Estados Unidos anunció la eliminación de antiguas restricciones al espionaje doméstico, tres días después de que Amnistía Internacional censurara medidas represivas dispuestas tras los atentados del 11 de septiembre.
Las nuevas normas, rechazadas por las principales organizaciones musulmanas y de libertades civiles, permitirán al Buró Federal de Investigaciones (FBI) vigilar sitios de Internet, iglesias, sinagogas, mezquitas y reuniones políticas, aunque no tenga indicios de actividad criminal en esos ámbitos.
Los hombres y mujeres del FBI están frustrados porque nuestras propias restricciones afectan nuestra capacidad de combatir el terrorismo, explicó al fiscal general John Ashcroft al anunciar la medida, el jueves.
La eliminación de restricciones al espionaje posibilitará al FBI un trabajo más proactivo en la investigación de sospechosos de terrorismo, arguyó Ashcroft.
Las nuevas normas forman parte de una gran reestructuración del FBI, anunciada esta semana a raíz de la revelación de que la agencia ignoró informes de agentes de Phoenix y Minneapolis sobre la inscripción de supuestos miembros de la red terrorista Al Qaeda en escuelas de aviación, en la primera mitad de 2001.
Algunos de esos sospechosos fueron los que el 11 de septiembre del año pasado hicieron estrellar aviones comerciales contra las torres gemelas de Nueva York, el Pentágono y un campo del estado de Pennsylvania, dejando más de 3.000 muertos.
La reorganización del FBI, que incluye la incorporación de más de 20 agentes antiterroristas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), está destinada a convertir la lucha contra el terrorismo en la misión fundamental del organismo de investigaciones.
Esta reforma coincide con medidas similares del Parlamento Europeo, que el jueves aprobó leyes que otorgan a los organismos de seguridad mayores facultades para realizar espionaje telefónico y por Internet.
Unos 40 grupos europeos de defensa de las libertades civiles protestaron por la medida y advirtieron que tendría consecuencias desastrosas para datos personales confidenciales y sensibles.
También señalaron que la policía podrá usar sus nuevas facultades para investigar a cualquier grupo o individuo sin prueba alguna de delito.
Grupos estadounidenses de libertades civiles manifestaron preocupaciones similares y advirtieron que el FBI podrá ahora cometer el tipo de abusos que cometió en las décadas de 1960 y 1970 contra activistas de los derechos civiles y de izquierda.
Las nuevas normas… eliminarán la exigencia de al menos un indicio o un 'pálpito' antes de iniciar ciertas actividades de investigación, lamentó la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).
Además, no corregirán los errores admitidos esta semana por el director del FBI, Robert Mueller, los cuales llevaron a ignorar informes que quizá podrían haber evitado los atentados de septiembre, señalaron.
El gobierno está recompensando el fracaso, afirmó Laura Murphy, directora de la oficina nacional de la ACLU en Washington.
Cuando el gobierno fracasa, la respuesta de la administración de (George W.) Bush es otorgarse nuevos poderes, en lugar de investigar seriamente las causas de ese fracaso, señaló.
Organizaciones islámicas también expresaron alarma por las nuevas normas, en particular por las que permiten al FBI espiar mezquitas sin ningún indicio de actividades criminales o terroristas en ellas.
Las mezquitas y otras instituciones religiosas están abiertas a todos los estadounidenses y no tienen nada que ocultar, pero no se debe abusar de esa apertura para espiar a una minoría religiosa que realiza actividades legales, observó Jason Erb, miembro del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR).
No se puede ganar la guerra contra el terrorismo de esa manera, dijo Erb, y destacó que el CAIR ha cooperado con el FBI desde el pasado 11 de septiembre promoviendo reuniones con musulmanes de todo el país.
John Conyers, representante del opositor Partido Demócrata y miembro de la Comisión Judicial de la cámara baja, estuvo de acuerdo.
Al permitir el espionaje de organizaciones religiosas, incluso de lugares de adoración, el fiscal general nos ayudará muy poco en la lucha contra el terrorismo, lamentó Conyers, cuyo distrito electoral de Michigan tiene una importante minoría musulmana.
En cambio, las nuevas medidas sólo marginarán más a la comunidad islámica estadounidense, una aliada crucial en nuestros esfuerzos, concluyó.
La ACLU está especialmente preocupada porque la información recabada por el FBI será compartida con la CIA y el Departamento de Defensa.
No podemos permitir que la CIA infrinja su propia carta de constitución y comience a espiar dentro de las fronteras nacionales, como ha hecho en el pasado, y tampoco podemos permitir que los militares realicen espionaje doméstico, dijo Murphy. (FIN/IPS/tra-en/jl/mlm/hd/02