INDONESIA: Aumenta presencia militar en provincia de Aceh

El gobierno de Indonesia fortaleció la presencia militar en la noroccidental provincia de Aceh, donde intenta aplastar el movimiento separatista por cualquier medio pese a las proclamadas reformas democráticas.

La represión del movimiento por la independencia dejó 300 muertos en lo que va del año en esa provincia ubicada en el norte de la isla de Sumatra, que permanece sumida en la pobreza aunque ha alimentado a Indonesia con sus vastos recursos naturales durante décadas.

El aumento de la violencia es consecuencia directa del incremento de la presencia militar en Aceh, en especial desde que la presidenta Megawati Sukarnoputri reinstauró en enero el comando regional Iskandar Muda en la provincia, según críticos.

”Ahora las fuerzas armadas pueden movilizarse más rápido” y ”tienen un papel más preponderante en Aceh”, señaló Tommy Legowo, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Yakarta.

Reyza Zain, del Centro de Información sobre el Referendo en Aceh, estimó que actualmente hay en esa provincia unos 70.000 soldados, ”para una población de apenas 4,5 millones de personas”.

La lucha separatista que el Movimiento Aceh Libre (GAM) libra contra Yakarta desde 1976 tiene raíces muy profundas y gana fuerza cada año.

Las abundantes reservas de gas natural de Aceh atrae a grandes empresas extranjeras y alimenta las arcas del gobierno central, pero sigue siendo una provincia pobre.

Además, los acehneses sienten que ya han sido embaucados antes por Yakarta, porque ayudaron a expulsar a los colonos holandeses, pero no obtuvieron la autonomía que el gobierno del general Suharto (1966-1998) les prometió a cambio.

El año 2001 fue uno de los más violentos en la historia de Aceh, con casi 1.700 personas muertas en incidentes relacionados con el separatismo, el doble que en 2000.

Cerca de la mitad de esas muertes ocurrieron después de que Sukarnoputri asumiera el gobierno, en julio del año pasado, según organizaciones defensoras de los derechos humanos.

Graves violaciones de los derechos humanos, ”entre ellas torturas y ejecuciones ilegales, se cometen todos los días” en Aceh, según la activista Lucia Withers, supervisora en Indonesia de la organización no gubernamental Amnistía Internacional, con sede en Londres.

”Con frecuencia, se somete a civiles a castigos colectivos” por las fuerzas de seguridad gubernamentales, tras ataques contra éstas del Movimiento Aceh Libre, afirmó.

”Esa es la realidad diaria, que afectaría las credenciales democráticas de cualquiera. La situación en Aceh no es peor ni mejor (que bajo la dictadura de Suharto) desde que Megawati Sukarnoputri asumió la presidencia”, añadió.

La fuerte presencia militar de la actualidad en Aceh -en contraste con iniciativas de gobiernos democráticos anteriores, que incluyeron una reducción de las tropas- generó preocupación sobre la dirección de las reformas políticas en Indonesia.

Las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares en Aceh sugieren que el ejército todavía marcha al compás del antiguo orden y sigue siendo una poderosa influencia en la cultura política nacional, señalaron críticos.

”La situación en Aceh es una prueba para las reformas del ejército, y los hechos actuales son preocupantes”, observó Legowo.

”Según las reformas, la autonomía regional es competencia de la policía, y lo mismo se aplica a las insurgencias internas y conflictos étnicos: es la policía la que debe actuar”, enfatizó.

Ese fue uno de los cambios en el papel de las fuerzas armadas aprobados por el presidente Abdurrahman Wahid, antecesor de Megawati, quien designó a un civil como ministro de Defensa por primera vez desde 1950.

Las reformas introducidas para someter a los militares a la autoridad civil limitaron el papel de las fuerzas armadas a la protección del territorio nacional frente a amenazas externas.

”Con esta presencia militar en Aceh, el mensaje es que la lucha del Movimiento Aceh Libre constituye una amenaza para nuestro territorio”, señaló Legowo.

La actual tendencia es un mal augurio para la agenda de reformas de Indonesia, que incluye la eliminación gradual del número de escaños asignados constitucionalmente a militares en los parlamentos nacional y provinciales, así como la exclusión de militares para cargos administrativos.

Lo más preocupante es el respaldo que la presidenta otorga a las fuerzas armadas, opinó Withaya Sucharithanarugse, un experto del Instituto de Estudios Asiáticos de la Universidad Chulalongkorn, de Bangkok.

”Mientras Wahid tomó muchas medidas para reducir la influencia militar en distintas regiones y respaldó la desmovilización, Megawati parece dispuesta a reinstaurar la vieja guardia”, lamentó Withaya. (FIN/IPS/tra-en/mmm/js/mlm/hd/02

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