INDIA-PAKISTAN: Gran Bretaña presiona a Islamabad

El canciller de Gran Bretaña Jack Straw advirtió al presidente militar de Pakistán, Pervez Musharraf, que está en sus manos la responsabilidad de superar la crisis con la vecina India.

Nueva Delhi se atribuyó una prematura victoria diplomática en su enfrentamiento con Islamabad, al que acusa de promover actos terroristas en su territorio con el propósito de arrebatarle la septentrional región de Cachemira, provisoriamente dividida entre ambos países.

Luego de dialogar con su par de India, Jaseant Singh, Straw dijo a la prensa el miércoles que el jefe de Estado pakistaní no cumplió su promesa de suprimir el ”terrorismo transfronterizo”, a la que se había aferrado en enero.

”El presidente Musharraf ya tuvo suficiente tiempo. Es vital que reconozca la urgencia de la situación”, sostuvo Straw, que el martes dialogó con el gobernante pakistaní en Islamabad.

Straw restó importancia al discurso televisado de Musharraf, quien aseguró el lunes que se detuvo el ingreso de organizaciones terroristas a la parte de Cachemira bajo control indio.

”Las pruebas están en los actos y no en las palabras. La comunidad internacional espera que Musharraf lleve a cabo la totalidad de las promesas hechas”, dijo Straw.

Islambad agravó la crisis al autorizar una serie de ensayos misilísticos, entre el sábado y el martes, en coincidencia con la visita de Straw a la capital pakistaní en una mediación de último momento para evitar la cuarta guerra entre ambos vecinos con arsenales nucleares.

”Gran Bretaña respalda a India en su lucha contra el terrorismo. La definición de terrorismo está dada por el derecho internacional y por la resolución 1373 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que incluye el terrorismo transfronterizo”, sostuvo Straw.

”Gran Bretaña está con todos los gobiernos civilizados, en particular con India”, afirmó el ministro.

El canciller Singh consideró el martes ”desalentador y peligroso” el discurso de Musharraf, en l que aseguró que su país ”no está haciendo nada a través de la línea de control”, la frontera provisoria establecida por la ONU, sobre la cual ya se libraron tres guerras.

Singh aseguró que su país está dispuesto a dialogar con Pakistán, pero no iniciará conversaciones mientras no haya pruebas de que ha concluido el ”terrorismo transfronterizo”.

Musharraf por su parte inició una contraofensiva diplomática sobre varios gobiernos a los que procura convencer de que no está interesado en iniciar una guerra y ha adoptado medidas para evitarla.

Una misión diplomática partirá a Washington, posiblemente encabezada por el enviado diplomático en India, Ashraf Jehangir Qazi, expulsado la semana por Nueva Delhi en respuesta al ataque suicida contra un campamento militar en el sur del estado indio de Jammu y Cachemira.

India atribuyó a organizaciones terroristas pakistaníes el atentado, en que murieron 34 personas, en su mayoría mujeres y niños.

Nueva Delhi acusa a Islamabad de mantener en su territorio a integrantes de la red Al Qaeda —acusada por Washington de los atentados terroristas del 11 de septiembre— que huyeron de la ofensiva militar de Estados Unidos en Afganistán el año pasado.

El martes Singh advirtió que la presencia de soldados estadounidenses en Pakistán no impedirá ataques de las fuerzas armadas indias al otro lado de la frontera.

Washington está preocupado por que Pakistán traslade sus contingentes militares de la frontera occidental con Afganistán hacia la zona limítrofe con India.

”Necesitamos toda la asistencia posible para custodiar esa insegura frontera” afgana, dijo en Washington la portavoz Victoria Clarke.

El ministro de Defensa de India, George Fernandes, aseveró el martes que muchos miembros de Al Qaeda y las milicias Talibán ingresaron a Pakistán y se disponen a atravesar la línea de control hacia Jammu y Cachemira.

Según Fernandes, Pakistán libra desde hace más de una década una ”guerra de baja intensidad” en la que arma y financia organizaciones terroristas con el fin de arrebatar Cachemira a India, un adversario que triplica su poderío y recursos militares.

Pese a los frecuentes desmentidos de Musharraf sobre el presunto apoyo militar y económico pakistaní a organizaciones terroristas, no niega que seguirá respaldando la ”lucha por la liberación de Cachemira”, una región de mayoría musulmana, al igual que Pakistán.

Pero Straw fue terminante el miércoles al subrayar que su país e India comparten la misma definición de terrorismo, incluido aquél ”disfrazado con el traje de los combatientes por la libertad”. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/lp/dcl/ip/02

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