La Unión Europea (UE) aún tiene mucho por hacer para garantizar los derechos de las mujeres y erradicar la violencia doméstica, concluyeron este viernes parlamentarios, ministros y activistas reunidos en una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Este 8 de marzo fue tomado como oportunidad del debate sobre «Mujeres por una Sociedad Humana y No Violenta», organizado por el Parlamento Europeo en la capital belga, que alberga varias instituciones de la UE, por algunos influyentes funcionarios del continente, activistas y por grupos de presión.
Aunque está integrado por 32 por ciento de mujeres, el Parlamento Europeo no es el mejor ejemplo de representación femenina del mundo, dijo Pat Cox, presidente del organismo. La asamblea legislativa de Suecia ocupa el primer lugar, con 43 por ciento de parlamentarias.
Fox citó investigaciones para demostrar que las europeas entre 15 y 34 años sufren más por violencia doméstica que por ninguna otra causa, incluyendo el cáncer y los accidentes de tránsito.
La violación de los derechos humanos de las mujeres «no tiene fronteras geográficas. Aparece en todos los países del mundo, entre ellos los (15) de la UE. No está restringida a ninguna raza o grupo étnico, ni a cultura o religión alguna, y tampoco a un sistema económico, social o político», puntualizó Anna Karamanou, coordinadora del Comité del Parlamento Europeo para la Igualdad y los Derechos de la Mujer.
Los hombres se vuelven violentos contra las mujeres para «demostrar su control y su dominio» sobre ellas, aunque no todos son violentos». Esta situación «revela la distribución desigual y desequilibrada del poder» entre unos y otras, dijo la parlamentaria socialista Karamanou, representante de Grecia.
Laurette Onkelinx, viceprimera ministra y ministra de Empleo de Bélgica, también dirigió la palabra a la asamblea legislativa europea. «No es suficiente denunciar la situación de la mujer en Afganistán o el Magreb. También tenemos que trabajar por los derechos de la mujer aquí, porque nuestra lucha tendrá repercusiones en otras partes», aseveró.
Los temas de género deben ser integrados con mayor seriedad en las intervenciones de política exterior de la UE, señaló la ministra, y se refirió al buen resultado de algunas iniciativas de cooperación entre el bloque europeo y países al sur del Mediterráneo.
Onkelinx propuso un sistema diplomático para vigilar la situación de los derechos de la mujer en todo el mundo. «Podríamos instalar un proyecto piloto en Afganistán, pero las necesidades están en todas partes», argumentó.
Odile Quintin, directora general de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea, citó algunas estadísticas preocupantes.
En la UE, una cada cinco mujeres sufren violencia doméstica. Este problema debe ser tratado en el bloque europeo y el continente en general, dijo Quintin.
La UE debería exigir a los países de Europa central y oriental que tomen nuevas medidas para evitar el tráfico de mujeres como condición de su ingreso al bloque, sugirió la funcionaria.
El ministro de Asuntos Sociales de España, Juan Carlos Aparicio Pérez, dijo a los parlamentarios que su país, a cargo de la presidencia rotativa de la UE, ubicó en primer lugar la lucha contra las agresiones en el hogar.
«La violencia contra la mujer no es un problema aislado, sino que tiene profundas raíces estructurales», observó el ministro español.
La conferencia en el Parlamento Europeo tuvo un capítulo aparte para la situación de las mujeres en Medio Oriente. Varias activistas de esa región fueron invitadas a presentar su causa ante los legisladores europeos.
Sonia Bamieh, del consejo administrativo de la Unión General de Mujeres Palestinas, dijo que jóvenes en las zonas autónomas cometen ataques suicidas contra Israel «porque llegaron al límite de la desesperación». No obstante, celebró los esfuerzos de mujeres pacifistas israelíes que piden el «fin de la ocupación» de los territorios palestinos.
Las mujeres nunca han participado en las negociaciones de paz en Medio Oriente, advirtió Simone Susskind-Weinberger, de la organización no gubernamental Acciones en el Mediterráneo.
La escritora egipcia y activista de los derechos humanos Nawel El Saada Wi señaló que las mujeres «son las primeras en padecer hambre y las primeras en morir», pues ocupan los lugares más vulnerables de la sociedad.
El Saada Wi criticó a los fundamentalistas religiosos, que «necesitan a Dios para explotar a la población. Unas pocas personas poseen la mayoría de los recursos del mundo y los usan para oprimir, en especial a las mujeres y a los niños».
La escritora dijo tener esperanzas en que la diplomacia europea influya en Medio Oriente. «Europa fue una potencia colonizadora en el pasado, pero ahora podría ser un poder liberador», sugirió. (FIN/IPS/gh/ss/lp/dv ip/02