ECONOMIA-CUBA: Incertidumbre ante posible alza de precios

Insistentes versiones de nueva alza de los precios circulan en Cuba, donde cada vez se vuelve más difícil vivir de un salario en pesos en una economía dominada por el dólar.

La ”bola”, como se le llama en este país al rumor, ocupa el centro de la mayoría de las conversaciones entre los habitantes de La Habana, donde se espera que los nuevos precios comience a regir en los primeros días de junio.

”Tengo una niña de un año, que está creciendo y necesita ropa y zapatos nuevos todo el tiempo. Las cosas ya estaban bastante caras, así que no sé qué vamos a hacer mi esposa y yo ahora”, dijo a IPS Reynaldo Cabrera, técnico del sector de la salud.

Cuba necesita fortalecer el sistema monetario para poder enfrentar el impacto en su economía de la crisis mundial del turismo, desatada tras los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos.

Además de la lenta recuperación del sector turístico, los precios de otros productos de exportación, como el níquel, se mantienen deprimidos en el mercado mundial y el país no se ha superado aún del desastre causado en noviembre por el huracán Michelle.

En esa coyuntura, el gobierno de Fidel Castro ha estado comprando alimentos al contado a empresas estadounidenses, en las primeras transacciones de ese tipo desde 1960, cuando Estados Unidos impuso el embargo contra Cuba. Las operaciones realizadas o contratadas se estiman en unos 150 millones de dólares.

En tanto, los embarques de petróleo venezolano a Cuba han sido suspendidos hasta que La Habana amortice una deuda de unos 100 millones de dólares, señalaron portavoces de la empresa estatal Petróleos de Venezuela.

Aunque los medios de comunicación oficiales de Cuba mantienen silencio sobre las nuevas medidas encaminadas a recoger circulante, fuentes oficiosas confirmaron a IPS que un documento gubernamental entregado a empleados estatales incluye variaciones de precios minoristas en 30 productos fundamentales.

Pero hasta ahora el personal de las tiendas por departamentos no se hace eco de los rumores. Responden a las insistentes preguntas de los clientes que sólo saben lo que se dice por la calle, pero que carecen de información oficial.

En cambio, los empleados de despachos de combustible se muestran más explícitos. ”La gasolina especial pasó de 90 centavos de dólar a 1,20 dólares y la común de 0,66 a 1,05 dólares”, dicen.

Además, se informó del procesamiento de otro tipo de gasolina de menor calidad, que será comercializado a 0,85 centavos de dólar, señaló un empleado de la empresa estatal CUPET (Cuba Petróleos).

La familia cubana necesitará, en caso de que se concrete el aumento, más recursos para adquirir ropa, calzado y de algunos productos alimenticios no considerados de primera necesidad por las autoridades, bebidas, cigarrillos, muebles, útiles del hogar y equipos electrodomésticos.

Sin embargo, el gobierno, en forma paralela, rebajó el precio de un grupo de productos de la canasta básica que se vende en dólares, entre los cuales se encontraría el pollo, la leche, las pastas, el jabón y las toallas higiénicas femeninas.

El precio del aceite de girasol importado había sido rebajado en abril de 2,45 a 2,15 dólares y el de producción nacional pasó de 2,15 a 1,95 dólares.

Las versiones sobre la rebaja tienen menor repercusión entre la población que el alza de precios, pues el valor de los alimentos y de otros productos de primera necesidad ya eran bastante altos.

Los precios han crecido desde 1993, cuando el gobierno decretó la legalización del dólar y abrió a la población un grupo de establecimientos en divisas que hasta ese momento brindaban servicios sólo a residentes y turistas extranjeros.

El gobierno de Castro asegura que los ingresos obtenidos por las tiendas que comercian en dólares se invierten en la importación de los alimentos cuyo acceso se garantiza a la población por la cartilla de racionamiento y a precios subsidiados.

”En 1992, mi familia vivió todo el año con 400 dólares que yo traje de un viaje al extranjero. Ahora, gano más al mes y no nos alcanza”, confesó un empleado de una firma extranjera que solicitó reserva sobre su identidad

Fuentes especializadas revelaron a fines de los años 90 que las ventas minoristas a la población en la llamada ”red de tiendas de recaudación en divisas”, incluían 200 por ciento de impuesto por encima del precio mayorista.

Un número considerable de los productos que se pueden comprar en dólares son importados y, como norma, es imposible encontrarlos de igual calidad en los establecimientos de venta en pesos cubanos.

La doble circulación monetaria es considerada por economistas como una de las mayores distorsiones de la economía cubana, inmersa en una fuerte crisis desde la desaparición a comienzos de la década del 90 de sus socios comerciales del bloque socialista europeo y de la Unión Soviética.

En la actualidad, el dólar se cotiza a 26 pesos cubanos y el salario medio mensual es de 245 pesos. En los peores momentos de la crisis, entre 1993 y 1994, la población cubana llegó a pagar hasta 150 pesos por un dólar.

Expertos del gubernamental Centro de Estudios de la Economía Cubana indican que cada familia habanera necesita siete veces el nivel de sus ingresos por la vía del salario para satisfacer sus necesidades básicas.

Según fuentes oficiales, alrededor de 60 por ciento de los 11,2 millones de cubanos tienen acceso a dólares mediante estímulos gubernamentales, remesas de familiares residentes en el exterior o por realizar trabajos por cuenta propia.

”Las estadísticas incluyen a personas que acceden a la divisa de manera sistemática y también a aquellas que ven el dólar de casualidad, una vez al año, cuando un familiar les manda un regalito o algo así”, aclaró un economista. (FIN/IPS/da/dm/if/02

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