La cumbre de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) aprobó esta semana una nueva escala del arancel externo común, de cero a 20 por ciento, tras tres días de negociaciones en la central ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.
El nuevo sistema arancelario para las importaciones de fuera del bloque, que se divide entre cero para algunos productos, cinco, 10 y 20 por ciento para otros, comenzará a regir el 1 de enero de 2003 en sustitución del ahora vigente y que es resistido por Perú.
La escala contempla arancel cero para los bienes de capital fabricados fuera de la región, de cinco por ciento para los insumos, de 10 por ciento para los productos terminados y de 20 por ciento para los denominados «productos ultrasensibles», que requieren un relativo nivel de protección.
El arancel externo común andino que se abandonará establece una escala de cuatro niveles, con cinco y 10 por ciento para los bienes de capital e insumos, y de 15 y 20 por ciento para la importación de productos terminados.
«Tendremos un arancel cero para la adquisición de bienes de capital, lo cual resultará favorable para atraer y generar inversiones en nuestros países y hará competitivas a nuestras exportaciones», dijo el primer vicepresidente y ministro de Industria y Comercio de Perú, Raúl Diez Canseco.
Fuentes de la reunión, realizada el miércoles, indicaron que Ecuador reclamó y obtuvo de los otros países socios de la CAN, Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela, el permiso para adelantar la aplicación del arancel cero para la adquisición de bienes de capital.
La declaración de la cumbre andina también reclama al Congreso de Estados Unidos la prórroga y ampliación de la ley de preferencias arancelarias otorgadas a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, en compensación por su lucha antidrogas, que expiró en diciembre y tiene extensión automática por sólo seis meses.
Los presidentes Jorge Quiroga, de Bolivia, Andrés Pastrana, de Colombia, Gustavo Noboa, de Ecuador y Alejandro Toledo, de Perú, se comprometieron también ante su par Hugo Chávez, de Venezuela, a insistir en Washington para que incluya a ese país en las ventajas arancelarias.
En tanto, Toledo logró fijar una reunión para abril en Lima, donde los cancilleres y ministros de Defensa del bloque «examinarán su propuesta de reducción de gastos militares en la región».
Los cancilleres y ministros de Comercio de la CAN discutieron el lunes y el martes diversas fórmulas para superar las diferencias, tras lo cual aprobaron la escala arancelaria refrendada posteriormente por los mandatarios.
Por su parte, el Consejo Consultivo Empresarial Andino, también reunido en Santa Cruz de la Sierra, recomendó a los gobiernos acordar un arancel externo escalonado de cero, cinco, 10, 15 y 20 por ciento.
El empresario peruano Manuel Yzaga precisó que los insumos, al igual que los bienes de capital, adquiridos por los países de la región deberían ingresar sin arancel, y que los demás niveles respondan a una estratificación basada en la competitividad de los productos importados respecto de la producción de cada país.
Los cinco países de la CAN trataron desde 1980 de establecer un arancel externo común, para regular el comercio exterior de la región y constituir una unión aduanera en 2005.
El secretario general de la CAN, el venezolano Sebastián Alegrett, recordó a los presidentes que el arancel externo común permitiría superar la actual imperfección de la unión aduanera.
Es un «paso necesario para enfrentar en bloque el lanzamiento del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que impulsa Estados Unidos».
El obstáculo principal hasta este momento fue la posición adoptada por Perú, que integra el bloque desde su nacimiento en 1969.
El depuesto gobierno peruano de Alberto Fujimori (1990-2000) resolvió en 1992 no aceptar el arancel común, entonces en negociación.
Fujimori sostenía que los aranceles escalonados eran «proteccionistas» y provocaban a la larga la falta de competitividad de la producción protegida, y que su país se encaminaría hacia un arancel plano, de 10 por ciento, al que se debería llegar en forma progresiva.
Los empresarios peruanos eran contrarios al modelo arancelario propuesto por Fujimori, y señalaron que el rechazo de la propuesta del resto del bloque favorecía a esos países, que podrían importar bienes de capital e insumos sin aranceles o pagando sólo cinco por ciento.
El arancel externo común en vigor hasta diciembre de este año es acatado por Colombia, Ecuador y Venezuela, en tanto que Bolivia, en razón de su menor desarrollo relativo, goza de un tratamiento preferencial y aplica niveles de 5 y 10 por ciento.
Otro obstáculo, menor aunque importante, son las excepciones planteadas para algunos productos por Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela que, según el economista peruano Hugo Aquino, «perforan el arancel externo común».
La destitución de Fujimori, resuelta por el Congreso en noviembre de 2000, dio la razón a los demás países andinos, quienes decidieron no expulsar a Perú y esperar el cambio de gobierno.
El gobierno provisional de Valentín Paniagua, que finalizó con la asunción de Toledo en julio pasado, no creó las condiciones para que Perú asumiera una nueva actitud arancelaria y se alineara con sus socios.
Toledo ha manifestado su voluntad política de alinearse con los demás países de la región para superar el virtual aislamiento provocado por la actitud de Fujimori.
Sin embargo, no le resulta fácil a Toledo cambiar su esquema arancelario, pese a que los partidos políticos y las organizaciones empresariales peruanas están de acuerdo.
El problema para abandonar la línea arancelaria de Fujimori es que la supresión o disminución de aranceles para los bienes de capital e insumos provocará una inevitable disminución inmediata de la recaudación tributaria.
La posible caída de los ingresos fiscales comprometería el programa de gobierno para superar la recesión, «sin incurrir en concesiones al consumo ni provocar déficit fiscal», precisó el ministro de Economía, Pedro Pablo Kuczynski. (FIN/IPS/al/dm/ip if/02