AMBIENTE: Neumáticos ruedan contra la naturaleza

La gravedad de la contaminación causada por los combustibles fósiles hace menos visible otro gran problema ambiental originado por los vehículos automotores: los neumáticos inservibles, cuya degradación natural puede demorar siglos.

Entre 3.000 y 4.000 millones de neumáticos se encontraban desechados de forma inadecuada en todo el mundo en 1998 y cada año se producen 800 millones nuevos, dijo a IPS el secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de la Industria de Neumáticos de Brasil, Walter Tegani.

Estados Unidos y la Unión Europea concentran más de la mitad de esa producción. El simple descarte, especialmente en Europa, sería inviable por falta de espacio, observó Tegani. Por eso se investigaron soluciones, como el reciclado de los neumáticos usados y su uso en la producción de energía y en la construcción.

Pero el principal destino son los vertederos subterráneos, donde los europeos desechan 39 por ciento del total de neumáticos usados y los estadounidenses, 31 por ciento, según las asociaciones de recicladores.

Sólo se debe adoptarse esta salida ante la ausencia de alternativas económicamente viables, según el Convenio de Basilea, tratado al que adhieren 130 países referido al tráfico internacional de desechos tóxicos, vigente desde 1992.

Entre otros riesgos de estos depósitos figura la emisión de gases contaminantes, como sucedió en Gales, Gran Bretaña, donde la quema de un vertedero donde yacían 10 millones de neumáticos duró 10 años.

La exportación es el destino de 11 por ciento de los neumáticos usados de Europa y cinco por ciento de los de Estados Unidos.

Es una forma de ”exportar basura” y transferir el problema, según las autoridades ambientales brasileñas, que prohibieron la importación tanto de neumáticos usados como de los recauchutados (recubiertos de caucho para volver a utilizarlos).

La medida logró reducir las importaciones, pero no ponerles fin. Uruguay logró en marzo la reapertura del mercado brasileño a sus neumáticos recauchutados tras un fallo de un tribunal del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea intensificó las presiones con el mismo objetivo.

La importación bajó de 3,4 millones de neumáticos recauchutados en 1998 a menos de un millón el año pasado, mientras la de usados sin recauchutar cayó de 6,1 millones en 1996 a 2,4 millones en 2001, según datos oficiales.

Los neumáticos usados son utilizados en Brasil, entre otros fines, para la destilación de combustibles, en un proceso que ahorra materias primas como el petróleo y genera empleos, dijo a IPS Francisco Simeao, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria de Neumáticos Reamoldados.

Simeao acusó a las autoridades ambientales de someterse a los intereses de las empresas transnacionales que dominan el mercado nacional del sector, Goodyear, Firestone y Pirelli.

El Consejo Nacional de Medio Ambiente, que reúne a delegados del gobierno nacional y los locales, de organizaciones ambientalistas y otros representantes de la sociedad, ratificó el 21 de marzo el veto a esas importaciones, señalando que la industria de reforma debe utilizar neumáticos usados nacionales.

Simeao argumentó que los neumáticos usados europeos son los únicos con la calidad adecuada, dadas las exigencias del mercado local y la mayor velocidad permitida en sus carreteras.

En cambio, Tegani indicó que las fábricas brasileñas exportan un tercio de su producción, incluso a Europa, lo cual constituye una prueba de calidad. En su opinión, la importación es estimulada por los bajos precios ofrecidos por quienes procuran sacarse los desechos de encima.

Mientras, agregó, Brasil debe afrontar el costo de la recolección de sus neumáticos.

La denominada ”guerra de los neumáticos” en Brasil refleja una nueva preocupación por el destino de ese desecho en muchos países tropicales en desarrollo. Los neumáticos son criaderos ideales del mosquito transmisor del dengue, pues contienen durante largo tiempo el agua de lluvia.

Las sucesivas epidemias de dengue en el país desde 1986 contribuyeron a la decisión de las autoridades brasileñas de obligar a la industria y las empresas importadoras, a partir de este año, a darle un destino final ambientalmente correcto a los neumáticos que colocan en el mercado.

La resolución del Consejo Nacional del Medio Ambiente es ”pionera en el mundo”, pues define a los responsables y sus obligaciones, observó Tegani. La meta es eliminar este año un cuarto del total de neumáticos vendidos, proporción que se elevará a la mitad en 2003 y a la totalidad en en 2004.

En 2005, la eliminación deberá ascender a 125 por ciento de las ventas. Entonces se evaluará y revisará el programa.

A la industria le corresponderá evitar este año que 7,5 millones de neumáticos sean simplemente arrojados, pues produce cerca de 45 millones de unidades al año y exporta un tercio. Treinta millones se venden dentro del país, informó Tegani.

El programa no tendrá costo alguno para el consumidor, al contrario que en Europa y en Estados Unidos, donde la recolección, almacenamiento y transporte de neumáticos corresponde al comprador.

Las empresas que los aprovechan como materia prima deberán absorber los costos, en los planes de la Asociación Nacional de la Industria de Neumáticos.

El uso como combustible en calderas industriales, trituración para uso en pavimentación de carreteras y conversión en petróleo industrial o gas son las grandes alternativas de reaprovechamiento, descartándose su desecho en vertederos.

En cualquier caso el paso inicial es picar los neumáticos, lo cual debe realizarse con rapidez para facilitar el almacenamiento y evitar el dengue, señaló Tegani.

Cien millones de neumáticos inservibles están desechados al aire libre en Brasil, calculó el Ministerio de Medio Ambiente. Tegani cree que la cantidad puede ser menor, porque no existen registros de todas las formas de reaprovechamiento.

Por otro lado, los ambientalistas, tienden a ver un ”pasivo ambiental” mayor. El país consume cada año cerca de 40 millones de neumáticos, sumando la producción nacional y las importaciones.

Cien millones de neumáticos pueden haber sido desechados en pocos años, argumentó Karen Suassuna, coordinadora de la campaña de residuos tóxicos de Greenpeace en Brasil. (FIN/IPS/mo/mj/en/02

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