RUSIA-EEUU: Estalla la guerra comercial

El Ministerio de Agricultura de Rusia prohibió la importación de carne de pollo y otras aves desde Estados Unidos, luego de que Washington impusiera aranceles de hasta 30 por ciento a la importación de acero ruso y de otros países.

Según investigaciones de mercadeo, casi 60 por ciento de la población del país, y en especial las personas con menores ingresos, consumen en forma habitual carne de pollo, y la proveniente de Estados Unidos, llamada «patas de Bush» (por el presidente estadounidense, George W. Bush), es la más barata.

El precio de la carne de ave local es en promedio 30 por ciento mayor que el de la importada desde Estados Unidos.

Las autoridades no indicaron que la medida, vigente desde el domingo, se vinculara con la cuestión del acero, y el ministro de Salud, Yuri Shevchenko, arguyó que la carne de ave estadounidense contiene una cantidad demasiado alta de antibióticos y aditivos, pero pocos dudan de que sea una represalia comercial.

Los nuevos aranceles estadounidenses implican un costo adicional de más de 1.000 millones de dólares anuales para la industria local del acero, y conducirán a masivos despidos en el sector, que da trabajo a 750.000 personas, según funcionarios gubernamentales.

A su vez, el cese de la importación rusa de carne de ave proveniente de Estados Unidos puede implicar pérdidas de unos 700 millones de dólares para los criadores de ese país.

Rusia importó el año pasado unos 1,3 millones de toneladas de carne de ave, y más de un millón de ellas provino de Estados Unidos.

Funcionarios estadounidenses comerciales y agrícolas se reunieron el lunes y el martes con sus pares rusos en Moscú, para presionar por el cese de la prohibición, y acusaron al gobierno ruso de proteccionismo, pese a que las autoridades insistieron en que la medida se adoptó por razones sanitarias.

El ministro de Agricultura, Alexei Gordeyev, reforzó ese argumento al anunciar que se mantendrá la prohibición de importar carne de ave que contenga determinados antibióticos, aunque se llegue a levantar la actual prohibición total del ingreso de pollo proveniente de Estados Unidos.

Gordeyev indicó el martes que esa prohibición durará por lo menos 60 días, y aseguró que no causará escasez de carbe de ave en el país.

Según informes periodísticos, los negociadores estadounidenses insinuaron que mantener la prohibición disminuirá la probabilidad de que Washington imponga menores aranceles a los productos rusos, y también afectará en forma negativa la solicitud rusa de ingresar a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Varios parlamentarios expresaron en estos días duras críticas a la calidad de los alimentos provenientes de Estados Unidos, y uno de ellos, el diputado Vyacheslav Volodin, opinó el martes que «el país se transforma en un vertedero» al «importar mucha basura».

El influyente alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, apoyó la prohibición en declaraciones al canal de televisión TV3, enfatizó que la carne con antibióticos y aditivos no es buena para los consumidores, e insinuó que la abundancia de personas obesas en Estados Unidos se debe al consumo de ese tipo de alimentos.

Varios funcionarios habían expresado en los últimos tiempos preocupación por la creciente dependencia del país de las importaciones, y en especial de las de alimentos.

Veinte por ciento de la carne consumida en el país es importada, y en las grandes ciudades la proporción se invierte, con casi 80 por ciento de consumo de carne proveniente de otras naciones, destacó Gordeyev en una conferencia sobre seguridad alimentaria realizada el martes en la capital.

Esos datos implican que existe un problema de seguridad nacional, opinó.

El mismo martes, granjeros, empresarios, gobernantes locales y parlamentarios formaron un grupo para defender los intereses de la producción básica e industrial de alimentos en el país, y su primera decisión expresó respaldo a la prohibición de importar carne de ave desde Estados Unidos.

El líder del Partido Comunista, Guennady Zyuganov, aprovechó la coyuntura el lunes, durante una sesión parlamentaria sobre la OMC, para abogar contra el ingreso a esa organización, que según pronosticó pondría en peligro por lo menos 20 millones de puestos de trabajo en los sectores agrícola e industrial. (FIN/IPS/tra- eng/sb/ss/mp/if ip/02

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