Los presidentes de Ricardo Lagos, de Chile, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, acordaron esta semana un decisivo impulso a la habilitación de corredores de transporte entre los océanos Atlántico y Pacífico, en el marco del Mercosur.
Los gobiernos de ambos países firmaron el miércoles siete convenios de cooperación en Arica, un puerto fronterizo con Perú, situado 2.050 kilómetros al norte de Santiago, que fue escenario de la culminación de la visita de dos días de Cardoso a Chile.
Cardoso y Lagos convinieron igualmente profundizar el tratado de complementación económica suscrito en 1996, cuando Chile se asoció al Mercosur (Mercado Común del Sur), para estimular sobre todo el comercio de automóviles entre los dos países.
La cumbre chileno-brasileña en Arica fue calificada de «una potente señal» por Patricio Zapata, intendente (autoridad gubernamental) de la primera región de Tarapacá.
Esta ciudad, dijo Zapata, «es donde comienza o culmina el primer eje de los corredores bioceánicos, que une los puertos de Arica e Iquique de Chile con Bolivia y Brasil».
Los corredores bioceánicos o interoceánicos son complejos de carreteras concebidos para unir puertos sudamericanos del Atlántico y del Pacífico, facilitando así el comercio en el área y las exportaciones a otros mercados mundiales.
El acceso de los productos brasileños, argentinos, uruguayos o paraguayos a puertos sobre el Pacífico de Chile o Perú, por carreteras que incluyen a Bolivia, les abrirá acceso al gran mercado del Asia-Pacífico.
Del mismo modo, los países del Pacífico sur sudamericano podrán acceder por tierra a puertos sobre el Atlántico para facilitar sus envíos a Europa, sin necesidad de cubrir largos trayectos marítimos por el estrecho de Magallanes o el canal de Panamá.
La idea de los corredores tuvo un empuje adicional en la cumbre de presidentes de América del Sur, realizada en Brasilia en septiembre de 2000, donde se adoptó el «Plan de Acción para la Integración de la Infraestructura Sudamericana».
La propuesta, elaborada por el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento, permitió avances sustantivos en los últimos años en la construcción de carreteras y habilitación de pasos fronterizos.
La red vial para conectar al estado brasileño de Mato Grosso con los puertos chilenos de Arica e Iquique (1.800 kilómetros al norte de Santiago), con enlaces en Bolivia a través de Santa Cruz de la Sierra, es una de las más avanzadas.
«Para completar el trazado que una a Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso en Brasil, con Arica, resta un tramo de 460 kilómetros entre Cáceres y San Ramón, en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia», destacó el miércoles el diario ariqueño La Estrella.
Zapata indicó que el proyecto interoceánico incluye una serie de inversiones adicionales en Chile, como el mejoramiento de la ruta entre Arica y el paso Tambo Quemado, fronterizo con Bolivia, y la modernización de la infraestructura portuaria.
Chile será también el punto de partida o llegada de otros dos corredores interoceánicos, en las zonas central y sur.
La voluntad integracionista de Lagos y Cardoso fue refrendada igualmente por la profundización de los sistemas de liberación arancelaria acordados en el Acuerdo de Complementación Económica de 1996 de Chile con el Mercosur, el pacto integracionista formado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
El nuevo acuerdo automotor, que flexibiliza las llamadas normas de origen y rebaja a cero aranceles actualmente del orden de 30 por ciento, permitirá a Chile exportar a Brasil anualmente 15.000 camionetas.
La exportación de automóviles brasileños a Chile aumentará de 40.000 a 60.000 en 2005, la de autobuses llegará a 1.500 unidades en 2003, y la de camiones del mismo origen a 3.000 unidades anuales, con liberación total arancelaria desde 2006.
Los gobiernos también modificaron este miércoles en Arica su Convenio de Seguridad Social, que permitirá convalidar derechos previsionales de chilenos en Brasil y de brasileños en Chile, para el pago de pensiones de retiro.
La cooperación en el campo del uso pacífico de la energía nuclear, en áreas prioritarias del quehacer científico y cultural y en la espacial, fueron materia de otros tres acuerdos bilaterales.
Se firmó igualmente un convenio marco de cooperación en el área del desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, para coordinar proyectos, estudios y programas de asistencia técnica que potencien a ese sector, básico en la creación de empleos.
El elenco de convenios se completó con dos acuerdos en materia agrícola entre entidades gubernamentales chilenas y los estados de Santa Catarina y Mato Grosso do Sul, de Brasil. (FIN/IPS/ggr/ff/ip dv/02