CHINA: Refugiados norcoreanos complican diplomacia regional

El gobierno de China se proponía dedicar este año a celebrar el fortalecimiento de relaciones diplomáticas y cooperación con Corea del Sur y Japón, pero esos planes se complican, debido a una oleada de pedidos de asilo de norcoreanos.

Solicitantes de asilo norcoreanos, acuciados por el hambre y la represión en su país, irrumpen en sedes diplomáticas de otros países en China, y hubo choques entre esas personas, policías y funcionarios extranjeros en el consulado de Japón en la nororiental ciudad china de Shenyang, y luego en la embajada de Corea del Sur en Beijing.

Policías de Beijing arrastraron a un solicitante de asilo norcoreano fuera de la embajada de Corea del Sur y forcejearon con funcionarios de ese país.

Esos incidentes causaron espinosas disputas con Tokio y Seúl, en vísperas de previstos festejos de los 10 años del establecimiento de relaciones diplomáticas con Corea del Sur, y de los 30 años de la normalización de los vínculos con Japón.

El presidente Jiang Zemin no aceptó una invitación para asistir a la ceremonia inaugural en Seúl de la Copa Mundial de Fútbol en curso, organizada por Corea del Sur y Japón, y eso alimentó especulaciones sobre creciente malestar tras los incidentes relacionados con solicitantes de asilo.

Se esperaba que Jiang aprovechara esa oportunidad para reunirse con el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, y con el presidente sudcoreano, Kim Dae Jung, para consolidar la tendencia a la mejora de relaciones con sus países previa a esos incidentes.

El Ministerio de Relaciones Exteriores chino pidió en una carta a todas las sedes diplomáticas y de organizaciones internacionales de asistencia en el país que todos los solicitantes de asilo norcoreanos fueran entregados a las autoridades chinas, para ser repatriados.

”Desde nuestro punto de vista, las normas internacionales y la ley china no otorgan a las embajadas extranjeras derecho a conceder asilo a nacionales de un tercer país”, dijo a periodistas el portavoz de ese ministerio, Kong Quan.

Beijing toleró durante años el ingreso por su septentrional frontera con Corea del Norte de personas provenientes de ese país, y se calcula que unos 300.000 norcoreanos residen en forma ilegal en China, pero las autoridades no aceptan que un creciente número de esos refugiados pretenda pasar a otras naciones.

Todo comenzó el año pasado, cuando siete miembros de una familia norcoreana pidieron ser aceptados como refugiados por una oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Beijing, y el mayor grupo de solicitantes de asilo ha sido el de 25 recibidos en marzo por la embajada de España en la misma ciudad.

Esas personas fueron autorizadas a hacer escala en Filipinas para trasladarse a Corea del Sur.

Beijing trató de restar importancia a los primeros episodios, y permitió con escasa publicidad que refugiados norcoreanos partieran hacia Corea del Sur mediante solicitudes de asilo a embajadas de terceros países, pero en los últimos tiempos endureció su política en la materia.

China es uno de los pocos aliados que le quedan al totalitario régimen de Corea del Norte, con el cual mantiene un acuerdo que la obliga a repatriar a todos los inmigrantes ilegales provenientes de ese país.

Además, recientes acontecimientos internacionales han conducido a Beijing a fortalecer sus vínculos con Pyongyang, señaló el especialista Wang Lingyi, del Instituto de Investigación de Asuntos de Asia-Pacífico de la Academia de Ciencias Sociales de la oriental ciudad china de Shanghai.

Washington parece dispuesto a dialogar con Pyongyang, tras meses de debate interno sobre el asunto, y desea que la negociación abarque el programa nuclear norcoreano, el despliegue de tropas de Corea del Norte cerca de la frontera con Corea del Sur, y cuestiones de antiterrorismo y derechos humanos.

El gobierno estadounidense anunció este mes que reanudará su asistencia humanitaria a Corea del Norte al enviar a ese país 10 millones de toneladas de alimentos mediante organismos de la ONU.

”Es claro que Washington no desea en las actuales circunstancias un aumento de tensiones en la península de Corea debido a una oleada de solicitantes de asilo norcoreanos” comentó Wang.

Otra razón del endurecimiento de Beijing es un novedoso temor de que el país, de más de 1.200 millones de habitantes, sea inundado por inmigrantes ilegales en tránsito.

Ese presunto peligro fue destacado en la última edición del semanario Life, tras un largo periodo en el que los medios de comunicación estatales brindaron escasa cobertura a la cuestión de los refugiados.

Unos 85.000 inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos provenientes de Africa y Medio Oriente, fueron descubiertos y arrestados por fuerzas de seguridad chinas a fines de 2000, y las autoridades sospechan que decenas de miles más residen en el país, según Life.

China desea mantener su infrecuente situación de buenas relaciones simultáneas con Corea del Norte y Corea del Sur, y aboga por ”calma y contención” para superar el incidente de la embajada, tras una áspera respuesta inicial a las quejas de Seúl, la semana pasada.

Ambas partes deben mantener la calma y trabajar juntos para resolver el problema, sostuvo en Tailandi el ministro de Relaciones Exteriores chino, Tang Jiaxuan, tras reunirse con su par sudcoreano, Choi Sung Hong, durante la primera sesión del Diálogo para la Cooperación Asiática. (FIN/IPS/tra- eng/ab/ral/mp/pr ip/02

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