El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía, reclamó a la comunidad mundial la adopción de medidas para conjurar lo que es prácticamente el colapso socioeconómico de los territorios palestinos ocupados por Israel.
Las principales disposiciones aconsejadas por la OIT son la reapertura gradual de las fronteras y la reanudación del empleo de trabajadores palestinos en territorio israelí.
Somavía propuso también la incorporación de nuevos actores, los trabajadores palestinos e israelíes, en la búsqueda de una salida al conflicto.
Cualquier solución debe basarse sobre un diálogo en que los trabajadores de los territorios árabes ocupados y sus familias puedan hacer oir su voz para que sea posible ayudarles a conseguir un trabajo decente, recomendó.
Pero también es preciso escuchar la voz de los trabajadores en Israel. Nadie puede estar satisfecho con la situación actual o, peor aun, con una nueva escalada del conflicto, previno el director de la OIT.
En su informe a la Conferencia Internacional del Trabajo, que sesionará en Ginebra del 3 al 20 de junio, Somavía demandó a Israel que alivie las restricciones de movimiento impuestas a los trabajadores palestinos.
El colapso socioeconómico experimentado en los territorios palestinos, resultado de la fase actual del conflicto en la región, se complica por la profunda crisis humanitaria, sostiene el informe.
El documento propone la aprobación de medidas de urgencia para la creación de empleos y la promoción del diálogo entre israelíes y palestinos, y advierte también que la situación tiene efectos sumamente negativos en la economía de Israel.
Somavía transmitirá a la Conferencia las conclusiones de una misión de la OIT que viajó, entre otros destinos, a los Cisjordania, la faja de Gaza y las alturas del Golán, territorios ocupados por Israel, del 27 de abril al 6 de mayo.
El informe refleja también la sensación inseguridad en Israel debido a los atentados suicidas.
Respeto de los palestinos, Somavia dijo que sufren humillación y frustración como consecuencia de la combinación de las restricciones de movimientos y de las acciones militares emprendidas por Israel.
En términos parecidos se refirió también este jueves, en Egipto, el secretario de Eestado Adjunto para Medio Oriente de Estados Unidos, William Burns.
Al término de una entrevista en El Cairo con el presidente egipcio Hosni Mubarak, Burns sostuvo que los problemas humanitarios y las humillaciones cotidianas padecidas por los palestinos comunes se agravan cada día.
La misión enviada por la OIT comprobó que el cierre de las fronteras israelíes y los puestos de control emplazados entre los territorios ocupados e Israel y los países vecinos afectaron seriamente a la economía de la región.
El salario real de los palestinos que trabajan en Israel cayó en 2001 alrededor de 46 por ciento respecto del año anterior. Los ingresos de la Autoridad Nacional Palestina, que administra parte del territorio donde los palestinos aspiran a constituir su estado, disminuyeron más de 70 por ciento.
El informe consigna que la escada de violencia y la ocupación militar de los territorios palestinos ocasionaron daños físicos graves a la infraestructura y a las tierras agrícolas.
La reconstrucción de los edificios públicos y privados y de la infraestructura en Cisjordania demandará unos 432 millones de dólares, según una estimación preliminar.
El crecimiento real del producto interno bruto (PIB) de las zonas palestinas cayó 12 por ciento en 2001, según datos recogidos en el informe. La renta nacional bruta, integrada por el PIB y las remesas obtenidas en el extranjero (los salarios de palestinos que trabajan en Israel), se redujo 18,7 por ciento.
El porcentaje de la población que vive en la pobreza, con ingresos inferiores a 2,1 dólares por día, trepó de 21 por ciento en 1999 a 33 por ciento en 2000 y a 46 por ciento en 2001. Las estimaciones prevén que en 2002 puede alcanzar a 62 por ciento.
Las consecuencias del conflicto se extienden, así mismo, a Israel, cuyo PIB cayó 0,5 por ciento en 2001, después de un crecimiento de 6,4 por ciento en 2000.
La población de Israel y de Palestina está pagando un precio muy alto por la ocupación y la violencia.
La situación económica y social de los territorios ocupados se deteriora cada día y en ellos han aumentado los niveles de pobreza y desempleo, en lo que prácticamente es ya una crisis humanitaria de carácter general, resume el informe de Somavia.
El levantamiento gradual de los cierres de frontera sería un paso importante para aliviar la terrible situación de los trabajadores palestinos y sus familias, aconsejó la OIT.
De la misma manera, las medidas para volver a permitir el empleo de los trabajadores palestinos en Israel servirían para reducir el desempleo, que se eleva a niveles dramáticos.
Las dos disposiciones contribuirían a apaciguar en gran medida la crisis actual y facilitarían la reanudación de las negociaciones políticas para la paz, estimó la OIT. (FIN/IPS/pc/mj/dv/02
