El próximo viaje a Estados Unidos del primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, tiende a templar vínculos muy enfriados por las críticas de Kuala Lumpur al unilateralismo de Washington en los últimos años.
Mahathir, quien visitará Washington entre este domingo y el martes, será recibido en la Casa Blanca por el presidente George W. Bush, en un notable cambio de las relaciones bilaterales desde los atentados del 11 de septiembre, y en un giro de 180 grados respecto de hace cuatro años.
Los vínculos entre Estados Unidos y Malasia, antes obstaculizados por cuestiones económicas y de derechos humanos, no escaparon a los cambios producidos a nivel mundial por los ataques terroristas en Nueva York y Washington.
Antes, Washington era muy crítico del uso en Malasia de la Ley de Seguridad Interna para reprimir el disentimiento, pero es improbable que ese asunto figure la semana próxima en la agenda de las reuniones entre Bush y Mahathir.
El principal asunto sobre la mesa será el terrorismo, pronosticó Johan Saravanamuttu, experto en ciencia política.
El motivo del acercamiento de Estados Unidos a Malasia es quizá la línea dura de Mahathir hacia supuestos terroristas musulmanes y su imagen de líder islámico moderado.
El gobierno de Mahathir detuvo desde mediados del año pasado a más de 60 musulmanes supuestamente pertenecientes al llamado Grupo de Militantes de Malasia.
Esas detenciones llevaron a cerca de 100 el total de arrestos según la Ley de Seguridad Interna, que permite mantener a personas detenidas sin juicio.
La respuesta de Mahathir a los atentados del 11 de septiembre y los arrestos de militantes islámicos (antes de esos ataques) le valieron un aumento del apoyo de los malasios no musulmanes y moderados, observó Abdullah Ahmad, jefe de redacción del diario oficialista New Straits Times.
Esto no ha pasado inadvertido para la elite de poder de Washington, la Unión Europea y nuestros vecinos, agregó.
Estados Unidos adquirió luego de los atentados del 11 de septiembre un papel más preponderante en Asia.
El encuentro entre Mahathir y Bush tendrá lugar mientras 4.000 soldados estadounidenses se encuentran estacionados en Filipinas, el mayor número involucrado en acciones militares en el este de Asia desde la guerra de Vietnam, destacó Johan.
Grupos progresistas de Filipinas y otros países asiáticos rechazan la participación de Estados Unidos, pero el clima político imperante luego del 11 de septiembre hizo que mucha gente aceptara la intervención.
Sin embargo, Mahathir no pasará por alto en su visita cuestiones que su gobierno considera fundamentales, como el conflicto palestino-israelí y las raíces del descontento árabe con Occidente.
Mahathir también querrá plantear cuestiones económicas, ya que ha impulsado reformas en la arquitectura financiera mundial para controlar el flujo de capitales, predijo Johan.
Cuando la crisis financiera asiática golpeó a Malasia en 1998, Mahathir rechazó la intervención del Fondo Monetario Internacional, a diferencia de los países vecinos, que recibieron miles de millones de dólares en fondos de rescate.
El gobierno malasio impulso controles al capital y al cambio de moneda el 1 de septiembre de ese año, lo que causó preocupación entre instituciones financieras occidentales.
El interés de Washington en acercarse a Mahathir tiene que ver con que Malasia adquirirá pronto un perfil más importante en la escena internacional.
A partir del año próximo, Mahathir presidirá el Movimiento de Países No Alineados y la Organización de la Conferencia Islámica, y por primera vez, Malasia será anfitrión de la cumbre de esa organización.
Además, el malasio Razali Ismail, enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas, tuvo un papel fundamental en la liberación de la líder opositora birmana Aung San Suu Kyi esta semana.
No obstante, Mahathir, quien está en el poder desde 1981, debe aún demostrar progresos en el área de la democracia y los derechos humanos, advirtió Lim Kit Siang, presidente del opositor Partido de la Acción Democrática.
El primer ministro debería liberar a seis activistas del movimiento 'reformasi' antes de reunirse con Bush, para demostrar que no sólo Birmania sino también Malasia está en vías de democratización, exhortó.
Entre los activistas presos se encuentran varios líderes del partido político de Anwar Ibrahim, ex viceprimer ministro que fue destituido y encarcelado en septiembre de 1998, acusado de conspiración, corrupción y otros cargos.
En lo económico, Malasia ya siente los efectos de la reducción de la inversión extranjera. Estados Unidos es la principal fuente de inversión extranjera directa en Malasia, y Malasia el undécimo socio comercial en importancia de Estados Unidos, además de ser su decimoséptimo mercado de exportación.
Kuala Lumpur se vale de sus relaciones estratégicas en el Sur para sacar el máximo provecho de sus relaciones con el Norte, y Mahathir ha actuado muchas veces como portavoz del mundo en desarrollo, observó Johan.
Aparentemente, tanto Estados Unidos como Malasia están dispuestos a dejar de lado diferencias pasadas en nombre de la guerra contra el terrorismo.
La visita de Mahathir a Washington marca un hito en las relaciones de ambos países y una clara modificación de sus prioridades en base a la nueva realidad política, comentó Abdullah Ahmad en el New Straits Times. (FIN/IPS/tra-en/an/js/mlm/ip/02