Una variante de los programas de televisión que obsequian dinero, automóviles, viajes y electrodomésticos surgió en Argentina, premiando a los ganadores con el bien más preciado en este país: un empleo seguro.
Me cambió la vida. Tenía a mi esposa y a mi hijita en el interior, y ahora pude alquilar un departamento y traerlas a vivir conmigo a la capital, dijo a IPS Walter Liendo, de 25 años, quien obtuvo un puesto de maletero en un hotel de cuatro estrellas por participar en el programa Recursos humanos.
Este programa se emite todos los días hace cuatro meses. El conductor presenta a los dos candidatos a cubrir un puesto de trabajo y, mientras, vídeos grabados muestran cómo viven los concursantes y recogen testimonios entre sus familiares y amigos.
Los participantes son sometidos a diversas pruebas y, al final, el público vota al ganador.
Centenares de aspirantes a un empleo son entrevistados por diversos expertos antes de presentarse frente a las cámaras, en directo, para exponer sus conocimientos y su situación a un público que votará conmovido por sus historias personales.
Las mujeres solas con hijos tienen dificultades para conseguir trabajo en un contexto de alto desempleo. Pero ver a una mujer explicando, con la voz quebrada, que nunca negará que tiene una hija para mejorar sus posibilidades ante un posible empleador tiene un impacto decisivo en la audiencia.
Mucho más si la pantalla muestra a la niña jugando en su casa con su madre, dibujando, poniéndose su delantal antes de ir a la escuela o simplemente sonriendo a la cámara con timidez.
El éxito de Recursos humanos se explica por los graves problemas laborales de Argentina. El desempleo supera 24 por ciento de la población económicamente activa, y el subempleo alcanza un porcentaje similar.
Las firmas encuestadoras ubican el desempleo al frente de la lista de preocupaciones de los argentinos.
Durante la emisión del programa se convoca a los futuros participantes. Allí se especifica el empleo ofrecido y los requisitos, así como cuándo y dónde deben presentarse los candidatos, explicó a IPS una de las 30 personas que trabajan en la producción de Recursos humanos, Cecilia Leal.
Este mes se ofreció a mujeres de entre 45 y 60 años, con o sin experiencia, un puesto de asistente de grupos turísticos en un parque temático. También se requirió a estudiantes de gastronomía, sin restricciones de edad pero con experiencia, para trabajar en la cocina de un restaurante.
La cita es en un teatro donde entre 300 y 400 personas se acomodan en las butacas para llenar los formularios. Una vez completado ese paso, un tribunal de cinco profesionales de la consultora laboral Suministra Cleverman los entrevistará uno a uno hasta seleccionar a los que consideren más calificados.
Las personas deben estar preparadas para cubrir el puesto y además, tener un perfil que podríamos llamar 'televisivo', pues deberán ser los protagonistas de un programa de una hora, dijo Leal.
En ese aspecto, los participantes se someten luego a entrevistas con los integrantes de la producción del programa, que también intervienen en la selección.
Una vez que pasan por las distintas entrevistas, se selecciona a 10 personas para que se reúnan con el empleador, que opta por los dos candidatos que más le interesan para cubrir la vacante.
El trabajo es por seis meses, con todos los requerimientos legales de un empleo seguro y con muchas posibilidades de mantenerlo, aseguró Leal. Los salarios no son altos, alrededor de 114 dólares mensuales, pero cubren lo que se considera hoy un ingreso básico.
El salario de Liendo como maletero, incluidas las propinas, asciende a unos 190 dólares. El contrato es por seis meses, pero ya me dijeron que si sigo así me van a contratar de forma permanente, comentó, 45 días después de obtener el puesto.
Las empresas que solicitan la selección de empleados no pagan nada por el trabajo de la consultora ni de la producción del programa. Tampoco por la publicidad institucional que pueda brindarles su aparición en la televisión para ofrecer una oportunidad de trabajo a quien la necesita.
Los empleos ofrecidos son diversos: jardineros, peluqueros, recepcionistas, administrativos, cajeros, supervisores o acomodadores de mercadería en supermercados, cajeros de peaje y choferes de ómnibus, e incluso algunos puestos para profesionales universitarios como, por ejemplo, ingenieros civiles.
El programa transcurre con los dos concursantes sentados en el estudio, ante una tribuna en la que se ubican sus familiares y amigos. El conductor, Néstor Ibarra, conversa afablemente con ellos para que se den a conocer.
La entrevista se intercala con vídeos grabados con anterioridad en los que el candidato habla, ríe y llora en su entorno habitual.
Ibarra les hace preguntas técnicas acerca de sus conocimientos sobre el empleo ofrecido, y en algunos casos se los somete a una prueba. Por ejemplo, para los puestos de peluquería, deben peinar a una novia ya vestida con su traje blanco en apenas 12 minutos, con unas pocas indicaciones básicas.
Una de las candidatas a un empleo de recepcionista en una escuela, Valeria Barretto, de 28 años, logró conmover al público hablando de su padre. La joven contó que su padre fue secuestrado durante la última dictadura militar (1976-1983) cuando ella tenía tres años y su hermano nueve meses.
Desde entonces, su madre se ocupó de ellos y los crió sin odio, según contó la mujer, que trabaja de lunes a lunes en una pizzería. Barretto trabajaba en un banco hasta hace tres meses y alquilaba un apartamento junto a su pareja. Pero la despidieron y, ante la falta de ingresos, debió volver a vivir con su madre.
Me da mucha impotencia ver que ella se levanta todos los días a las seis de la mañana y que yo no puedo hacer lo mismo, contó Barretto ante las cámaras.
Los participantes también expresan otras aspiraciones más allá de su necesidad de trabajar, y muchas veces esos deseos tratan de ser cumplidos por la producción. Hay, por ejemplo, candidatos que quieren estudiar teatro, o que trabajan en una organización sin fines de lucro que necesitaría ayuda solidaria.
Finalmente, los espectadores sufragan telefónicamente por su candidato preferido, y el más votado firma el contrato con el empleador allí mismo, al cierre del programa, que termina siempre en abrazos y festejos.
Desde que comenzó a emitirse Recursos humanos, ya casi 100 personas consiguieron empleo. Hubo apenas 45 emisiones, pero muchas empresas últimamente optaron por la sorpresa de contratar también al perdedor, una vuelta de tuerca que el espectador, desde su casa, agradece con emoción. (FIN/IPS/mv/mj/cr lb/02
