisamente, de flujos irregulares que eluden el control fronterizo, explicaron.

Otro punto considerado clave por los 15 es el proceso de ampliación del bloque, con la prevista incorporación de 10 Estados.

El Consejo declaró que la UE está resuelta a concluir, antes del fin de este año, las negociaciones para el ingreso de Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Malta, Polonia, Letonia, Lituania y República Checa.

Si se cumpliera ese objetivo, los nuevos miembros podrían participar con pleno derecho en las elecciones del Parlamento Europeo de 2004, pero para ello cada país candidato deberá adoptar ”un enfoque realista y constructivo” en su gestión de gobierno, advirtió.

Aznar expresó en la rueda de prensa posterior a las sesiones que espera que la firma de adhesión de los países candidatos se verifique en el primer semestre de 2003. Ello permitiría cumplir con el objetivo de que participen al año siguiente en las elecciones parlamentarias citadas.

Un aspecto conflictivo es la admisión de Chipre, pues el Consejo prefiere que se realice previa unificación de la isla, y lanzó ”un llamamiento a los dirigentes de las comunidades chipriotas, la griega y la turca, para que intensifiquen y aceleren sus conversaciones para una solución global”.

En la región nororiental chipriota se proclamó en 1983 el Estado Federado Turco de Chipre, sólo reconocido por Turquía, con la intención de separar a la minoritaria comunidad de origen turco de la de origen griego.

Según la declaración final, el principal desafío en materia económica para la UE ”reside en mejorar el bienestar de sus ciudadanos actuales y futuros”, para lo cual se debe intensificar el ritmo de las reformas, ”a fin de lograr resultados económicos más sólidos”.

En ese sentido, se reafirmó la apuesta por la moneda común del bloque, el euro, se señaló que los recursos humanos de la UE siguen infrautilizados, y se admitió que subsisten problemas estructurales que deben encararse a corto plazo, aunque no fueron detallados.

El conflicto palestino-israelí fue otro de los asuntos tratados por los mandatarios, quienes subrayaron que ”la crisis de Oriente Medio ha alcanzado un dramático punto de inflexión” pues ”si continúa la escalada, la situación será incontrolable”.

El Consejo afirmó que las partes en conflicto no pueden hallar la solución por sí solas, ”por lo que es urgente la actuación política de toda la comunidad internacional”.

Para ello, ”apoya la pronta convocatoria de una conferencia internacional”, con objetivos precisos para el proceso de paz, que defina un calendario realista.

Los mandatarios de la UE condenaron los ataques de palestinos contra civiles israelíes, pero se abstuvieron de mencionar las acciones militares de Israel contra poblaciones palestinas.

”La reforma de la Autoridad Palestina es esencial. El Consejo Europeo espera que ésta cumpla su compromiso de reformar su sistema de seguridad, convocar elecciones sin demora y llevar a cabo una reforma política y administrativa”, y ”reitera su voluntad de continuar ayudando en dichas reformas”, expresaron. (FIN/td/mp/ip if/02

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