GUATEMALA: Portillo con el barco a la deriva

El presidente de Guatemala, Alfonso Portillo, encara la segunda parte de su mandato acuciado por una avalancha de críticas y por la desconfianza de la amplia mayoría de la población, enfrentada a una crisis política, social y económica.

La gestión del gobierno es calificada de «mala» o «muy mala» por 90 por ciento de las personas consultadas para una encuesta, y en otra, 92 por ciento dicen que desconfían del presidente.

Analistas políticos señalaron a IPS que la severa crisis de Guatemala podría agravarse en los próximos meses y desatar una prematura lucha por el poder entre dirigentes del propio partido gobernante y en la oposición.

«Los dos últimos años han sido una sucesión de improvisaciones y de incertidumbres y el gobierno ha fracasado en sus intentos por lograr un clima de gobernabilidad», dijo a IPS el politólogo Marco Barahona, analista de la no gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales.

Barahona añadió, con énfasis, que «Guatemala es una nave sin capitán y sin rumbo».

Portillo llegó al gobierno el 14 de enero de 2000, en medio de grandes expectativas de los 12 millones de guatemaltecos, tras vencer en la segunda ronda electoral del 26 de diciembre de 1999 al candidato del hasta entonces gobernante Partido de Avanzada Nacional, Oscar Berger, con 68 por ciento de los votos.

Portillo, de origen humilde y formación marxista, nació en la oriental ciudad de Zacapa y dejó el país a comienzos de los años 70 para residir en México.

Cuando regresó a Guatemala, a fines de los años 80, tuvo un breve pasaje por el Partido Socialista Democrático, luego se sumó a las filas de la Democracia Cristiana, por la cual fue elegido diputado, y poco después ingresó al derechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG).

El FRG fue creado y liderado por el general Efraín Ríos Montt, quien encabezó una dictadura entre 1982 y 1983, durante la cual fueron asesinadas más de 15.000 personas, y desde enero de 2000 preside el Congreso.

Pero el gobierno de Portillo sufre en la actualidad una caída notoria de su popularidad, acusado de no cumplir con las promesas electorales, de llevar al país a una severa crisis económica y de presuntos actos de corrupción.

«Muchos han dado un suspiro, pues dicen que por suerte al gobierno sólo le restan dos años», apuntó Barahona, quien atribuyó los problemas políticos de Portillo al hecho de haberse rodeado de personas provenientes de corrientes ideológicas diversas.

El experto señaló como principales desaciertos del gobierno la confrontación con los empresarios y el poco protagonismo del país en el proceso de integración de América Central.

Además, comentó que Portillo perdió una oportunidad de oro hace seis meses, cuando no logró alcanzar un acuerdo con sectores sociales que habían concertado llevar adelante una reforma fiscal.

Portillo se defiende destacando resultados positivos en materia de vivienda, infraestructura, en agricultura y en algunos indicadores económicos.

«El balance es positivo, aunque tenemos que reconocer serias limitaciones y hasta retrocesos», dijo el mandatario, tras destacar que sólo el año pasado se construyeron 457 kilómetros de carreteras, se favoreció la edificación de 25.000 viviendas y se instalaron 2.000 teléfonos en 641 comunidades.

También afirmó que su gobierno ha invertido millones de dólares para apoyar a las empresas y promover programas de liberalización económica y de radicación de inversiones.

Sin embargo, su imagen ante la población sigue en deterioro y los analistas entienden que se anticipará para este año la puja entre los partidos políticos por alcanzar el gobierno en 2004, que debería comenzar en 2003.

En medio de este panorama político, economistas independientes sostienen la necesidad de que se cambie el modelo de desarrollo y se corrija el rumbo de la economía.

Datos gubernamentales indican que en 2001 el producto interno bruto creció 2,3 por ciento, al sumar 21.000 millones de dólares, mientras que la inflación se situó en 8,91 por cierto.

«El modelo económico está agotado», señaló a IPS la economista María del Carmen Aceña, directora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, la principal firma de investigadores y consultores económicos privados de Guatemala.

Aceña observó la necesidad de que el gobierno implemente un nuevo modelo de desarrollo, que mejore la competitividad de la producción y aumenten las exportaciones, para alcanzar un ritmo sostenido de crecimiento superior a seis por ciento anual.

La fórmula para alcanzar una mayor competitividad a largo plazo es que el gobierno garantice mejoras en educación, en infraestructura y en seguridad ciudadana, además de fijar reglas claras para los empresarios, detalló Aceña.

La experta también reparó en el déficit fiscal, ubicado en la actualidad en dos por ciento del producto interno bruto, que, a su entender, «es insostenible pues representa 20 por ciento de los ingresos tributarios del gobierno».

Guatemala ha sido golpeada en los dos últimos años por la constante caída del precio del café, que pasó de 144 dólares por cada saco de 46 kilogramos a 40 dólares, y por una fuerte sequía que llevó el hambre a una parte de la población desde agosto de 2001, con secuela de varias muertes por inanición.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) calcula que 57 por ciento de los guatemaltecos viven en la pobreza, 27 por ciento de los cuales son extremadamente pobres.

Respecto de las acusaciones de corrupción, el propio Portillo ha reconocido la existencia de irregularidades y por eso ha pedido a los organismos de contralor y a la justicia investigar y castigar a los responsables.

el presidente del Congreso, el ex general golpista Efraín Ríos Montt.

Entre los señalados como presuntos autores de actos de corrupción aparece el mismo vicepresidente Francisco Reyes, que enfrenta una causa judicial por posibles utilización de fondos públicos para una campaña de desprestigio contra un empresario.

Por su parte, Ríos Montt, presidente del Congreso, fue acusado de modificar el texto de una ley de impuestos, inmediatamente después de ser aprobada por el parlamento.

«Portillo todavía tiene la posibilidad de enderezar el barco e impedir que se hunda», indicó a IPS Mario Polanco, activista de derechos humanos.

Polanco, director del no gubernamental Grupo de Apoyo Mutuo, puntualizó que el mandatario todavía tiene tiempo para poner en prácticas políticas coherentes de combate contra la pobreza y para mejorar los indicadores económicos, sociales, sanitarios y tributarios.

Consideró que «es necesario dejar de proteger a los amigos, parientes y funcionarios que han incurrido en graves actos de corrupción».

Se debe investigar a fondo «castigar penalmente a los responsables de la corrupción sin importar si hasta hace poco fueron ministros, militares o correligionarios del FRG», añadió Polanco. (FIN/IPS/nms/dm/ip/02

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