ARGENTINA: Crece interés por eco-aldeas en Argentina

El desarrollo sustentable es posible dicen los habitantes de la comunidad Gaia, quienes definen el lugar como una ecovilla donde se respeta el ambiente y se vive ”la vida misma”.

El éxito de la pequeña comunidad que decidió vivir y producir de manera sustentable en Argentina se hace más significativo a medida que se profundiza la crisis económica y social de este país.

Un grupo de ecologistas decidió fundar en 1996 la Ecovilla Gaia, una comunidad donde llevar a la práctica los principios del desarrollo respetuoso con el ambiente.

Los frutos brotaron casi al mismo tiempo que el país se hundía en la depresión económica, con la mitad de la población en la pobreza y un desempleo de 25 por ciento. El ritmo de visitas y consultas se multiplicó por diez desde diciembre.

Los ambientalistas, pertenecientes a la Asociación Gaia, establecieron la comunidad en un terreno común de 20 hectáreas en el distrito de Navarro, 110 kilómetros al oeste de la capital federal, Buenos Aires.

Allí residen ocho familias, seis más construyen sus viviendas con barro, paja y madera del lugar, y otras 20 planifican instalarse en el futuro mientras participan activamente en el proyecto.

La ecoaldea cuenta con computadoras conectadas a Internet, teléfonos, televisión y diversos aparatos electrodomésticos.

Cada familia se sostiene por sí misma y aporta tres dólares por mes a los gastos comunes. Los alimentos vegetarianos son cultivados por ellos mismos sin agroquímicos y se sirven en un comedor comunitario.

Las familias no crían animales domésticos para no afectar el desarrollo de la fauna local y se abastecen de energía mediante fuentes alternativas, como paneles solares, generadores eólicos de electricidad y hornos a leña de alta eficiencia.

”Esto no pretende ser un paraíso, al contrario, propiciamos el mayor contacto con la realidad”, dijo a Tierramérica Silvia Balado, pionera del proyecto. Para ella la vida en la ecovilla Gaia ”no es rosa ni perfecta, es la vida misma”.

La Asociación Gaia se fundó para participar de la Cumbre Mundial de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y desde entonces sus miembros alentaron el sueño de llevar a la práctica los compromisos de la Agenda XXI, el documento final de aquella conferencia.

”Decidimos ofrecer a los gobiernos una referencia concreta de cómo se puede llevar a la práctica el desarrollo sostenible”, comentó a Tierramérica Gustavo Ramírez, veterinario y fundador de la ecovilla.

Al contrario de lo que ocurre con los vecindarios privados que proliferan en los alrededores de Buenos Aires y otras grandes ciudades de América Latina, la eco-comunidad está abierta a intercambios de experiencias y promueve visitas y consultas.

Casi cinco mil personas han visitado la comunidad desde diciembre pasado. Familias, parejas, ancianos y ancianas, escuelas primarias y universitarios quieren aprender de la experiencia.

”El gobierno dice que no hay 'plan B' (alternativas) para Argentina, que el único plan es el de una administración conjunta con el Fondo Monetario Internacional. Pero nosotros creemos que éste es un 'plan B', lo creímos siempre, desde que fundamos la ecovilla”, sostuvo Ramírez.

La comunidad es una experiencia pionera en América Latina, y forma parte de la Red de Ecoaldeas de las Américas y de la Red Global de Ecoaldeas, que vincula experiencias similares en países industrializados.

”Algunos nos consideran hippies, idealistas, pero nosotros tenemos una propuesta muy concreta y la estamos llevando adelante”, aseveró Ramírez. En la dirección http://www.gaia.org.ar, de la red informática Internet, los responsables exponen sus proyectos e ideas.

*Publicado originalmente el 18 de mayo en la red de diarios latinoamericanos de Tierramérica. (FIN/Tierramérica/mv/dcl/en/dv/02

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