/Integración y Desarrollo/ DESARROLLO: Grupo civil exige revisión de política de ayuda

La Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo debió haber hecho una completa revisión de las políticas de asistencia y no sólo remitirse a estimular nuevos compromisos, sostuvieron representantes de la sociedad civil.

Un asunto central en este encuentro auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se realizó del lunes al viernes en la nororiental ciudad mexicana de Monterrey, fue la necesidad de miles de millones de dólares adicionales para alcanzar las denominadas Metas de Desarrollo del Milenio.

Pero el grupo Realidad de la Ayuda se preguntó si realmente el actual sistema de asistencia oficial al desarrollo (ODA) para los países pobres es adecuada para alcanzar las Metas del Milenio, fijadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Realidad de la Ayuda está formado por 35 organizaciones no gubernamentales del Norte industrial y del Sur en desarrollo, entre ellas Action Aid, Oxfam, Interaction, Red del Tercer Mundo y el Foro Africano sobre Deuda y Desarrollo (Afrodad).

Entre las Metas del Milenio se destacan la reducción a la mitad en 2015 de la cantidad de personas en el mundo que sobreviven con menos de un dólar por día, de la proporción de pobres en situación de hambre y del total de personas sin acceso a agua potable.

Otros objetivos son la igualdad de género en la educación y el acceso universal a estudios primarios.

Varias organizaciones, entre ellas el Banco Mundial y la caritativa británica Oxfam coincidieron en la necesidad de una asistencia anual entre 53.000 y 100.000 millones de dólares para financiar esas metas.

Realidad de la Ayuda divulgó el martes su cruda evaluación bianual de la ODA otorgada por los países ricos que integran la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCED), y reveló preocupantes datos sobre la política de asistencia.

Los países industrializados otorgan en los hechos apenas un tercio de la donación anual mínima acordada de 53.000 millones de dólares, y el alto número de «condicionantes» que imponen para su entrega hace difícil que el dinero se use de manera eficaz.

La mayoría los recursos son destinados a empresas privadas o consultoras de los países donantes instaladas en las naciones del Sur.

Las severas condiciones también impactan en la soberanía de los países pobres, dijo Antonio Tujan, de la organización no gubernamenal IBON Filipinas, y participante en la elaboración del informe de Realidad de la Ayuda.

«En definitiva, las condiciones impuestas aumentan la dependencia política y comercial» de los países receptores ante los donantes. «La soberanía de las naciones del Sur debe ser un principio central», señaló Tujan.

El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, exigió un promedio de 114 condiciones para sus préstamos a los países de Africa subsahariana en 1999. «La cuestión más importante no es si Africa necesita ayuda, sino qué forma de asistencia (necesita) y cuáles son las alternativas disponibles», dijo Barbara Kalimba, de Afrodad.

«De hecho, hasta podríamos decir que la asistencia internacional contribuyó a socavar el proceso de desarrollo de Africa», añadió.

Kalimba explicó que esto se debió a que las condiciones de la ayuda con frecuencia implicaban ajustes económicos estructurales que afectaban, por los ajustes presupuestarios exigidos, los programas nacionales de salud y educación.

«La trampa de la ayuda aumentó la deuda y comprometió la sobernía de los programas de desarrollo en Africa», aseguró Kalimba.

Tujan sostuvo que no hubo suficiente voluntad en la conferencia de Monterrey para estudiar las políticas de donaciones y ver si realmente son efectivas.

Las organiaciones civiles en Monterrey afirmaron que fueron perjudicadas en la organización de la conferencia, pues muy pocos de sus representantes tuvieron participación en el plenario, y se les concedió escaso tiempo para hablar en las mesas redondas con autoridades de gobierno, empresarios e instituciones financieras.

En esta atmósfera, hay muy pocas oportunidades para debatir los principios por los caules se rige la ODA, dijo Tujan.

Realidad de la Ayuda exigió la eliminación de todas las condiciones impuestas a la asistencia, el remplazo de la estrategia del Banco Mundial para la reducción de la pobreza y la cancelación de la deuda externa de los países pobres.

Así mismo, llamó una serie de medidas de consenso para valorar la responsabilidad de los gobiernos del Sur y fijar plazos para que los países del Norte cumplan la recomendación de la ONU de destinar al menos 0,7 por ciento de su producto interno bruto a la ODA.

Lamentablemente, la ODA sigue siendo una estrategia ineficiente para combatir la pobreza mundial, sostuvo Realidad de la Ayuda.

«El fracaso total de la mayoría de los países ricos en honrar su compromiso de aumentar la ayuda contrasta radicalmente con la creciente riqueza de los integrantes de la OCDE. Esto se puede resumir con esta sencilla frase: 'Más ricos, más tacaños», añadió Realidad de la Ayuda.

El grupo civil subrayó que Africa invierte 13.000 millones de dólares anuales en el servicio de la deuda externa.

Los actuales niveles de deuda, particularmente en Africa, hacen que los gobiernos con frecuencia gasten gran parte del dinero de la ODA y de otros fondos para el desarrollo en transferencias al Norte, dijo Kalimba.

Realidad de la Ayuda advirtió que, si la política de ayuda no cambia radicalmente, «la ODA va a ser vista simplemente como parte de un orden establecido que tolera la pobreza». (FIN/IPS/tra-eng/mn/rp-ff/dv/02

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