PALESTINA: Vientos de cambio

El Consejo Legislativo Palestino inició este jueves la discusión de reformas democráticas, que aseguren la independencia de la justicia y el combate a la corrupción, en medio de un momentáneo cese de hostilidades con Israel.

Pero las reformas que impulsan desde el exterior Estados Unidos e Israel y las que reclama la oposición política palestina son muy distintas y pueden incluso ser contradictorias.

Los legisladores palestinos comenzaron a discutir este jueves planes para reformar la Autoridad Nacional Palestina (ANP), tras el pedido efectuado el miércoles por el presidente Yasser Arafat.

Pero el discurso de Arafat fue recibido con escepticismo por la población. ”Las reformas que se reclaman desde el exterior, por Estados Unidos e Israel, se llevarán a cabo. Se reorganizarán los servicios de seguridad pero, ¿eso traerá verdadera democracia? No lo creo”, dijo el dirigente político Abdullah Hourani.

”Nunca veremos reformas reales”, agregó Hourani, presidente del comité de política del Consejo Nacional Palestino, el máximo cuerpo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a la que pertenece Arafat.

Pero el presidente ”ni siquiera mencionó a la OLP, la que se supone debe negociar la paz en nombre del pueblo palestino, y no la ANP”, sostuvo.

Hourani explicó su incredulidad alegando que existen dos visiones sobre las reformas, una externa y otra interna.

”Ambas pueden ser incluso contradictorias. Cuando desde el exterior se reclaman acciones más firmes contra los militantes (suicidas), sin fortalecer el marco legal, entonces estamos en problemas”, sostuvo.

Eso fue lo que ocurrió cuando a fines de los años 90 Estados Unidos ayudó a fortalecer al Servicio de Seguridad Preventivo de la ANP, destinado a impedir ataques contra Israel, arguyó Hourani.

La táctica otorgó algunos años de relativa tranquilidad, pero provocó mucho resentimiento en la población por los operativos fuertemente armados y la ausencia de garantías procesales para los detenidos e indagados.

El intento palestino de mejorar sus instituciones internas y su imagen internacional, coincidió con un vuelco a la derecha en el gobernante Partido Likud en Israel.

El comité central del Likud decidió, contra la voluntad del primer ministro Ariel Sharon, excluir cualquier posibilidad de fundación de un estado palestino ”al oeste del río Jordán”, es decir en Cisjordania, el más grande de los territorios palestinos autónomos.

En ambas partes, el interés por la cuestión política interna es resultado de sendas luchas por el poder. Arafat intenta defenderse de quienes desde dentro y fuera cuestionan su autoridad personal.

En el Likud, la votación contraria a Sharon fue liderada por su rival y ex primer ministro Benjamin Netanyahu, pese a que las encuestas de opinión señalan que la mayoría de los votantes del Likud consideran inevitable la creación de un estado palestino.

Los reclamos de una seria revisión del funcionamiento de la ANP crecieron al concluir la ofensiva militar de Israel en Cisjordania a comienzos de este mes.

Sharon también pidió reformas palestinas como condición para reanudar las negociaciones con los palestinos, al afirmar ante el Knesset, parlamento unicameral israelí, que es imposible hablar de paz con ”un estado dictatorial y terrorista”.

La intención israelí es marginar a Arafat. Mientras las promesas del líder palestino fueron saludadas por la cancillería israelí, el portavoz de Sharon fue más crítico, señalando que esos compromisos se habían adoptado antes y que ”nada cambiará mientras Arafat esté en el gobierno”.

Estados Unidos y algunos países árabes, como Arabia Saudita y Egipto, reclaman a Arafat que lleve a cabo cambios que fortalezcan su capacidad de combatir a los militantes suicidas.

Este pedido se refiere fundamentalmente a ampliar y unificar los servicios de seguridad. El director de la Agencia Central de Inteligencia, George Tenet, llegará pronto a Palestina para asesorar en la reconstrucción de esos servicios, diezmados por las operaciones israelíes.

Pero estas demandas están muy lejos del debate palestino interno sobre las reformas, que se centra en la necesidad de garantías democráticas, un sistema judicial independiente y el combate a la corrupción.

Las críticas a la ANP y al entorno de Arafat se han hecho más contundentes desde el fin de la ofensiva israelí, en la cual fue evidente la incapacidad de las autoridades para defender a su propio pueblo.

En su discurso del miércoles Arafat reconoció estos hechos, pero responsabilizó de los mismos a Israel.

”Los hechos tomaron la dirección equivocada como resultado de la actitud del gobierno israelí. Nuestra situación interna luego de los últimos ataques necesita una revisión amplia en todos los aspectos de nuestra vida”, dijo Arafat.

La mayor parte de las críticas se centran en los acuerdos para poner fin al cerco a la oficina de Arafat en Ramallá y al de la Iglesia de la Natividad, en Belén, en los que la ANP admitió que 13 palestinos fueran exiliados.

Arafat defendió la gestión de sus asesores y asumió toda la responsabilidad por lo actuado, agregando que a veces se cometen ”errores”.

El líder efectuó su discurso desde Ramallá, trasmitido en vivo a la sede del parlamento en Gaza, donde más de 100 representantes y funcionarios llenaron el salón principal.

Mientras tanto manifestantes agitando las banderas verdes del fundamentalista Hamas-Movimiento de Resistencia Islámica marchaban en recuerdo de la ”naqba” (catástrofe), ocurrida en 1948, cuando se fundó el estado de Israel y cientos de miles de palestinos fueron expulsados de sus hogares.

El veterano negociador palestino Haider Abdel Shafi, duro crítico de Arafat luego de los acuerdos de paz de Oslo, en 1993, también denunció la falta de mecanismos de control democrático en la ANP.

Espero que las reformas y las prometidas elecciones conduzcan a un ”liderazgo de unidad nacional”, dijo Shafi en su oficina en la Sociedad de la Media Luna Roja, en Gaza.

”La ausencia de liderazgo de la intifada (insurrección palestina) ha significado que somos incapaces de controlar sus aspectos negativos o promover los positivos”, sostuvo.

Pese a comprender las causas que provocan los ataques suicidas, Abdel Shafi admitió que son un importante aspecto negativo con adversas repercusiones internacionales.

En su discurso del miércoles, Arafat reclamó el fin de los ataques a civiles israelíes, pero la única forma de lograrlo es otorgar voz a todos los grupos políticos en la ANP, estimó Abdel Shafi.

”Sólo cuando se sientan parte de la ANP, se someterán a la decisión de la mayoría (que quiere poner) fin a esas acciones”, concluyó. (FIN/IPS/tra-eng/fb/sm/dcl/ip/hd/02

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