FRANCIA: La democracia a prueba

La contundente victoria de Jacques Chirac en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia refleja la grave crisis del sistema político, que será sometido a duras pruebas en los próximos años, advirtieron analistas.

En su primer acto tras los comicios, Chirac nombró este lunes primer ministor al senador Jean-Pierre Raffarin, del Partido Liberal Demócrata, en sustitución de Lionel Jospin, del Partdio Socialista, quien derrotado en la primera vuelta electoral renunció a su cargo y se retiró de la actividad política.

”El contenido político del nuevo gobierno debe ser decidido por el pueblo en las próximas elecciones parlamentarias, y no asumido por una administración interina”, advirtió este lunes François Hollande, secretario general del Partido Socialista.

”Los partidos de derecha no deben interpretar la elección de Chirac como un plebiscito de sus propuestas políticas”, agregó Hollande.

Chirac, de la Unión por la República, que se impuso el domingo con 82 por ciento de los sufragios al ultraderechista Jean-Marie Le Pen, del Frente Nacional, se convirtió en el presidente más votado de Francia desde 1958.

Pero la legitimidad del reelecto presidente se ve cuestionada por un abrumador y excepcional respaldo de los partidos de izquierda, que buscaron tan sólo derrotar a Le Pen.

”El hecho de que una sociedad democrática elija un presidente con 82 por ciento de los votos es por definición síntoma de una crisis”, opinó el analista político del Centro de Investigación y Estudios Internacionales, Zaki Laidi.

”En la primera ronda (celebrada el 21 de abril) el nuevo presidente obtuvo menos de 20 por ciento de los votos y ahora ha sido electo casi unánimemente”, destacó.

La elección de Chirac fue celebrada como un triunfo de la democracia sobre el fascismo, pero los expertos aseguran que la inestabilidad institucional que se manifestó en la primera ronda no ha desaparecido.

El país se apresta ahora a las elecciones legislativas del 9 y 16 de junio, y en las cuales sólo los partidos que obtengan 12,5 por ciento de los sufragios en un distrito electoral podrán acceder a la segunda vuelta.

La Asamblea Nacional legislativa, con 577 escaños, estuvo dominada entre 1997 y 2002 por la coalición de izquierda, encabezada por el Partido Socialista, con 248 escaños.

De acuerdo al régimen actual, el primer ministro emergido de la elección legislativa se ocupa de la economía y el orden interno, aunque también tiene potestades en las áreas de competencia del presidente, la política exterior y la defensa.

Los votantes podrían dar en junio la mayoría a la coalición de izquierda, recreando la ”cohabitación”, en la que el poder ejecutivo volvería a ser compartido entre Chirac y un primer ministro de izquierda, como ocurrió en los últimos cinco años con Jospin.

Dirigentes de izquierda han asegurado que si ganan, obligarán a Chirac a renunciar o lo forzarán a jugar un papel simbólico. ”Haremos de Chirac una suerte de reina de Inglaterra”, aseguró Hollande.

Menos de 50 por ciento de los consultados en una encuesta a boca de urna el domingo manifestaron confianza en Chirac.

El veterano político, que obtuvo apenas 19,6 por ciento en la primera vuelta, logró eludir en los últimos años a la justicia, escudándose en la inmunidad presidencial que seguirá protegiéndolo de los fiscales que lo acusan de promover una vasta red de corrupción en sus años como alcalde de París (1978-1987).

El poder de Le Pen también volverá a ser puesto a prueba. El candidato, que recibió más de seis millones de votos en la ronda final, 600.000 más que en el 21 de abril, anunció que su Frente Nacional participará en las legislativas de junio.

”Obtuvimos 18 por ciento de los votos. Somos una de las fuerzas políticas más populares en el país. Regresaré”, sentenció el candidato fascista que impulsa la expulsión de los inmigrantes, derechos especiales a los nativos franceses y el retiro de su país de la Unión Europea.

Mientras tanto, expertos y analistas señalaron la necesidad de reformar la Constitución.

”Francia necesita una valiente política de regionalización, en especial en la justicia, la educación y la política. La centralización excesiva estimula la ira de las provincias contra París, y la idea de que aquellos que gobiernan están lejos de la gente”, estimó Laidi.

Por otra parte, el régimen de representación proporcional en la Asamblea Nacional ”captaría fuerzas pequeñas pero importantes que ahora son excluidas o quedan a merced de los partidos más grandes”, agregó el analista.

El sistema actual, que favorece todo tipo de alianzas políticas, permite que los partidos mayores controlen el parlamento, y deja a las fuerzas menores con pocos o ningún escaño.

El Partido Verde, por ejemplo, que cuenta con un caudal electoral nacional superior a seis por ciento, apenas logró cuatro diputados en el último parlamento, gracias a acuerdos informales con el Partido Socialista.

”Cuando el pueblo francés siente que el gobierno no está funcionando, no tiene vías locales para expresarlo”, concluyó Laidi. (FIN/IPS/tra-en/IPS/jg/ss/lp/dcl/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe