ARGENTINA: Rebelión contra la política económica

Trabajadores de la industria y del campo, empleados públicos, maestros, médicos, desempleados, pequeños empresarios, jubilados y estudiantes, realizaron este miércoles en Argentina un millar de manifestaciones de protesta contra la política económica del gobierno.

”Esto es una verdadera rebelión popular”, afirmó Víctor de Gennaro, secretario general del Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA), la central sindical de empleados públicos y privados que convocó a esta medida de fuerza.

La CTA dejó librada a la iniciativa de cada grupo participante la forma de expresión de la protesta. La consigna de la jornada fue ”Hay que pararlos”, en alusión a la política económica del gobierno de Eduardo Duhalde.

La administración de Duhalde decidió la devaluación del peso argentino en medio de una profunda recesión que lleva más de cuatro años, mientras el desempleo es de 23 por ciento de la población económicamente activa y la pobreza afecta a la mitad de los habitantes del país.

El gobierno ha apostado sus cartas a conseguir un esquivo respaldo del Fondo Monetario Internacional, para evitar el cese de pagos a los organismos multilaterales de crédito. El pago a los tenedores de los títulos de deuda fue suspendido en diciembre por Adolfo Rodríguez Saa, que gobernó una semana.

”No sé si los dirigentes políticos y sus cómplices van a cambiar, pero sí sé que hay un cambio en nosotros, que ya no queremos delegar mas la construcción de nuestro futuro y el de nuestros hijos”, explicó De Gennaro al finalizar una asamblea con trabajadores aeronáuticos.

El dirigente explicó que la CTA no se conformaba con organizar un paro tradicional, sino que buscó sumar a la jornada a todos los sectores contrarios a la política económica gubernamental, para demostrar ”la extensión territorial y la diversidad” de los sectores afectados.

Los manifestantes bloquearon rutas nacionales, incluídas las autopistas de acceso a la capital, y caminos y calles, hubo paro en escuelas y hospitales y asambleas barriales, clases y radios abiertas en universidades, marchas y ocupaciones de edificios.

La CTA compartió la organización de la protesta con la Corriente Clasista Combativa, un grupo integrante del movimiento de trabajadores y desempleados que desde hace seis años se manifiesta mediante el corte de rutas y con campamentos a los lados de los caminos, algunas veces por tiempo indefinido.

También participaron legisladores de la oposición, artistas, sindicalistas opuestos a las cúpulas tradicionales que controlan las dos organizaciones en que se ha dividido la Confederación General del Trabajo (CGT), estudiantes, maestros, científicos, religiosos y organizciones humanitarias.

La Federación Agraria Argentina, que reúne a pequeños y medianos productores agropecuarios, resolvió participar de la protesta con un paro que comenzó el lunes y finalizó este miércoles.

Los agricultures articularon su protesta con los camioneros, que fueron afectados por un aumento de precio de los combustibles de 70 por ciento desde principios de este año.

También participó de la jornada la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios e incluso la banca cooperativa, cuyo líder, Carlos Heller, acaba de ser elegido presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de Argentina.

De Gennaro destacó el masivo apoyo a la protesta en localidades del interior.

Centenares de actores participaron del movimiento, con la suspendión de las funciones de teatro previstas para este miércoles en las salas públicas, y numerosos taxistas, un sector laboral habitualmente reacio a intervenir en protestas, se plegaron a la medida bloqueando avenidas del centro de Buenos Aires.

Los argentinos ”tenemos que construir una fuerza propia, de todos los que estamos en contra de este modelo económico de acumulación que permitió el enriquecimiento de los sectores financieros a costa del hambre, del desempleo, y de la pobreza de la mitad de la población”, dijo De Gennaro.

La CTA expresó en diversos actos que la ”resistencia” a la política económica oficial no basta y que hay que organizar una salida superadora para la profunda crisis que vive el país.

”Este es un proyecto social, político y cultural diferente, que no tiene un candidato a la cabeza sino que convoca a todos los sectores para un verdadero cambio”, declaró De Gennaro.

La CTA es la tercera central sindicial, después de las dos CGT, que han perdido poder de convocatoria.

Los dirigientes de la CTA entienden que el alto desempleo y la crisis económica han transformado el panorama sindical, afirman que los dirigentes de la CGT se han alejado de los problemas reales de los trabajadores y cuestionan su tendencia al pacto con los empresarios y con las autoridades del gobierno.

La CTA propuso hace tres años la creación de un seguro de empleo, que incluiría la capacitación de jefes y jefas de hogar desocupados, de 380 pesos mensuaes (110 dólares en la actualidad), mas 60 pesos (17 dólares) por cada hijo en edad escolar.

Esos subsidios, según el plan original, se financiarían con impuestos y transferencias de recursos y con parte de la recaudación agregada que sobrevendría por el incremento de la demanda de los millones de beneficiarios.

La propuesta es reivindicada por el Frente Nacional contra la Pobreza, una alianza de sindicalistas, economistas, periodistas, legisladores y organizaciones humanitarias, que también se sumó a la protesta de este miércoles. (FIN/IPS/mv/ff/lb/02

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