La discriminación social basada en castas de India se extendió a ciertos bancos de sangre, que ofrecen ahora sangre de clases superiores a un precio también superior.
Un folleto distribuido por el Banco de Sangre del Rotary, administrado en Nueva Delhi por la asociación Rotary International, puso en evidencia los prejuicios existentes contra ciertos donantes.
Deseamos poner fin a la venta clandestina de sangre. Es sabido que muchas personas casi desnutridas, conductores de carros de culíes, drogadictos y otra gente sin recursos son donantes de sangre, dice el folleto, que publicita la disponibilidad de sangre mejor a 18 dólares la unidad.
El banco de Rotary International fue inaugurado en marzo por el ministro del Interior Lal Krishna Advani, perteneciente al Bharatiya Janata Party, el partido hinduista y nacionalista que domina la coalición de gobierno.
El precio de la sangre superior ofrecida por el Rotary, una asociación de hombres de negocios fundada en Chicago en 1905 para defender la moral profesional y los ideales de paz y fraternidad universales, duplica el de la sangre que brinda la Sociedad India de la Cruz Roja, que administra el mayor banco de la capital, con 45.000 unidades anuales.
Pese a sus altos precios y a su actitud discriminatoria, el banco del Rotary obtuvo del gobierno el estatuto de centro regional de transfusiones y fondos por más de un millón de dólares, señalaron grupos de voluntarios.
Interrogado sobre la actitud del Rotary, el Consejo Estadual de Transfusión de Sangre de Nueva Delhi prometió tomar medidas.
Les hemos dicho que deben coordinar con otros centros regionales para reducir sus precios. Si no lo hacen, les retiraremos su estatuto de centro regional de transfusiones, declaró el médico Bharat Singh, secretario del Consejo.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos opinaron que ese estatuto nunca debió concederse a una organización elitista como Rotary International.
Además, el banco del Rotary sienta un precedente de venta de sangre en un país donde la política oficial la prohíbe, señaló Purushottaman Mulloli, presidente del Consejo de Acción Conjunta, una federación de grupos activos en el área de la salud pública y el VIH/sida.
La Corte Suprema prohibió hace cinco años la venta de sangre, pero la decisión quedó apenas en el papel.
Esa práctica se remonta el período colonial y se institucionalizó en la segunda guerra mundial, cuando se requerían grandes cantidades de sangre para transfusiones y pocos indios estaban dispuestos a donarla.
La decisión de la Corte Suprema no cambió la situación. Varias organizaciones voluntarias demostraron mediante estudios que la mayor parte de la sangre disponible para transfusiones procede de donantes comerciales clandestinos, mientras los precios suben más y más.
Sólo Nueva Delhi precisa unas 300.000 unidades de sangre por año y menos de la mitad de esa cantidad es extraída legalmente en bancos de sangre, mientras el resto procede de donantes comerciales, afirmó Iqbal Malik, director de la ONG Vatavaran, que hace tres años filmó e hizo emitir por televisión distintos casos de comercialización de sangre.
La actitud discriminatoria de algunos bancos se relaciona con las conclusiones de un estudio realizado por la firma contable A.F. Ferguson, según la cual los donantes comerciales son en su mayoría pobres y muchos de ellos se inyectan drogas o practican sexo inseguro.
Lo importante es que la sangre donada sea sometida a las pruebas de seguridad necesarias, y no de quién procede, en un país que padece grave escasez de sangre para transfusiones, destacó Mulloli.
El Consejo de Acción Conjunta prevé que la escasez será mayor como resultado de una nueva política anunciada por el gobierno en abril, por la cual los bancos sólo podrán aceptar sangre procedente de donaciones voluntarias.
Esto es casi imposible debido a los prejuicios que hay sobre la sangre. El resultado será que India, con sus 1.000 millones de habitantes, dependerá cada vez más de la sangre importada, lo cual sólo ayudará a las empresas multinacionales en el negocio, advirtió Mulloli.
En el año 2000, India importó productos de la sangre por 540 millones de dólares, principalmente a Francia y Estados Unidos.
En todo esto no se tiene en cuenta a la gente común que no puede pagar los precios del banco del Rotary ni a los habitantes rurales, donde no hay bancos de sangre y numerosos pacientes dependen de transfusiones directas, observó Mulloli. (FIN/IPS/tra- en/rdr/ral/mlm/he-hd/02