COMERCIO-AMERICA: Incierta negociación del ALCA por la vía lenta

El proyecto de Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) ha ganado incertidumbre, debido a las condiciones que el Senado de Estados Unidos pretende imponer al gobierno de George W. Bush para negociar tratados comerciales por la vía rápida.

El otorgamiento a Bush de la facultad de la vía rápida (fast track) es considerado indispensable para la conclusión en la fecha prevista, comienzos de 2005, de las negociaciones hacia el ALCA.

La vía rápida, incluida en el proyecto de Ley de Autoridad de Promoción Comercial, permitiría a la Casa Blanca negociar pactos comerciales internacionales que el Congreso legislativo estadounidense debería luego aprobar o rechazar en bloque, sin posibilidad de enmiendas parciales.

El Senado introdujo el martes una modificación al proyecto de ley que permitiría al Congreso reformar parte de los tratados si considera que ”perjudican los intereses comerciales de Estados Unidos”.

Los senadores están empeñados, sobre todo, en preservar la legislación contra el dumping (competencia desleal de precios). La ley podría ser vetada por Bush.

La decisión de los senadores muestra, por una parte, el ”doble estándar” de Estados Unidos en asuntos comerciales, dijo este jueves a IPS Coral Pey, coordinadora en Chile de la red internacional de organizaciones de la sociedad civil Alianza por un Comercio Justo y Responsable.

Pero también es un ejemplo de democracia a imitar, de involucramiento del parlamento en la negociación de los tratados, lo cual no ocurre en Chile, agregó Pey.

La Alianza por un Comercio Justo y Responsable reúne a activistas de toda América y cuenta entre sus adherentes a la AFL- CIO, el mayor sindicato estadounidense, así como a organizaciones de género y otras entidades de la sociedad civil.

El traspié de Bush afecta el ALCA, pero también la ronda de negociaciones lanzada en 2001 en la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Doha, en la cual Washington se comprometió a desmontar progresivamente su legislación antidumping y sus subsidios agrícolas.

La decisión del Senado causó profundo malestar en Chile, país que negocia desde enero de 2001 un tratado de libre comercio con Estados Unidos, que deberá marcar la pauta para el futuro de la negociación a nivel continental del ALCA.

El propósito del presidente chileno Ricardo Lagos es firmar este año el tratado de libre comercio con Bush, sumando así un nuevo éxito a su política de comercio exterior, luego del acuerdo con la Unión Europea, cuyo protocolo será firmado en la cumbre de Europa, América Latina y el Caribe que se celebra este viernes y el sábado en Madrid.

Las conversaciones con Estados Unidos se reanudarán el día 23, en cuatro reuniones que se extenderán hasta el 31, informó el jefe del equipo negociador de la cancillería chilena, Osvaldo Rosales, quien se entrevistará en Washington con su contraparte estadounidense, Regina Vargo, el 13 de junio.

La canciller chilena Soledad Alvear insistió en que su país seguirá tras el tratado de libre comercio con Estados Unidos aunque Bush no obtenga la vía rápida. En ese sentido, se pretende fijar en junio la ronda de negociaciones número 12 entre los dos países.

Pese al empeño chileno, las próximas conversaciones con Washington dejarán de lado los puntos más delicados de la negociación comercial, entre ellos los aspectos laborales, ambientales, las normas de acceso a los mercados y los mecanismos de solución de controversias.

El panorama no se presenta propicio para el gobierno chileno, pues se espera que el Senado estadounidense introduzca en las próximas semanas otras 120 enmiendas al proyecto de ley que incluye la potestad de la vía rápida, y que se referirán a asuntos laborales, ambientales y de inversiones.

El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura de Chile, que nuclea a los empresarios rurales, Andrés Santa Cruz, dijo que se ve ”muy lejano” el tratado de libre comercio con Estados Unidos, como consecuencia ”del proteccionismo que va en aumento en los países industrializados”.

Por su parte, Pey sostuvo que la decisión del Senado estadounidense indica que ese país ”vuelve a un doble estándar comercial, con proteccionismo interno y exigencias de apertura a los demás países en lo externo”.

Pero la injerencia que procura ejercer un sector del Congreso en los acuerdos comerciales ”es un ejemplo a imitar. Aquí en Chile el sector parlamentario ha estado ausente de la negociación del tratado de libre comercio con Estados Unidos”, dijo la activista.

Esta exclusión, agregó Pey, afecta también a las organizaciones representativas de la comunidad. ”La ciudadanía no tiene acceso más que en forma indirecta al conocimiento de lo que se está negociando”, señaló.

”Ante nuestras pedidos, la cancillería dice que no hay textos acordados en las conversaciones que difundir, pero deben darnos acceso a las anotaciones y minutas, porque obviamente las negociaciones no son puramente verbales a esta altura de la historia”, comentó la activista.

Según Pey, las actuales dificultades de la vía rápida de Bush son ”una voz de alerta” que debería llevar al gobierno chileno a asumir una actitud más independiente y a levantar una estrategia articulada con diversos sectores nacionales sobre las negociaciones comerciales.

”Se necesita un mayor involucramiento” en el tratado de libre comercio ”de los distintos ministerios, los sectores académicos, las organizaciones sociales y la ciudadanía”, indicó.

Pey advirtió también que no existen evaluaciones de lo que significará para Chile la completa apertura comercial con Estados Unidos en una creciente asimetría de sus estructuras económicas.

”Chile sigue siendo un neto exportador de materias primas y recursos naturales y los mayores costos del tratado de libre comercio con Estados Unidos recaerán sobre los sectores más dinámicos en ese sentido, como la pesca, el forestal y el agrícola”, explicó.

”Nuestra propuesta es democratizar las negociaciones comerciales y crear un Foro Social de la Integración. El comercio debe beneficiar a los pueblos y el motor para ello deben ser la integración y el desarrollo, y no solo los acuerdos de la OMC”, concluyó. (FIN/IPS/ggr/mj/if/02

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