Gran parte de la expansión del sida puede atribuirse a la discriminación sufrida por los portadores del VIH, señaló la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja al anunciar una campaña mundial contra el estigma de la enfermedad.
La lucha contra el prejuicio contra los pacientes y el descubrimiento de una vacuna eficaz son dos de las áreas que requieren mayor atención y ofrecen perspectivas de control de la epidemia de VIH/sida, que en 2001 cobró tres millones de vidas.
La campaña, planificada en colaboración con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), se funda en la convicción de que el estigma no sólo constituye una ofensa a la dignidad humana sino que también que alimenta la pandemia.
Medio millón de los 800.000 niños infectados de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) nacidos el año pasado contrajeron la enfermedad por causas atribuibles al temor de sus madres por la discriminación, dijo el jefe de salud de la Cruz Roja, Alvaro Bermejo.
Los medios para prevenir el contagio de madre a hijo están disponibles y resultan económicos, pero muchas embarazadas prefieren no someterse a los exámenes o no retiran sus resultados.
Esa conducta obedece al miedo a ser estigmatizadas o discriminadas por sus familiares, sus amigos, empleadores o autoridades, en caso de resultar infectadas, precisó Bermejo.
De la misma manera, cerca de medio millón de nuevos contagios se registran por año entre adictos a drogas intravenosas. Detrás de estos casos también aparece la discriminación.
En muchos países, a ese tipo de consumidores de drogas se les niega el acceso a material inyectable esterilizado. En consecuencia, dijo Bermejo, comparten las jeringas y contagian la infección que luego se extiende a través de sus parejas sexuales.
Las políticas y los programas para los adictos a drogas intravenosas son muy necesarias si se pretende que Europa oriental tenga éxito en el control de la epidemia que en esa región, en especial en Rusia, se expande a mayor ritmo que en el resto del mundo.
Pero también se requieren iguales políticas en Asia del sur, Asia sudoriental, Asia oriental y en China, subrayó Bermejo al anunciar en una rueda de prensa el lanzamiento de la campaña contra el estigma del VIH/sida.
Inclusive hacen falta en Estados Unidos, donde la epidemia se remonta a mayor tiempo atrás y donde se tiende a creer que existe una actitud más receptiva con respecto a las personas que viven con el VIH/sida.
Sin embargo, apuntó Bermejo, un alto porcentaje de los portadores de VIH de la comunidad negra de Connecticut, uno de los estados más ricos de ese país, no reciben la terapia antiretroviral, a pesar de ser gratuita, porque temen a la estigmatización que rodea al sida.
Se trata de personas que prefieren el contagio de sus hijos o morir ellas mismas, antes que correr el riesgo de que sus familias y sus comunidades se enteren de que están infectados.
Bermejo refirió que en sus contactos profesionales con los enfermos no se les escuchan quejas por las diarreas persistentes, el fastidio de las toses cotidianas o por otros efectos colaterales que caracterizan a la dolencia.
En cambio, se lamentan de la mayor dificultad de vivir con el VIH/sida, que es el estigma que rodea a la enfermedad.
Bermejo citó el testimonio de un portador que al despertar cada mañana corre al espejo para verificar. El temor es que algo nuevo en el rostro descubra mi condición y delate a otras personas que estoy infectado, dijo el paciente.
La Federación de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja lanzó un llamado a la comunidad internacional para la adopción de acciones que reduzcan el estigma y la discriminación de los enfermos de VIH/sida.
Bermejo aludió al carácter imperioso de esa tarea, por tratarse de derechos humanos de los enfermos, y también porque la epidemia seguirá derrotándonos si no hacemos algo.
Onusida coincidió también con la definición de que el estigma y la discriminación constituyen los principales obstáculos para la curación y la prevención eficaces del mal.
La agencia de la ONU estimó que la campaña alentará a las personas a quebrar el silencio y las barreras que se oponen a esos objetivos.
La Cruz Roja lanzará su campaña el 8 de este mes en países como Mozambique, Belice y Honduras. En ceremonias simbólicas, personas portadoras del VIH/sida retirarán un velo que cubrirá los ojos de personalidades políticas de esas naciones.
La campaña, a los largo de dos años, contará con la participación en todo el mundo de unos 400.000 voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. (FIN/IPS/pc/mj/he hd/02
