SUDAN: Nuevas complicaciones del proceso de paz

La toma de una estratégica ciudad sudanesa por parte del insurgente Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA, por sus siglas en inglés) es un nuevo obstáculo a las conversaciones de paz que comenzarán el lunes.

El SPLA, que lucha desde 1983 por la autodeterminación del sur de Sudán, capturó el domingo Kapoeta, a unos 80 kilómetros del límite con Kenia y capital de la provincia de Equatoria Oriental. Se trata de una localidad de pocos miles de habitantes pero clave para controlar las fronteras con Kenia y Uganda.

Kapoeta había sido controlada por el gobierno sudanés en los últimos 10 años.

Además, Jartum deberá dividir las tropas que concentró para defender campos petroleros en la región, porque los insurgentes quedaron en una posición muy conveniente para atacar desde Kapoeta la ciudad de Juba, que es la mayor de la región meridional.

El gobierno sudanés alega que existía un acuerdo de cese del fuego en Kapoeta y sus alrededores, para facilitar la vacunación de ganado, y que los insurgentes deben retirarse de la ciudad, pero el SPLA niega que hubiera tal tregua.

”El acuerdo se logró el 12 de diciembre, con auspicio del enviado especial estadounidense a Sudán, John Danfort, y debió estar vigente hasta el 30 de junio. Todas las partes prometieron no sacar provecho militar de la tregua”, aseguró a IPS Mohamed Dirdeiry, alto funcionario de la embajada sudanesa en Nairobi.

”Estados Unidos puede y debe obligar al SPLA a devolver la ciudad, si en realidad piensa que las partes deben cumplir sus compromisos, para que la mediación sea exitosa”, agregó.

Pero el portavoz del SPLA en Nairobi, Samson Kwaje, dijo a IPS que Dirdeiry miente.

En el marco de la iniciativa de paz lanzada por Danforth, las agencias de la Organización de las Naciones Unidas ”se dirigen por escrito a las dos partes y dicen: 'Nos gustaría ir a tal área durante un tiempo limitado para realizar vacunaciones', y les respondemos por escrito”, afirmó.

”No hubo solicitudes sobre Kapoeta en los últimos meses, y el gobierno sudanés dijo incluso a Danforth en noviembre que no querían vacunación de animales en esa zona”, aseguró.

El testimonio de Danforth sobre la existencia de un acuerdo para Kapoeta sería decisivo, pero el ex senador estadounidense no ha realizado declaraciones acerca del asunto.

Jartum presentó una queja formal ante Washington, en la cual sostuvo que ”lo ocurrido en Kapoeta no debe pasar inadvertido, y los rebeldes no deben salirse con la suya”.

Dirdeiry aseguró que la comunidad internacional no mide con la misma vara al gobierno sudanés y a los insurgentes.

”Cuando cometimos el error de atacar a algunos civiles, Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional presionaron de todas las formas posibles para que no volviéramos a hacerlo. Pero a nadie parece importarle la violación del acuerdo” sobre Kapoeta, comentó.

La querella sobre Kapoeta disminuye las probabilidades de éxito en las negociaciones de paz que se prevé iniciar este lunes en Nairobi, convocadas por la Autoridad Intergubernamental sobre Desarrollo (IGAD, por sus siglas en inglés), que reúne a Kenia, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Somalia, Sudán y Uganda.

”El proceso de paz impulsado por la IGAD comenzó en 1993 y ha logrado muy poco. La próxima reunión es su última oportunidad, y somos muy escépticos”, advirtió Dirdeiry.

”Esta guerra ha durado 19 años, y no permitiremos que dure otros 19. Todos deberemos revisar nuestra agenda si la IGAD no logra progresos hacia la paz”, aseveró.

Kwaje no descarta la creación de un ámbito distinto de negociación, pero subrayó que eso debe ser acordado por ambas partes.

Está previsto que las conversaciones en Nairobi duren un mes, y pocos son optimistas sobre su resultado. En los últimos tiempos, el diálogo está bloqueado, porque Jartum no acepta demandas de autonomía para la región meridional y laicidad del Estado, que el SPLA considera irrenunciables.

El componente religioso del conflicto se debe a que el gobierno es controlado por grupos étnicos musulmanes que pretenden implantar la ley islámica en la región meridional, habitada por una amplia mayoría cristiana o animista. (FIN/IPS/tra- eng/ks/mn/mp/ip/02

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