MEXICO: Obispo pide fin de prohibición de diáconos indígenas

La diócesis católica de San Cristóbal de las Casas, en el sur de México, donde tiene asiento el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), espera obtener autorización del Vaticano para volver a designar diáconos entre los indígenas.

Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal desde mayo de 2000, dijo que el Vaticano considerará su solicitud para nombrar nuevos diáconos indígenas en su diócesis, localizada en el estado de Chiapas.

En febrero de 2001 y por un período de cinco años, el Vaticano ordenó a Arizmendi suspender la designación de diáconos indígenas con el argumento de que los ya nombrados no parecían tener una formación ”sólida y equilibrada”.

Varios ex catequista y misioneros indígenas integran la dirección del EZLN, una organización que se levantó en armas en enero de 1994, para combatir durante 15 días. Además, los sectores políticos más contestatarios de Chiapas, mantienen vínculos con la Iglesia Católica local.

El obispo Samuel Ruiz, que dirigió la diócesis de San Cristóbal de las Casas durante 40 años, hasta su retiro obligatorio por edad, impulsó la formación de diáconos y sacerdotes indígenas, siguiendo los postulados de la ”Iglesia autóctona” del Concilio Vaticano II y de la llamada Teología de la Liberación.

Asesores del papa Juan Pablo II que habían cuestionado el trabajo de Ruiz resolvieron poner fin a la ordenación de diáconos entre los indígenas con el fin de normalizar la vida religiosa en la diócesis de San Cristóbal.

Andrés Aubry, director del archivo histórico de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, cree que la prohibición impuesta por el Vaticano está vinculada con un intento por acabar con el legado de Ruiz.

El diácono, un ministro eclesiástico de grado segundo en dignidad, detrás de los sacerdotes, puede asistir en los sacramentos religiosos y realizar labores misioneras a nombre de la Iglesia Católica. Es designado por el obispo y puede ser un hombre casado.

En Chiapas, estado mayoritariamente indígena, hay cerca de 400 diáconos nativos, el mayor número para un estado de México.

El obispo Arizmendi, quien ha calificado la labor de Ruiz en Chiapas de ”altamente positiva”, aspira a que el Vaticano anule o al menos relaje la prohibición de ordenar nuevos diáconos entre los nativos.

”Lo que preveo es que quizá nos concedan que puedan haber dichas ordenaciones dentro de un tiempo razonable, ciertamente antes de cinco años, y no a todos los actuales candidatos (al diaconado), sino a un número reducido”, expresó Arizmendi.

”Con tu palabra no nos cierres la puerta de la diócesis (…) no nos niegues los pasos que tenemos (…) no nos cierres la fuerza de esta iglesia autónoma”, solicitaron al Papa en una carta los diáconos ordenados por Ruiz.

La prohibición impuesta por el Vaticano respecto de los diáconos de Chiapas puso ”en duda la expresión de la iglesia autóctona”, dijo Aubry.

Ruiz fue acusado por políticos de Chiapas de ser uno de los promotores del EZLN, y la jerarquía de la iglesia lo investigó por supuestas desviaciones doctrinarias.

No obstante, Ruiz, a quien se le conocía como ”el obispo rojo”, se mantuvo hasta el final en su diócesis, cuya conducción, afirmaba, estaba inspirada en la Teología de la Liberación.

La diócesis de San Cristóbal en Chiapas comprende una zona pobre, de alta presencia indígena. Allí surgió el EZLN, que se mantiene aislado en zonas de selva y que se niega, por el momento, a reanudar las conversaciones de paz con el gobierno, interrumpidas en 1996.

Entre los comandantes del grupo armado se cuentan los indígenas Tacho y David, que habrían sido dos catequistas católicos, según diversas fuentes.

Mientras, el subcomandante Marcos, el máximo jefe del EZLN, es identificado como Rafael Sebastián Guillén, un ex estudiante de colegios de la orden de los jesuitas. (FIN/IPS/dc/ff/cr/02

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