TRABAJO: Sindicatos llaman a globalizar justicia social

Los sindicatos deben transformarse en organizaciones globales, capaces de combatir la injusticia y representar a los pobres, afirmaron sindicalistas en el II Foro Social Mundial (FSM), que se celebra en esta ciudad del sur de Brasil.

El movimiento sindical es uno de los pocos actores sociales capaces de afrontar el vacío moral dejado por las poderosas fuerzas del mercado, afirmó el secretario general de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), Guy Ryder, ante el FSM, inaugurado el jueves.

Miles de sindicalistas presentes en los debates, que se extenderán hasta el próximo martes, expresaron su preocupación por el desequilibrado avance de la globalización económica, la declinación de la calidad del empleo y la creciente brecha entre ricos y pobres.

El proceso de valoración autocrítica del movimiento sindical ya está en marcha en la CIOSL, que nuclea a los principales sindicatos del mundo, sostuvo Ryder.

Este mensaje llegó a los 3.000 empresarios, políticos e intelectuales congregados en el Foro Económico Mundial, que se lleva a cabo simultáneamente en la ciudad de Nueva York.

La CIOSL, junto a otras organizaciones de trabajadores, entregaron el mismo pronunciamiento al FSM y al Foro Económico, conocido también como Foro de Davos, por la localidad turística de Suiza donde se celebró tradicionalmente.

El comunicado reclama una globalización basada en la solidaridad y subraya la importancia central del derecho de trabajadores y trabajadoras a formar y controlar sus sindicatos y defender sus intereses.

El colapso financiero y económico de Argentina y la quiebra de la compañía estadounidense de energía Enron, son apenas los últimos ejemplos de la pérdida de rumbo de la globalización económica y sus instituciones, afirmaron los sindicatos.

«El movimiento sindical está presente con su fuerza en Nueva York y Porto Alegre para manifestar en favor de un camino diferente, un camino que tome en cuenta a los trabajadores del mundo», sostuvo Ryder.

Las intervenciones de los sindicalistas reconocieron el peso ganado por las organizaciones de la sociedad civil, así como la necesidad de transformación del movimiento sindical para afrontar los nuevos efectos de la globalización en el mundo del trabajo.

«Estamos en Porto Alegre porque no podemos resolver nuestros problemas solos, dentro de nuestras fronteras nacionales, a pesar de nuestra libertad política duramente ganada», dijo el integrante del Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu), Willie Madisha.

«Como países aislados, hemos sido liquidados uno por uno por las elites y sus instituciones representativas. Este año le tocó el castigo a Argentina, antes a Turquía y antes a Indonesia», subrayó Madisha.

«En oposición al paradigma globalizador dominante de la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, el Cosatu llama a la globalización de los derechos humanos y sindicales como la piedra fundamental del desarrollo y el comercio justo», sostuvo Madisha.

«Creemos que la actual preocupación que se manifiesta con la diplomacia y el cabildeo internacional debe complementar las campañas basadas en las masas y no sustituirlas», opinó Madisha.

«Como movimiento de la sociedad civil, el FSM nos da el espacio para explorar alternativas a la hegemonía de la globalización neoliberal. Nos preocupa hallar una base común sobre la cual movilizarnos», agregó.

Los sindicatos deben aliarse con otras fuerzas sociales para desafiar con eficacia las políticas socialmente destructivas del Consenso de Washington, promovido por organismos multilaterales y naciones industriales, que postuló el libre mercado, el combate a la inflación y las privatizaciones en los países en desarrollo, sostuvo Madisha.

«Abandonadas a sí mismas, las elites nos conducirán tarde o temprano al desastre social y ecológico, en su búsqueda por satisfacer sus intereses estrechos y de corto plazo», sostuvo Madisha.

Desde que el gobierno sudafricano se embarcó en su estrategia de Crecimiento, Empleo y Redistribución, en 1996, el desempleo aumentó, dijo el sindicalista.

Muchas personas pasaron de trabajar en una fábrica a vender frutas en las calles. Además, lejos de alcanzar la estabilidad, la moneda nacional, el rand, perdió la mitad de su valor frente al dólar desde 1994.

Los más ricos abandonan Sudáfrica, y se llevan sus activos. «Es claro para nosotros que el gobierno es rehén de las fuerzas que conducen la globalización», sostuvo Madisha.

«Los trabajadores del mundo en desarrollo y del mundo industrializado están sufriendo por el neoliberalismo. En América del Norte, el Tratado de Libre Comercio condujo a menores salarios en México, Estados Unidos y Canadá», dijo Jeff Faux, presidente de la Red de Política Global, con sede en Washington.

«Necesitamos un gran pacto para crear la solidaridad mundial entre los trabajadores. El corazón de ese pacto es la necesidad de normas laborales que incluyan el derecho a la negociación colectiva», propuso.

«La democracia es la clave. Hay personas ricas en los países pobres y personas pobres en los países ricos. Los trabajadores de los países ricos deben verse a sí mismos como trabajadores», apuntó Faux.

«No importa dónde se viva, la globalización redujo el salario real y aumentó la pobreza. En Argentina, por ejemplo, en los últimos diez años el capital financiero amplió su participación en la economía, mientras el trabajo la redujo, y por tanto no hay suficiente poder de compra», concluyó Faux. (FIN/IPS/tra- eng/lm/dc/lb/02

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