(Arte y Cultura) TELEVISION-ARGENTINA: Mujeres de carne y hueso

Telenovelas, programas de cocina y de chismes de la farándula solían dominar en Argentina la pantalla televisiva de la tarde, horario dedicado al público femenino, hasta que a las emisoras se les ocurrió reflejar a mujeres de carne y hueso.

Los nuevos programas procuran responder a las expectativas de un público femenino alejado de las amas de casa preferidas por los canales hasta hace un par de años, interesadas por asuntos intemporales como la cocina, la salud, la moda y la psicología y desinteresadas de la realidad política y económica.

Los programas tradicionalmente destinados a este público estereotipado no fueron desterrados por completo, pero la tendencia a contemplar a las mujeres reales se ha ampliado, lo que incluso obligó a una renovación general.

Los nuevos programas coinciden en apelar a la participación activa de un universo femenino más diverso, tanto desde la conducción como desde el público, que interviene directamente en el contenido.

Los cambios son notorios, pero no se trata de una tendencia de carácter feminista. Sin embargo, muchos de los asuntos tratados pertenecen a una agenda de género, como la división de trabajo y el papel de hombres y mujeres en el hogar, la situación de las que eligen vivir solas o la sexualidad desde una visión amplia.

Las conductoras desafían al público con cuestiones antes considerados tabú, como el sexo en la adolescencia, la infidelidad, el erotismo, la homosexualidad o el travestismo. Uno de los programas incorporó en su panel femenino a una bisexual, algo imprevisible no hace mucho.

Se trata de ”Las cortesanas”, programa conducido por Marcela Tinayre, que intenta resumir todo el complejo mundo femenino con un elenco estable compuesto por con siete mujeres de diversas edades, concepciones, estilos de vida y preferencias sexuales, todas ellas personalidades públicas por distintas razones.

En ese elenco figura Gabriela Arias Uriburu, conocida por el público desde que se lanzó hace cuatro años a una campaña para recuperar a sus tres hijos, secuestrados por su ex esposo y trasladados a Jordania.

También participa una septuagenaria que preside la Liga de Amas de Casa, Lita de Lazari, quien se hizo conocer por sus consejos sobre dónde y cómo comprar, así como actrices, periodistas y bailarinas que entrevistan a figuras invitadas desde diversos flancos.

”Las Cortesanas” había tenido como antecedente, en 2001, el programa ”Nominadas”, conducido por la misma Tinayre, pero menos desprendido de los clásicos espacios femeninos. Allí la acompañaba una tribuna de 12 mujeres del público (”Las 12”), que también interrogaban a los invitados.

Pero el programa tiene competencia este año. La principal es ”Grandiosas”, conducido por tres mujeres: una periodista de más de 60 años, conocida por su compromiso con asuntos sociales y de derechos humanos, una actriz cómica de 30 años y una joven modelo que condujo años atrás un programa nocturno sobre sexualidad.

”Grandiosas” propone a las mujeres reirse de sí mismas, sin dejar de lado asuntos serios como la corrupción política, la crisis social, la historia de algunos objetos típicamente femeninos y la literatura, la música y la televisión.

Si bien el programa no es cómico, divierte, mediante monólogos, entrevistas y sondeos de opinión entre el público sobre cuestiones propuestas para entretener, pero también para reflexionar.

Una sección de ”Grandiosas”, llamada ”La culpa es nuestra”, sirve para comentar frecuentes quejas por defectos de los hombres que las propias mujeres contribuyeron a originar en su crianza, en la vida en pareja o en el trato cotidiano.

Las conductoras de ”Grandiosas” suelen desafiar a su audiencia a ”animarse al cambio”, y al igual que muchos programas clásicos brindan consejos, pero en tono de parodia. Una de las conductoras, la actriz cómica Laura Oliva, que recomienda cómo aparentar ser un ama de casa perfecta sin serlo.

Por otra parte, la mujeres del público someten a una trituradora de papel las fotos de diversos personajes públicos en la sección ”Lo salvo o lo condeno”. Como si se tratara de un tribunal parcial, pulsan un botón para votan por sí o por no antes de que la foto quede o no hecha tiras.

Ante a la competencia renovada, los espacios femeninos clásicos se vieron obligados a cambiar: sus conductoras se alejaron de las características tradicionales, ridiculizadas por programas cómicos que las muestran infantiles, torpes, crédulas, ignorantes y, sobre todo, muy frívolas.

Las conductoras de los dos programas de cocina con mayor éxito hoy en la televisión construyeron personajes atípicos. Una es una joven actriz y conductora que demuestra una total incompetencia para los quehaceres domésticos y está acompañada por un conocido cocinero.

La otra es también una mujer joven, que se destacó en un programa clásico de repostería pero que supo sacar provecho de su torpeza. Así, se transformó en una de las más aceptadas cocineras de la tarde, sobre todo por su desparpajo para mostrarse como una ama de casa, por lo menos, diferente del estereotipo. (FIN/IPS/mv/mj/cr/02

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