AMBIENTE-PERU: Activistas contra explotación de gas natural

Activistas estadounidenses pidieron al gobierno de George W.Bush y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que no aporten fondos al primer gran proyecto de explotación de gas natural en la Amazonia peruana, por sus riesgos ambientales.

Dos consorcios internacionales buscan financiación pública y privada para explotar los yacimientos de gas natural de Camisea, unos 400 kilómetros al este de Lima. Se calcula que en esos yacimientos hay reservas de más de 311.000 millones de metros cúbicos de gas.

Las solicitudes correspondientes son estudiadas en la actualidad por el BID y por el estatal Banco de Exportaciones e Importaciones (Ex-Im Bank) estadounidense.

La iniciativa, cuyo costo previsto es 2.700 millones de dólares, incluye instalaciones para extraer gas, una planta procesadora y dos gasoductos. Ambientalistas sostienen que su implementación causará importantes daños al ambiente y a las aisladas comunidades indígenas residentes en el área.

”No debería haber inversión de fondos públicos para apoyar un proyecto que provocará numerosos, inevitables e irreversibles impactos sociales negativos sobre pueblos indígenas aislados y vulnerables”, sostuieron grupos ambientalistas en una carta dirigida la semana pasada al BID y Ex-Im Bank.

Entre los firmantes estuvieron las organizaciones no gubernamentales (ONG) Amazon Watch, Amigos de la Tierra Internacional, Red de Acción por las Selvas Tropicales y Centro de Información sobre Bancos.

El BID considera la posibilidad de conceder créditos por valor de 75 millones de dólares para la realización del proyecto, y un resumen de la iniciativa en el sitio del banco en Internet, la red mundial de computadoras, sugiere que la institución tiene firmes intenciones de aprobar el préstamo.

”El desarrollo de Camisea beneficiará en forma directa a los usuarios finales de electricidad y mejorará la competitividad de la industria peruana, con aumento del nivel de vida de los habitantes del país, al brindar acceso a una estable y barata fuente de energía”, sostuvieron los autores de ese resumen.

La decisión sobre el préstamo será adoptada a fines de este año, según el portavoz del BID Daniel Drosdoff.

Un portavoz del Ex-Im Bank no quiso comentar el asunto, con argumentos sobre la confidencialidad de los negocios.

Uno de los consorcios involucrados en el proyecto de Camisea reúne a la firma argentina Pluspetróleo, la estadounidense Hunt Oil, y la sudcoreana SK, y se dedicaría a la extracción de gas natural, informó Amazon Watch.

El otro consorcio fue formado por las tres compañías mencionadas, la argentina Techint, la argelina Sonatrach y la peruana Grana y Montero, para el transporte del gas, añadió.

Las autoridades peruanas otorgaron permisos de explotación en 2001 y a comienzos de este año, la construcción de instalaciones ya comenzó, y se espera que la explotación de yacimientos pueda comenzar en diciembre de 2003.

El banco estadounidense Chase Manhattan prestó a Pluspetróleo 25 millones de dólares para el proyecto, con garantía del Ex-Im Bank, y el principal asesor financiero de los consorcios es el grupo bancario estadounidense Citigroup.

Las firmas involucradas han prometido tomar precauciones para mitigar el impacto ambiental de la iniciativa, entre ellas usar procedimientos de construcción que minimicen la erosión de suelos e instalar campamentos transitorios en el trayecto previsto del gasoducto.

Eso satisfizo al gobierno peruano, pero no a los ambientalistas estadounidenses, quienes alegan que algunos de los ecosistemas más diversos y amenazados del mundo serán puestos en grave peligro.

Los activistas han expresado especial preocupación por los gasoductos previstos, que unirían Camisea con el meridional puerto de Pisco, y éste con Lima.

Los trayectos previstos de esos gasoductos atraviesan la cadena montañosa de Vilcabamba, al oeste de Camisea, destacada por la ONG Conservación Internacional debido a su gran variedad de especies vegetales y animales raras y amenazadas, donde hay dos reservas naturales y se prevé situar un parque nacional.

En 1998, un grupo de trabajo de la Unión Conservacionista Mundial sostuvo tras realizar estudios que Camisea debería ser ”el último lugar del planeta” en el cual se explotaran combustibles fósiles, debido a su rica biodiversidad.

En el área habitan 300 especies de pequeños mamíferos y casi 800 especies de aves según el Instituto Smithsoniano, una fundación con sede en Washington, creada en 1864 para la investigación y la difusión de conocimientos.

Según el resumen del BID, las compañías involucradas en el proyecto respetarán las normas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo para proteger a poblaciones indígenas, pero los críticos afirman que la iniciativa viola los derechos de unos 7.000 aborígenes residentes en la zona.

Esos indígenas pertenecen a las tribus machiguenga, yine, yora (nahua), kirineri y nanti (kugapakori).

La tala necesaria para construir los gasoductos abrirá paso a obreros, colonos y madereros, y causará conflictos por recursos naturales cruciales para la supervivencia de las tribus, prevén los activistas.

Varias de las tribus viven en completo aislamiento, y sus integrantes pueden ser muy vulnerables al contagio de enfermedades por parte de los obreros, indicaron las ONG en la carta al BID y el Ex-Im Bank.

La comunidad machiguenga expresó su preocupación por el proyecto en una asamblea realizada en abril, añadieron. (FIN/IPS/tra-eng/dk/aa/mp/en if/02

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