INDIA: Fuerza aérea limita uso de ”ataúdes voladores”

El caso de un avión de combate MiG 21 que se estrelló contra un edificio indjo a la fuerza aérea de India a limitar la utilización de esos cazas de diseño ruso y fabricación india, a los que se llama ”ataúdes voladores” por su alto índice de accidentes.

El hecho se produjo el viernes, cuando un MiG 21 se prendió fuego y chocó contra un edificio bancario en Jullundur, en el noroeste del país, provocando un incendio que dejó al menos cinco muertos y 17 heridos.

En los últimos cinco años, los MiG 21 han caído del cielo a un ritmo de uno por mes.

Además de causar la muerte de los pilotos, el alto índice de accidentes está despojando a la cuarta fuerza aérea del mundo, equipada principalmente con antiguos modelos de la era soviética de la serie MiG.

Sólo uno de los 105 cazas MiG 21 perdidos desde 1992 cayó en combate, durante la guerra no declarada de Kargil, una zona montañosa sobre la Línea de Control que divide la región de Cachemira entre India y Pakistán.

El resto de los aviones realizaban maniobras de entrenamiento cuando se accidentaron.

Por ese motivo, los MiG 21 se han ganado el nombre de ”ataúdes voladores”, además de ”fabricantes de viudas”. La mayoría de los 40 pilotos que murieron mientras volaban esos cazas en la última década eran novatos que probaban velocidades supersónicas antes de pasar a naves más costosas.

Un joven piloto describió su experiencia con el MiG 21 como ”excitante, como un videojuego de Nintendo al más alto nivel.”

”Pero muchos de mis amigos pagaron muy caro por sus errores y ahora están lisiados o muertos”, declaró.

Las protestas más fuertes contra la política de la fuerza aérea de usar los MiG 21 como aviones de entrenamiento, en ausencia de otros más adecuados, proceden de los padres de los pilotos, que temen por la vida de sus hijos o están en duelo por ellos.

”Desde que perdí a mi hijo en un accidente con un MiG 21, he tratado de decir a las autoridades de la fuerza aérea que no tienen derecho a jugar con la vida de esos jóvenes”, dijo Sandhya Shukla, madre del difunto piloto Shreya Shukla.

Existen argumentos para sostener que es más peligroso volar un MiG 21 en tiempos de paz que en operaciones de combate.

Por ejemplo, el aviador Panjak Joshi sobrevivió a varias misiones peligrosas de ataques a bunkers construidos por los pakistaníes en lo alto de las montañas de Kargil, pero murió dos meses después del fin de esa guerra en un accidente con un MiG 21. Joshi tenía 25 años y estaba recién casado.

Sin embargo, los máximos oficiales de la fuerza aérea siguen poniendo las manos en el fuego por el MiG 21, y aunque ahora estará limitado a algunas operaciones particulares, continuará en servicio esta década.

La fuerza aérea india posee unos 450 MiG 21 en su inventario, según informes, lo que la transforma en el mayor usuario de ese avión fuera de Rusia, si se tiene en cuenta que se han construido unos 7.000 de ellos.

Rusia pretende vender toda su planta de producción de los MiG a India.

Poco después del accidente del pasado viernes, S. Krishnaswamy, comandante de la fuerza aérea, declaró a la prensa que los escuadrones de MiG desplegados en la frontera permanecerían en ”disponibilidad operativa” debido a la constante tensión con Pakistán.

Krishnaswamy defendió al MiG 21 y dijo que el problema de motor que causó el accidente de la semana pasada se resolvería ”en 10 días”, en los hangares de Hindustan Aeronautics Limited, la fábrica estatal que produce esos cazas bajo licencia rusa.

La eliminación gradual del MiG 21 de la fuerza aérea india en el correr de esta década dependerá de la concreción de la compra de 66 Hawks a British Aeronautics, una propuesta en discusión desde 1992.

Una señal de que el acuerdo estaría por celebrarse es el reciente envío de 75 pilotos indios a Gran Bretaña para su entrenamiento. (FIN/IPS/tra-en/rd/mlm/ip/02

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