Las fuerzas de seguridad de Cuba mantuvieron bloqueados este jueves los accesos a la embajada de México, tras la irrupción violenta en la víspera de una veintena de cubanos que pretendían abandonar el país.
Sólo los vecinos de la sede diplomática, previa presentación de sus documentos de identidad, podían traspasar las barreras colocadas por la policía luego de que el ómnibus secuestrado que llevaba a los protagonistas del episodio embistiera los portones del recinto, logrando entrar.
La seguridad también fue reforzada en todas las representaciones diplomáticas en La Habana, incluída la Sección de Intereses de los Estados Unidos, para evitar nuevos incidentes.
Entre los asaltantes de la embajada de México, a quienes el gobierno cubano identificó como «elementos lumpen y antisociales», se cuenta un menor de edad, y la gran mayoría serían jóvenes entre 18 y 25 años, dijo a IPS un representante de las fuerzas de orden público.
«En la embajada de México en Cuba están ahora entre 15 y 20 personas. Se les trata bien, pero no se los considera asilados», informó este jueves el canciller mexicano Jorge Castañeda a una radioemisora de su país.
Castañeda advirtió que si los refugiados «están, como parece ser, sin empleo y por razones económicas quieren venir a México, va a ser difícil, queremos que abandonen la embajada, porque en definitiva no tienen nada que hacer ahí".
A quienes ocupan la embajada se les está explicando la situación y se les ha dicho que si quieren visa para México deberán tramitarla, agregó.
El incidente se produjo pasadas las 21:30 hora local del miércoles (01:30 GMT del jueves), cuando unas 20 personas secuestraron un ómnibus del servicio público y obligaron al chofer a conducirlo a alta velocidad y entrar en la embajada.
«La embajada de México está abierta para todo el que quiera irse», fue el rumor que corrió por La Habana y el detonante del incidente.
Una nota oficial del gobierno de Cuba culpó directamente a Radio Martí, una emisora del gobierno estadounidense que transmite información hacia la isla desde la ciudad de Miami.
«Se trata de una grosera provocación organizada abiertamente desde una emisora oficial del gobierno de Estados Unidos», se destacó en el comunicado.
La invasión de la sede fue al parecer estimulada por versiones de prensa de declaraciones del canciller mexicano y que Radio Martí transmitió el miércoles de forma reiterada, en muchos casos con análisis complementarios de sus comentaristas.
Las puertas de la Embajada de México en La Habana están abiertas a todos los ciudadanos cubanos, a todos los latinoamericanos, del mismo modo que lo está México, habría afirmado Castañeda el martes, durante la inauguración en Miami del Instituto Cultural de México.
El canciller también dijo que «dejaron de existir las relaciones de México con la Revolución cubana y han comenzado con la República de Cuba», una afirmación que ya había realizado en ocasión de la visita del presidente mexicano Vicente Fox a Cuba, el 3 y el 4 de este mes.
Las palabras de Castañeda no encontraron eco en la prensa cubana, controlada por el Estado, y, según una nota oficial del gobierno de Cuba de este jueves, fueron manipuladas por Radio Martí, que divulgó ocho veces «la falsa y pérfida noticia».
«Era una llamada abierta a ocupar la embajada de México en Cuba», asegura el comunicado y añade que la declaración «fue enmarcada de forma tal que fuera interpretada como que las relaciones diplomáticas entre México y Cuba acababan de romperse».
La posición cubana fue compartida por Castañeda, quien aseguró que «elementos radicales» de Miami habían tergiversado sus palabras.
La embajada de México en Cuba, igual que en otros lugares, está abierta a las diversas corrientes de opinión, habría sido la declaración malinterpretada por varios medios de prensa, según Castañeda.
Así mismo, el ministro señaló que Fox se reunió en Cuba «con activistas de los derechos humanos y la democracia» (opositores al presidente Fidel Castro). Actos de esa naturaleza deben considerarse normales. México tiene hoy con Cuba una relación entre Estados, dijo.
México fue el único país latinoamericano que mantuvo relaciones con Cuba cuando la isla fue apartada de la Organización de Estados Americanos, a principios de los años 60.
Las relaciones bilaterales comenzaron a tomar un nuevo sesgo durante el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), cuando por primera vez se habló de que México dejaría a un lado su mirada acrítica hacia Cuba, especialmente en asuntos como el respeto a los derechos humanos.
Fox fortaleció esa nueva posición al reunirse en La Habana con representantes de la disidencia interna y entregar a Castro una lista de seis presos políticos que México quisiera ver en libertad.
«Ciertos sectores (cubanos exiliados) de Miami no perdonan que el gobierno de Fox no se haya transformado en uno que enfrente al de Castro», dijo Castañeda.
Un numeroso grupo de personas intentó entrar a pie en la embajada de México tras la irrupción del ómnibus, aprovechando la confusión y la brecha abierta por el vehículo. Pero brigadas especiales de la policía lo impidieron de forma violenta, según testigos.
El corresponsal en La Habana y el camarógrafo de la agencia Reuters, Andrew Cawthorne y Alfredo Tedeschi, fueron golpeados mientras intentaban reportar desde el lugar de los hechos.
Alrededor de la medianoche, cuando la calma volvía al lugar y grupos de seguidores al gobierno habían sido movilizados, se presentó Castro acompañado del vicepresidente Carlos Lage, del canciller Felipe Pérez Roque y de otros funcionarios.
Fuentes cubanas aseguraron que el Castro entró en la embajada mexicana y se reunió con los solicitantes de asilo durante unos 20 minutos. Pero la nota oficial de este jueves no consignó esa gestión.
El gobierno cubano tampoco hizo referencia a las medidas que tomará con los asaltantes en caso de que éstos abandonen la embajada o si contemplará la posibilidad de darles la salida del país.
Un caso semejante se produjo en noviembre de 1996, cuando grupos de personas intentaron ingresar en la embajada de España, luego de que el embajador designado, José Coderch, afirmara que las puertas de su sede diplomática estarían abiertas «de par en par» a los disidentes.
Ese episodio no tuvo mayores consecuencias. Un cordón humano impidió durante días el acceso a la sede y un comunicado del consulado español afirmó que los requisitos para viajar al país europeo se mantenían sin cambios.
En 1980, 10.000 aspirantes a salir del país entraron en la embajada de Perú, solicitando asilo. El incidente provocó la apertura del puerto de Mariel, en las afueras de La Habana, para la emigración de unas 125.000 personas.
Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que actúa en la ilegalidad, opinó que las condiciones están dadas para situaciones como la ocurrida en la embajada de México.
«El potencial emigratorio de la isla es uno de los más altos de América Latina», dijo Sánchez, quien se entrevistó con Fox y Castañeda el día 4.
Fuentes especializadas estimaron el potencial migratorio cubano entre 450.000 y 800.000 personas, para los últimos cinco años de la década pasada. La isla tiene 11 millones de habitantes. (FIN/IPS/da-pg/ff/pr ip/02