La Unión Europea (UE) cree que las principales causas del hambre son políticas, y que esa hipótesis debe orientar el trabajo de la Cumbre Mundial de la Alimentación que comenzó este lunes en Roma.
Ese enfoque de la cuestión contrasta con el de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), que prioriza la creación de nuevos mecanismos de asistencia a los hambrientos, dijo a IPS el comisario de la UE para Desarrollo y Asistencia Humanitaria, Poul Nielson.
Ochenta por ciento del hambre en el mundo es causada por conflictos, y los gobiernos deben afrontar ese problema, en especial en el mundo en desarrollo, afirmó.
Esos locos conflictos deben cesar si queremos hacer algo significativo contra el hambre, porque su costo en términos de sufrimiento humano es inaceptable, aseveró.
Las principales causas de inseguridad alimentaria son obra de los seres humanos, y la mayor responsabilidad en la materia corresponde a los políticos, aseguró.
El énfasis en la creación de nuevos fondos institucionales, en vez de priorizar, la verdadera tarea, explica en parte la ausencia de un ambiente de entusiasmo sin reservas en los días previos a la cumbre, afirmó el funcionario en una entrevista realizada el viernes.
Nielson representa a la Comisión Europea, organismo ejecutivo de la UE, en la reunión de Roma, convocada por la FAO para revisar el resultado de iniciativas contra el hambre desde la primera Cumbre Mundial de la Alimentación, realizada en 1996 en la misma ciudad, y orientar nuevos esfuerzos en la materia.
Hace seis años, se planteó la meta de lograr que el porcentaje de hambrientos en la población mundial fuera en 2015 la mitad que en 1990, pero el resultado de las iniciativas en la materia no permite pensar que ese objetivo sea alcanzable antes de 2030, según los expertos.
En la actualidad, más de 200.000 personas mueren cada día debido a enfermedades relacionadas con el hambre, según datos del foro mundial.
El encuentro estaba previsto para el año pasado, y por eso su nombre oficial es Cumbre Mundial de la Alimentación: Cinco Años Después, pero se postergó tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Organizaciones humanitarias han expresado preocupación por el escaso avance de la lucha contra el hambre, y consideran que la mayoría de los gobiernos no dieron la debida importancia a la cumbre de Roma.
Sin embargo, Nielson opinó que la Comisión Europea ha mejorado su enfoque del problema, al priorizar el logro de seguridad alimentaria de largo plazo.
No dejamos de hacer lo que es necesario ante situaciones de desastre, pero tenemos muy claro que las únicas acciones correctas son las que se ubican en un marco más refinado de prevención, explicó.
El funcionario admitió que una de las causas profundas de la pobreza y el hambre es que los productores del mundo en desarrollo se ven perjudicados por el proteccionismo de la UE, y señaló que nadie propone aumentar los subsidios del bloque europeo o mantenerlos en los actuales niveles.
Para comenzar a superar ese problema, la UE abrió en forma irrestricta su mercado a exportaciones de los 49 países que el foro mundial define como menos desarrollados, y en la actualidad importa más productos agrícolas de esas naciones que la suma de Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón y Nueva Zelandia, dijo.
Por otra parte, la UE ya no brinda asistencia alimentaria en función de su propia disponibilidad de excedentes, sino a partir de las necesidades de los receptores, y actúa en forma más flexible cuando debe decidir si brinda ayuda monetaria o en especies, destacó.
Nielson también se refirió a la polémica cuestión de los organismos vegetales genéticamente modificados, patentados por firmas transnacionales, en el marco de los esfuerzos por lograr seguridad alimentaria.
Las grandes compañías alegan que los transgénicos son la herramienta para aumentar cosechas y erradicar el hambre, pero activistas alegan que esa estrategia implica riesgos no evaluados para el ambiente y la salud, y que sus únicas seguras beneficiarias son las propias transnacionales.
La UE ha sido un bastión de la resistencia a los organismos genéticamente modificados, pero cualquier cosa que haga en ese terreno será criticada por todos los participantes en la polémica, que no se muestran muy dispuestos a lograr acuerdos, comentó.
Debemos lanzar una estrategia con amplia base para contrarrestar y equilibrar a grandes fuerzas económicas involucradas, y crear un mínimo de decencia en el mercado. Por eso necesitemos fortalecer el enfoque multilateral de los problemas y mejorar el funcionamiento de los gobiernos, apuntó.
Eso no implica ignorar que los transgénicos pueden crear nuevas oportunidades para los países en desarrollo, ya que la introducción en Asia de nuevas variedades de arroz causó un gran aumento de la productividad agrícola, y contribuye a que países de esa región salgan del grupo de los más pobres, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/gh/ss/mp/dv/02
