El presidente argentino Eduardo Duhalde se enfrenta a una semana clave para demostrar si puede resistir los fuertes embates de la crisis y avanzar hacia un acuerdo con el FMI, para evitar la convocatoria a elecciones anticipadas.
Todas las semanas son muy difíciles desde que asumí, debido a la magnitud de la crisis, admitió Duhalde, en referencia a la urgencia en tratar de encausar la economía del país.
Argentina sólo atiende los compromisos con organismos multilaterales desde que declaró el cese de pagos a fines de diciembre. A pesar de ello, la crisis se agudizó y la actividad económica amenaza con caer 15 por ciento este año, la recaudación se desploma y ya no alcanza el dinero para gastos corrientes.
También los gobiernos provinciales afrontan severas dificultades para pagar los salarios de abril de sus funcionarios y para solventar el gasto de escuelas y hospitales, mientras crece el temor de que no se pueda cancelar una obligación con el Banco Mundial de 800 millones de dólares próxima a vencer.
El analista político y responsable de una firma encuestadora Manuel Mora y Araujo entiende que este es el momento más crítico de la gestión de Duhalde, designado el 31 de diciembre por la asamblea legislativa, la reunión del Senado y la Cámaras de Diputados.
Duhalde asumió el 1 de enero para completar el mandato de Fernando de la Rúa, quien renunció el 20 de diciembre, dos años antes de finalizar su periodo constitucional.
El gobierno debe demostrar si los cambios de gabinete que hizo el viernes (tres nuevos ministros) estabilizan su base de sustentación y toma un camino definido o no, advirtió Mora y Araujo.
Por su parte, Eduardo Fidanza, de la consultora Catterberg y Asociados, expresó que, si Duhalde no resuelve las cuestiones más urgentes en 10 días, no tendrá otra alternativa que llamar a elecciones.
Enrique Zuleta, también experto en consultas de opinión pública, coincidió con Fidanza, al apuntar que el desenlace será rápido si no aparecen soluciones.
Varios dirigentes políticos también alertaron el fin de semana sobre la fragilidad del gobierno. La diputada Elisa Carrió, de oposición, consideró que el mandatario no tiene poder y que ya no puede ni siquiera sostener la transición hasta septiembre de 2003, para cuando están fijadas las elecciones presidenciales.
El gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, advirtió que esa fecha no es una eternidad, es 10 veces una eternidad.
Reutemann es el dirigente del gobernante Partido Justicialista (peronista) que tiene mejores chances de alcanzar la presidencia según las últimas consultas, pero ubicado detrás de Carrió cuando se pregunta por los posibles candidatos de todos los partidos.
Duhalde comenzó la semana atacando el asunto menos conflictivo, al decretar la eliminación del llamado coeficiente de estabilización de referencia para los créditos hipotecarios de vivienda única y familiar, que indexaba los montos de los préstamos regido por el costo de vida.
El gobierno estima que el beneficio —que se extiende a los contratos de alquiler y a los créditos personales y prendarios— alcanza a más de un millón de familias, y resultará un alivio en momentos en que la inflación ya arroja un promedio acumulado de 20 por ciento en lo que va del año.
Esa medida traerá cierta calma a los tenedores de créditos, pues ahora la cuota de esos préstamos sólo puede aumentar junto con los salarios, una variable casi congelada debido al desempleo superior a 25 por ciento de la población económicamente activa.
Pero la novedad tiene su contracara, aunque aún no fue anunciada. El gobierno estudia cambiar mediante decreto, y no una ley, los depósitos de ahorradores congelados desde diciembre por bonos.
A diferencia del plan de bonos que hace dos semanas provocó la renuncia de Jorge Remes Lenicov del cargo de ministro de Economía, este nuevo programa contendría un mayor compromiso para los bancos en la garantía de pago y establecería plazos más cortos de cancelación para depósitos menores a 10.000 dólares.
El plan de canje a estudio sería compulsivo para los depositantes a plazo fijo y voluntario para los que tengan dinero en cuentas a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro).
El anuncio del nuevo plan podría realizarse esta misma semana, aunque el llamado corralito bancario se mantendría por un tiempo mas, probablemente dos meses, para dar tiempo a la decisión de los depositantes, anticipó el nuevo ministro de Economía, Roberto Lavagna.
Además, el gobierno debe conseguir la aprobación parlamentaria de los proyectos de ley de quiebra, que elimine las trabas para ejecuciones, y la llamada de subversión económica, por la cual son enjuiciados empresarios, banqueros y ex funcionarios. Ambas leyes son pedidas por el FMI (Fondo Monetario Internacional.
La ley contra la subversión económica fue aprobada en 1974, pedro cobró notoriedad en los últimos meses porque fue aplicada para procesar a banqueros argentinos y extranjeros acusados de estafa, vaciamiento de bancos y otros delitos financieros.
También permitió a la justicia investigar al banquero David Mulford, quien fuera subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, y al ex ministro de Economía Domingo Cavallo, por las supuestas irregularidades denunciadas por el parlamento en materia de negociaciones de la deuda externa.
El FMI considera que esa norma contra delitos económicos es contraria a la seguridad que reclaman los potenciales inversores.
En el Congreso existen grandes resistencias a aceptar las condiciones del FMI. Sin embargo, Duhalde comentó este lunes que los legisladores se comprometieron a avanzar rápidamente en la nueva ley contra la subversión económica, pero advirtió que lo harán con base al principio de no consagrar la impunidad.
Lavagna ya anticipó al FMI que la ley de subversión económica no será derogada, sino modificada de acuerdo al principio de no consagrar la impunidad de quienes efectivamente cometieron delitos financieros.
En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, hizo una nueva advertencia a Argentina.
Desde el Consejo de las Américas, Powell dijo que su país ayudará a Argentina a salir a flote, pero sólo a través del FMI, que tiene que dar el visto bueno para concretar la ayuda financiera.
Powell expresó, además, que Argentina tiene que tratar de resolver las fallas políticas y otros problemas como la corrupción y la falta de transparencia. (FIN/IPS/mv/dm/if ip/02