Participantes en el II Foro Social Mundial en esta meridional ciudad de Brasil cuestionaron al movimiento contra la globalización por las tensiones planteadas entre el movimiento sindical y las organizaciones de la sociedad civil.
El Foro Social Mundial se celebra desde el 31 de enero hasta este martes en Porto Alegre como respuesta al Foro Económico Mundial, que reunió hasta este lunes a políticos y dirigentes empresariales del mundo en la ciudad de Nueva York.
Durante un debate sobre el futuro del movimiento antiglobalización, los dirigentes e ideólogos del propio movimiento tuvieron que responder a preguntas y cuestionamientos del público.
«¿Por qué este movimiento está liderado por grupos del Norte?», cuestionó una participante. «¿Cómo será la victoria?», preguntó otro.
En especial, muchos se quejaron del lugar secundario que los organizadores del Foro Social Mundial dieron a sindicatos y partidos políticos frente a las organizaciones de la sociedad civil.
«La alternativa no es la sociedad civil, sino la desobediencia civil», dijo la activista y autora Naomi Klein, activista y autora del libro «No Logo» (Sin logos), y advirtió sobre los intentos de convertir el Foro Social Mundial en «otra gran reunión» carente de impacto en el mundo real.
Klein respondió a argumentos según los que el movimiento contra la globalización no tiene metas específicas. «Hay tantas alternativas y tan evidentes en el Foro Social Mundial que se están derramando por las calles», comentó la activista.
El enfoque de las elites mundiales «están con nosotros o contra nosotros» debe ser rechazado porque «no hay una única verdad», pero sí muchos abordajes posibles sobre los problemas que enfrenta el mundo hoy, consideró Klein.
La esencia de la naturaleza es expandirse, dijo, y exhortó al movimiento contra la globalización a «cruzar todas las fronteras y trepar todos los muros».
En el terreno del activismo social no tiene sentido hablar de una «gran victoria», dijo Klein, sino de una serie de pequeñas victorias tanto a nivel individual como internacional.
Estos triunfos son el logro de varios derechos y avances sociales para los pueblos, mientras «hacemos la revolución en nuestra vida diaria», agregó.
Las preguntas sobre el papel y la relevancia de los sindicatos en el movimiento antiglobalización fueron recurrentes en el debate. Un delegado del Congreso de Uniones Sindicales de Corea se refirió a la «tensión evidente» entre sindicatos y organizaciones de la sociedad civil en el II Foro Social Mundial.
«Los sindicatos han estado al frente de las luchas contra la globalización neoliberal, día a día, en muchos países en desarrollo», sostuvo el dirigente coreano, y pidió al Foro una postura más clara sobre el tema.
El dirigente sindical uruguayo Eduardo Fernández señaló que en el Cono Sur de América se forjaron fuertes alianzas entre sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, durante los años de dictadura.
«Si el proceso del Foro Social Mundial tiene que ir hacia adelante, debe haber respeto por la diversidad dentro del movimiento», dijo Fernández.
También hubo reclamos de mayor coherencia en la organización del Foro Social Mundial. Suwit Watnoo, del Foro de los Pobres de Tailandia, dijo que las organizaciones participantes necesitan recibir información con regularidad.
Watnoo propuso que el movimiento mundial contra la globalización se ocupe de temas específicos, por ejemplo la demanda de la liberación inmediata de dirigentes sindicales en Corea del Sur.
Por su parte, Vittorio Agnelotto, del Foro Social de Génova, dijo que la violencia perpetrada por anarquistas durante la reunión del Grupo de los 8 países más poderosos el año pasado en esa ciudad tuvo resultados «contraproducentes y «dañinos» para todo el movimiento.
Estos actos de violencia dieron una oportunidad a la policía e incluso a grupos neofascistas para infiltrarse en las protestas contra la globalización, advirtió Agnelotto. (FIN/IPS/tra-en/nk- ss/lp/dv lb/02
