DESARROLLO: Cae apoyo de donantes a tareas humanitarias de la ONU

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) dispone de poco más de un tercio del dinero que pidió para proyectos de ayuda humanitaria en Angola, Burundi, Corea del Norte, Guinea, Sudán y otros países.

Las agencias del foro mundial encargadas de esos proyectos realizan una solicitud anual conjunta de fondos, y este año pidieron 3.600 millones de dólares, pero hasta ahora han recibido sólo 1.400 millones.

En los últimos años, los principales donantes disminuyeron su aporte y comenzaron a dirigirlo en forma específica a parte de los proyectos abarcados por el pedido conjunto.

Las agencias recibieron menos de lo solicitado el año pasado, en el marco de una tendencia a la disminución de la ayuda humanitaria durante el último quinquenio, señaló Mark Bowden, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

El resultado es alarmante para países afectados por sequías, epidemias, hambrunas y otros desastres, comentó.

El aparato humanitario de la ONU no sólo es afectado por la caída general del monto de la asistencia humanitaria, sino también por la tendencia a destinar porcentajes crecientes de la ayuda a agencias bilaterales y organizaciones no gubernamentales, añadió.

El foro mundial ha respondido en forma ”muy, muy lenta” a la situación de Angola, que sufre una ”terrible hambruna”, pero la comunidad internacional se apresuró a brindar asistencia a Afganistán, apuntó el director ejecutivo de la organización humanitaria Médicos sin Fronteras, Nicolás de Torrente.

”Las necesidades humanitarias son subordinadas a los cálculos políticos”, afirmó.

Donantes ya han aportado 48 por ciento de los fondos solicitados por agencias humanitarias de la ONU para tareas en Afganistán, el porcentaje más alto para un país, y ”en cierto modo, el éxito en el caso afgano ha perjudicado a otros”, comentó.

Las agencias sólo recibieron 24 por ciento de los fondos solicitados para tareas en Angola, y apenas 18 por ciento de lo que pidieron para trabajar en Sudán.

El apoyo a proyectos para Afganistán se debe al deseo de asegurar la estabilidad del gobierno interino de ese país, respaldado por una coalición internacional con liderazgo estadounidense, según funcionarios de la ONU que no quisieron ser identificados.

”Los donantes están más que dispuestos a cubrir tus necesidades, si tú acompañas sus apuestas políticas”, afirmó uno de esos funcionarios.

La escasez de fondos determina que no sea posible frenar epidemias de cólera y sarampión en Guinea, y acota tareas de alivio de la hambruna en Corea del Norte, donde se cuenta con insuficientes alimentos y medicinas, aseguró otro.

El Consejo Económico y Social del foro mundial discutirá el mes próximo una distribución más equitativa de los fondos para causas humanitarias, dijo Bowden.

En los últimos tiempos, la Unión Europea ha disminuido su presupuesto específico para ayuda humanitaria, en beneficio de programas más amplios para afrontar situaciones de emergencia. Esa reducción fue 10 por ciento en 2001, y será cinco por ciento más este año.

Estados Unidos aún es el país que más dona para ayuda humanitaria, pero no aumenta su contribución desde hace cinco años.

A comienzos de la década de los 80, el promedio anual de crisis humanitarias era de 20 a 25, y a mediados de los 90 había llegado a ser de 65 a 70.

En la actualidad, más de 50 millones de habitantes del planeta necesitan ayuda humanitaria, y el número de personas afectadas tiende en la actualidad a aumentar más de 10 millones por año, según la Cruz Roja Internacional.

Médicos sin Fronteras, con sede en París, tiene gastos anuales de unos 320 millones de dólares, y no ha sido afectada por los recortes porque sólo 20 por ciento de sus fondos provienen de gobiernos, y el resto proviene de contribuyentes privados, indicó De Torrente.

Las emergencias humanitarias ”quizá se han convertido en la mayor amenaza a la seguridad humana del mundo actual”, según un estudio presentado en 2000 por el Instituto Mundial para la Investigación sobre Desarrollo Económico, de la Universidad de la ONU, y el Centro Internacional de Desarrollo de la británica Universidad de Oxford.

Esa investigación abarcó 22 países muy afectados por guerras y otras ”complejas urgencias”, entre ellos Afganistán, Angola, Argelia, Bosnia-Herzegovina, Colombia, El Salvador, Etiopía, Liberia, Perú, Ruanda, Somalia, Sudán, Sri Lanka, Tajikistán y Uganda.

Los autores del informe señalaron que de 1992 a 1994 hubo un pico de muertes por crisis humanitarias en esos 22 países.

Hubo 500.000 víctimas en Ruanda en 1994, y las crisis de 1992 en Mozambique, 1993 en Burundi y 1994 en Angola causaron 100.000 muertes cada una, destacaron. (FIN/IPS/tra-eng/td/aa/lp/hd dv/02

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