Una epidemia de nicotina afecta a la república yugoslava de Serbia, donde tres millones de habitantes, 40 por ciento de la población de 7,5 millones, son adictos al tabaco, advirtieron autoridades e investigadores sanitarios.
Serbia es el tercer país más fumador de Europa después de Turquía y Grecia, con una elevada incidencia en la población femenina y joven.
Las mujeres serbias son las más fumadoras de Europa, mientras 70 por ciento de los estudiantes universitarios fuman, sostuvo la investigadora Milena Jaukovic, coautora de un estudio sobre enfermedades vinculadas al cigarrillo.
Tres cuartos de la población estudiantil prueba el tabaco antes de los 15 años, y casi un cuarto de jóvenes entre 12 y 18 años son fumadores activos, según otro estudio realizado por el Instituto de Protección de la Salud de Belgrado.
El cáncer vinculado al hábito de fumar es la segunda causa de muerte en el país después de las enfermedades cardiacas.
La mala alimentación y el cigarrillo son una amenaza constante. Las comidas tradicionales con gran contenido de grasas, el bajo consumo de verduras y frutas y el tabaco aseguran la vida insalubre de nuestra población, dijo Jaukovic.
Urge establecer campañas educativas dirigidas a la adolescencia y la juventud, apuntó la investigadora.
Se necesita el respaldo de las familias, que deberían colaborar con el personal médico en la prevención. Pero muy poco puede hacerse cuando tantos adultos en la familia son fumadores activos, sostuvo la psicóloga Nada Vucicevic.
En Belgrado se consumen 20 millones de cigarrillos por día, y 73 millones en el resto del país. Serbios y serbias gastan 2,2 millones de dólares diarios en la adicción.
Aunque el hábito es costoso y la nación padece el empobrecimiento de las guerras de secesión de la antigua Yugoslavia y las sanciones económicas dispuestas por la comunidad internacional en los años 90, la gran mayoría se resiste a abandonar el cigarrillo.
Dejar de fumar está fuera de discusión. Los cigarrillos son mi placer, dijo la maestra Aleksandra Jovic, de 50 años y residente en Belgrado.
El cigarrillo es una adicción legalizada, por eso hay un mercado seguro para los fabricantes, que están reuniendo grandes ganancias. Una epidemia de nicotina arrasa a Serbia, sostuvo el ministro de Finanzas Bozidar Djelic.
Las naciones en desarrollo o en procesos de transición como Serbia son el mercado ideal para la industria trasnacional del tabaco, explicó el economista Dragoslav Nikolic.
La pérdida de sus mercados nacionales (por la caída del consumo y la legislación restrictiva en el Norte industrial) lleva a las trasnacionales a los países menos desarrollados, que no han adoptado las normas de la Organización Mundial de la Salud respecto del cigarrillo y sus riesgos, sostuvo Nikolic.
Pero los expertos señalan que las empresas locales serbias también están interesadas en mantener esta situación.
Durante las dos tandas de sanciones económicas que padeció Serbia bajo el gobierno del derrocado Slobodan Milosevic (1992-95 y 1998-2000), el contrabando de cigarrillo arrojó enormes ganancias al régimen que lo alentaba, pues las pequeñas tabacaleras locales no podían satisfacer la demanda interna.
Pese a la caída de Milosevic hace 18 meses, los antiguos contrabandistas, convertidos ahora en empresarios legítimos, presionan al gobierno para que no adopte campañas contra el hábito de fumar.
Nada ha cambiado. Los cigarrillos circulan ahora libremente en el país, mientras los impuestos a las ganancias constituyen una enorme fuente de ingresos para el Estado, sostuvo Nikolic.
Aunque está prohibida la publicidad de cigarrillos, carteles de promoción pueden verse en todo Belgrado.
En ellos no se menciona al cigarrillo ni se ven jóvenes modelos fumando. Apenas puede leerse una frase como sienta la libertad o pruebe lo bueno de la vida, y un pequeño logotipo de la marca, impreso en un extremo. (FIN/IPS/tra-eng/vpz/ss/dcl/he/02