/Integración y Desarrollo/ DESARROLLO: Nuevas instituciones para gobernar la globalización

La globalización perjudicó a más de 1.000 millones de personas, sostuvo el economista Jeffrey Sachs, asesor de gobiernos del Sur en desarrollo, que propuso crear nuevas instituciones internacionales para atacar los problemas del mundo.

«Se necesitan instituciones globales que nunca hemos tenido para afrontar los problemas globales», dijo Sachs, profesor de comercio internacional de la estadounidense Universidad de Harvard y consejero del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.

Sachs ofreció el jueves una conferencia en Costa Rica, durante la IV Reunión Anual de la Alianza para la Sostenibilidad Global (AGS), una organización internacional de dirigentes universitarios y empresariales que trabaja por el desarrollo y el ambiente.

Dirigentes de la AGS, que conduce investigaciones sobre los efectos del cambio climático, clamaron para que el desarrollo sustentable se encauce a través de una mayor asistencia de los países ricos a los pobres.

El ingreso anual por habitante de los países ricos llegó a 28.000 dólares en 2000 a precios actuales, mientras que en los pobres se ubica en 1.300 dólares, según el Banco Mundial.

Estados Unidos invertirá en los próximos años 5.000 millones de dólares adicionales en asistencia oficial al desarrollo, anunció el presidente George W. Bush. Se trata de una buena señal, según Sachs.

El economista visitó Costa Rica procedente de Monterrey, norte de México, donde asistió a la Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo,

Respecto de la globalización, señaló que hay una amplia gama de visiones sobre este proceso, que van desde las muy positivas hasta las fatalistas.

La globalización no ha llegado a ciertos grupos sociales y en algunos casos ha causado efectos contraproducentes, como por ejemplo en Afganistán, Burkina Faso y Guatemala, advirtió Sachs.

Así mismo, un quinto de la población del planeta permanece en la pobreza absoluta, hay países «al borde del colapso ecológico» y han nacido fuerzas internacionales negativas, como el terrorismo, los delitos globales y el lavado de dinero.

El agrónomo Julio Berdegué, del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), de la ONU, destacó que los problemas de pobreza en el mundo se deben no a la falta de riqueza, sino a la inadecuada distribución.

Berdegué indicó que el ingreso anual por habitante de Etiopía es de 100 dólares, mientras que en Suiza llega a 38.000 dólares.

Uno de los grandes problemas del mundo es el daño ambiental causado por los países ricos, señaló Sachs.

«¿Se hará Estados Unidos responsable del daño ambiental que está causando?», se preguntó. Sachs dijo que Estados Unidos, que alberga sólo cuatro por ciento de la población mundial, produce 25 por ciento de la contaminación por gases de efecto invernadero.

Sin embargo, puntualizó la globalización también genera beneficios para el planeta. Al respecto, mencionó la desesaleración del crecimiento demográfico, la explosión de las nuevas tecnologías y el aumento de la población en los centros urbanos, que hace más fácil el acceso a servicios públicos.

«Las sociedades urbanizadas están más cerca de alcanzar el desarrollo sustentable que las poblaciones rurales empobrecidas», comentó.

Pero los gobiernos deben extender la cobertura de los servicios público, para que alcancen efectivamente a todos. También debe reducirse el uso de energía contaminante y la emisión de gases invernadero, que provocan el recalentamiento de la Tierra.

El economista estadounidense Lawrence Pratt, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible, consideró un error la negativa de Estados Unidos a someterse al Protocolo de Kyoto, que fija compromisos para la disminución de los gases invernadero.

Los mecanismos alternativos que Washington ha propuesto no son consistentes, advirtió Pratt.

Para contribuir al desarrollo sustentable y a la conservación del ambiente, Estados Unidos debería invertir 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en cooperación internacional.

Se trata de la cuota mínima recomendada hace más de 30 años por la Asamblea General de la ONU para la ayuda del Norte industrial al Sur en desarrollo, que no ha encontrado eco en el gobierno estadounidense. La asistencia oficial de Estados Unidos al Sur es aproximadamente de 0,1 por ciento de PIB.

«La propuesta del 0,7 por ciento del PIB es realizable, el problema es que en Estados Unidos se tiene una falsa percepción del presupuesto», dijo Pratt. El estadounidense medio cree erróneamente que su país dedica mucho dinero a la asistencia internacional, observó.

Sachs destacó la decisión de Bush de aumentar el presupuesto para el desarrollo del Sur. «Tengo alguna esperanza en la solidaridad global», declaró. (FIN/IPS/nms/ff/dv en/02

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