El presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, sostuvo este lunes que sería un desastre negarse a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y anticipar las elecciones presidenciales previstas para 2003.
Argentina es el único país del mundo en default (interrupción de pagos) externo e interno y esto va a tener consecuencias muy graves si no acordamos con el FMI, y con el mundo, sostuvo Duhalde.
El acuerdo es una exigencia de los países amigos como Brasil, Uruguay y Chile y de las naciones más ricas del mundo, representadas por el Grupo de los Siete, agregó.
No alcanzar un convenio con el FMI y la convocatoria anticipada de elecciones serían un grave error y un desastre, en especial porque, según las encuestas, ningún candidato obtendría mas de 15 por ciento de los votos y la gran mayoría de los electores se abstendría o impugnaría su sufragio, sostuvo.
La advertencia de Duhalde coincidió con las vísperas de un vencimiento de intereses de 1.000 millones de dólares con organismos multilaterales de crédito, que podría ser cancelado con reservas del Banco Central ante la falta de una respuesta positiva de Brasil, Chile y México.
Argentina le había solicitado a esos países un préstamo para atender el compromiso.
Duhalde ya debió pagar al FMI con reservas monetarias un vencimiento de 170 millones de dólares de la semana pasada para evitar caer en la interrupción de pagos con los organismos multilaterales.
Ahora, la mayor parte del compromiso es con el Banco Mundial, al que se le deben cancelar 800 millones de dólares este miércoles.
La utilización de 1.000 millones de dólares de reservas que totalizan 12.000 millones preocupa al Banco Central, que procura conservar esos recursos para realizar sospresivas intervenciones en el mercado cambiario y evitar así una nueva devaluación, que tendría un impacto negativo en los precios.
Desde la investidura de Duhalde el 1 de enero, el peso, la moneda nacional, que se cotizó a la par del dólar durante casi 11 años, se depreció hasta comercializarse a 3,20 por dólar esta semana.
La inflación acumulada desde el comienzo del año suma 21,2 por ciento, aunque para ciertos productos en los que el alza fue superior a 100 por ciento y el valor de otros se triplicó.
La subida de precios causó fuerte malestar en momentos en que el desempleo se estima extraoficialmente en alrededor de 25 por ciento y la pobreza alcanza a la mitad de la población.
Duhalde prevé pagar un subsidio mensual a desempleados a partir de este viernes, con ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo.
El Ministerio de Economía consideró que la interrupción de pagos con los organismos multilaterales de crédito es una opción peor que utilizar las reservas del Banco Central con ese fin, restando posibilidades de frenar la depreciación del peso.
Hasta el momento, el gobierno dejó de pagar a acreedores privados y mantiene fuertes atrasos en sus aportes a las provincias, a casi todos los organismos estatales y a las empresas privadas proveedoras.
Duhalde advirtió que rechaza la posibilidad de romper las negociaciones con el FMI. Argentina está en una situación de extrema debilidad y debemos llegar a un acuerdo, aseveró. Para eso, advirtió que es necesario cumplir con las exigencias del organismo.
Entre esas condiciones figuran la reducción del gasto público de las provincias, la derogación de la ley de subversión económica por la que están procesados banqueros y ex funcionarios y la modificación de la ley de quiebras, que permite la ejecución de las propiedades de las empresas en beneficio de acreedores financieros.
Siete gobernadores ya accedieron a reducir 60 por ciento sus gastos.
El presidente espera tener aprobadas las leyes esta semana, antes de viajar a Madrid para participar de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe.
Mientras, el presidente fracasó en sus negociaciones con los bancos para poner fin a las restricciones para el retiro de dinero de las cuentas bancarias por parte de los ahorradores, dispuestas en diciembre para evitar la quiebra de firmas financieras por una huida masiva de capitales ante la crisis.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, intentó durante 10 días convencer a los bancos de que aceptaran dar garantías a los ahorradores para entregarles bonos a mediano y largo plazo a cambio de los depósitos que hoy no podrían devolver totalmente en efectivo. Pero los bancos se negaron a asumir el compromiso.
Lavagna consideró entonces que el plan resultaría muy gravoso para el Estado, al que se exigía ser garante, y más aun si la solución no conformaba tampoco ni a los bancos ni a los ahorradores tal como se preveía por las críticas que suscitaba.
Ahora se estudian nuevas alternativas para flexibilizar las restricciones, anticipó el ministro.
Duhalde propuso ofrecer inmuebles ociosos del Estado a la venta. Los tenedores de certificados de depósitos bancarios podrían utilizar sus fondos para adquirir esos bienes y se los tomarían al valor nominal, no de mercado, una fórmula pensada para evitar la depreciación de las colocaciones. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/02