TURISMO-COSTA RICA: Roces entre ambiente y confort

El nuevo gobierno de Costa Rica se propone ampliar y mejorar la infraestructura turística para atraer visitantes de alto poder adquisitivo, que buscan conjugar naturaleza y confort, en un plan cuestionado por ambientalistas.

El ministro de Turismo, Rubén Pacheco, informó que variará la estrategia de mercadeo internacional para potenciar el sector en este país, que ya es el principal destino de turistas de América Central.

”Vamos a mantener el enfoque de protección y conservación de la naturaleza, pero vamos a cambiar la idea de que Costa Rica es sólo bosque y selva”, puntualizó.

Pacheco explicó a IPS que está en diseño una nueva campaña publicitaria para difundir en Estados Unidos, Europa y algunos países de América Latina, con el fin de promover a Costa Rica como destino del llamado ”turismo cinco estrellas”.

”Actualmente muchas personas piensan que ir a Costa Rica es viajar a una región de montañas y playas exuberantes, donde tienen que dormir en tiendas de campaña o a la intemperie”, precisó.

Por eso el llamado Plan Nacional Turístico no sólo invita a visitar al país para acampar, una opción tradicional, sino también para disfrutar de ”hoteles de cinco estrellas, construidos en armonía con el ambiente” y en medio de lugares de vegetación exuberante, comentó.

Sin embargo, ambientalistas han manifestado reservas sobre la propuesta del gobierno de Abel Pacheco, que asumió el 8 de mayo, pues entienden que la construcción de hoteles lujosos y campos de golf causarán un gran impacto a los ecosistemas.

”Nos parece muy bien que el ministro piense apoyar a los pequeños hoteleros y a los proyectos ecoturísticos”, pero el país debe seguir ofreciendo como principal atractivo su naturaleza rústica, dijo a IPS el biólogo Jorge Lobo, de la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (Fecon).

El ministro Pacheco indicó, al respecto, que el plan contempla también la diversificación de la oferta de turismo, promocionando el sol y la arena con sentido sustentable, como parte de la nueva estrategia para convertir el país en una potencia ecológica mundial.

Costa Rica ha logrado en los últimos años construir una plataforma académica, empresarial y legal pionera en ecoturismo.

En 1998 se promulgó la ley de Biodiversidad, única en el mundo en su género, que regula el uso de recursos naturales y las áreas protegidas, brinda seguridad ambiental, controla el acceso a los recursos genéticos e incentiva la educación ecológica, entre otros aspectos.

Este marco legal ha permitido al gobierno y al sector privado establecer una alianza tácita para promocionar al país con el lema ”sin ingredientes artificiales”.

Ahora el nuevo ministro de Turismo se propone dar un salto cualitativo con el Plan Nacional Turístico, que ”busca atraer un turismo selectivo, que aprecie la naturaleza y que tenga la opción de estar en contacto directo con la playa o el bosque, ya sea en cabañas rústicas o en hoteles de gran lujo”.

Las autoridades impulsan el turismo selectivo, porque paga más y a la vez aprecia y protege en mejor medida la biodiversidad. ”No queremos convertirnos en una Miami, esa no es nuestra meta”, aclaró Pacheco, en referencia a la masiva presencia de visitantes en esa sudoriental ciudad estadounidense.

También comentó que el plan en elaboración establece zonas de prioridad turística y se prohíbe especialmente la minería a cielo abierto, las explotaciones petroleras y el turismo sexual.

El turismo se convirtió en 2001 en el principal proveedor de divisas al país, con un aporte de 1.300 millones de dólares, que representó ocho por ciento del producto interno bruto. Los cálculos oficiales indican que el sector emplea, de manera directa e indirecta, entre 140.000 y 150.000 personas.

Costa Rica atrae alrededor de 1,1 millones de turistas al año, 25 por ciento de los visitantes a los siete países de América Central. La meta del gobierno es aumentar ese flujo a 1,5 millones de visitantes en los próximos cuatro años y a dos millones en 2012.

Jorge Lobo, también profesor de la Universidad de Costa Rica, destacó que la ”ventaja comparativa del país es la vegetación pura, sin confort”.

”Muchos turistas de países industrializados buscan la aventura de convivir con la naturaleza, no el lujo de un hotel de cinco estrellas”, añadió.

Lobo entiende que Pacheco plantea una gran contradicción al sostener que se pueden construir hoteles de gran confort en medio de los bosques, sin alterar los ecosistemas.

”Un hotel de cinco estrellas requiere una gran remoción de terreno y mucha energía eléctrica, y ambas cosas causan un impacto en la naturaleza”, agregó el portavoz de Fecon, la principal red costarricense de grupos ecologistas.

En cambio, el ecoturismo con hotelería rústica beneficia mucho más a los turistas, pues conocen directamente la biodiversidad, y también a los habitantes de la zona, que se benefician del consumo extranjero.

Los ambientalistas aseguran que algunas de las grandes cadenas hoteleras que se instalaron en el pasado en este país han provocado daños a estuarios, manglares y sistemas acuáticos, aunque no existen estudios de impacto ambiental al respecto.

El gobierno coincide con los activistas en que se debe evitar la presencia de las grandes cadenas transnacionales de hoteles, ya que son por lo general responsabilizadas de los mayores daños ambientales.

”En el turismo podría estar la base del desarrollo de Costa Rica”, comentó a IPS el gerente general de la privada Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo (Acoprot), Roberto Morales.

El empresario apuntó que el país, luego de haber ganado renombre mundial gracias a la promoción del ecoturismo, ahora debe aprovechar ese contexto para desarrollar el turismo de sol y arena.

Morales resaltó el desarrollo alcanzado por los medianos y pequeños empresarios turísticos, lo cual permite fomentar un servicio más personalizado. La oferta hotelera es hoy de 32.000 habitaciones, en centros de hospedaje pequeños y medianos y de todas las categorías.

Analistas del privado Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae) dijeron a IPS que la economía costarricense puede lograr un mayor crecimiento si sabe manejar el turismo.

Para Lawrence Pratt, economista estadounidense del Incae, Costa Rica prácticamente inventó en el mundo el concepto de ecoturismo y es por eso que la fórmula de sostenibilidad debe seguir aplicándola en el sector.

En los centros turísticos masivos de sol y arena, como el mexicano Cancún y el dominicano Punta Cana, por cada dólar que gasta un turista a los empresarios les queda unos 10 centavos de dólar, en cambio en Costa Rica esa relación es de un dólar a 48 centavos, explicó Pratt. (FIN/IPS/nms/dm/if en/02

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